De Jordania a Dubái: la tiara de diamantes de la princesa Haya, que también llevó Rania, y ahora está en paradero desconocido
Hoy recordamos la historia de esta pieza que la hermana del rey Abdalá heredó de su madre, la princesa Alia, tras su muerte en 1977
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F1b2%2Fbe8%2F054%2F1b2be8054d4a6b697b7bdb6d8e0dfdc0.jpg)
Hoy recordamos la historia de una valiosa pieza que han lucido dos reinas y una princesa y que ha ido de Jordania a Dubái. Es la tiara de diamantes de la princesa Haya, la misma que heredó de su madre, que llevó Rania y que ahora está en paradero desconocido. Una espectacular y recargada joya que ha aparecido en muy pocos retratos y ha estado escondida durante algunos periodos de tiempo.
No se sabe muy bien el año exacto en el que esta tiara de diamantes llegó al joyero de su primera propietaria, la reina Alia de Jordania, pero se calcula que fue entre finales de 1974 y 1975, ya que a mediados de la década fue cuando la madre de Haya de Jordania la estrenó para unos retratos oficiales, llevándola luego a diferentes viajes de Estado a Japón y Australia, por ejemplo.
La tiara formaba o forma parte de un conjunto de pendientes y pulsera que Alia recibió como regalo de su marido, el rey Hussein, con el que se había casado en 1972. La prematura muerte de la reina, solo cinco años después de convertirse en la tercera esposa del monarca, hizo que la joya permaneciera oculta hasta bastantes años después, cuando vio de nuevo la luz pasadas dos décadas.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F899%2F470%2F7e5%2F8994707e5418c6fe2f5ecc700b808698.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F899%2F470%2F7e5%2F8994707e5418c6fe2f5ecc700b808698.jpg)
Tras el fallecimiento de Alia, la tiara fue heredada por su única hija, la princesa Haya de Jordania, hermana del actual rey Abdalá, pero no la lució hasta 1998, como parte de su look de gala para unos retratos oficiales que realizó el fotógrafo Maher Atthar. Después, tras convertirse en la sexta esposa del emir de Dubái y primer ministro de Emiratos Árabes, también formó parte de algunas fotografías que le hicieron pasado el 2004, cuando tuvo lugar su boda íntima en el palacio real de Amán.
Pero entre un año y otro, la tiara fue lucida por otra persona. Hablamos de la reina Rania, que la tomó prestada del joyero de su cuñada en varias ocasiones, algunas tan importantes como la propia entronización de su marido, en 1999, viajando con ella después hasta nuestro país, en la primera visita de Estado que hizo junto a Abdalá, y dos años después a Japón.
Después, Rania no volvió a lucirla, ya que la tiara viajó a Dubái tras la boda de su propietaria con el jeque Mohammed bin Rashid al Maktoum. Aunque no se sabe si fue su destino definitivo, ya que aquella unión terminó en divorcio hace pocos años. Y precisamente, por este proceso de divorcio, que batió un récord en el Reino Unido, es por lo que actualmente la tiara está en paradero desconocido.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fbb2%2F116%2Fef5%2Fbb2116ef5e4b277c6d523ab7509d5530.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fbb2%2F116%2Fef5%2Fbb2116ef5e4b277c6d523ab7509d5530.jpg)
Nos tenemos que remontar al verano de 2019, cuando la sexta esposa del emir de Dubái abandonó su casa con sus dos hijos, refugiándose en Reino Unido e iniciando entonces un proceso judicial para tanto ella como su ya exmarido contrataron a los abogados más conocidos y mediáticos de Londres. Un proceso que incluyó una petición de protección para Haya y una orden de alejamiento impuesta al jeque, por amenazas y coacciones que el juez consideró probadas.
La huida de la princesa de palacio, que en todo momento alegó que fue para proteger la vida tanto de ella misma como de sus dos hijos, fue precipitada y durante el proceso judicial ella misma contó que había abandonado Dubái sin la enorme colección valiosos objetos que poseía. Tan grande que, según sus propias palabras durante una de las vistas, no cabría en la sala del tribunal donde se estaba juzgando el caso.
Por esto, entre sus peticiones había una económica para compensar esas pérdidas. El juez tuvo este último punto muy en cuenta, así como el nivel de vida que llevaban los dos hijos que tuvo la pareja e impuso a Mohammed bin Rashid al Maktoum una compensación de más de 500 millones de libras, una de las más altas de la historia de Reino Unido.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F0c2%2F06e%2F895%2F0c206e895e925b820639ab035a53d26b.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F0c2%2F06e%2F895%2F0c206e895e925b820639ab035a53d26b.jpg)
La incógnita es si Haya pudo llevarse esta tiara con ella o es una de las piezas que se quedó en el palacio real de Dubái. Al tratarse de una herencia de su madre, a la que perdió cuando tenía apenas tres años, la idea de que fuera uno de los pocos objetos que pudiera llevarse en su huida nos parece muy romántica y digna de un guion de película. Pero al tratarse de una huida precipitada e incluso temiendo por su vida, es mucho más lógico pensar que la joya sigue en Dubái.
Sea cual sea su paradero, es más que probable que nunca lo sepamos. Haya ya no tiene ningún papel institucional y la idea de que vuelva a una cita pública de gala se hace bastante difícil por esa estricta protección que tiene ahora ante el emir de Dubái, su exmarido. De hecho, ni siquiera pudo ir a la boda de sus sobrinos, ni a la de Iman, en marzo de 2024, ni a la de Hussein, tres meses después. Dos citas idóneas para lucirla.
Y si se ha quedado en Dubái, la posibilidad de que esta tiara vuelva a ver la luz es aún menor. Al no tratarse de una pieza propiedad de la familia real, sino de propiedad privada de Haya, no tendría por qué reclamarse de forma oficial por parte de la Casa Real Hachemita. Así que esta tiara de diamantes seguirá, como está desde hace muchos años, en paradero desconocido.
Hoy recordamos la historia de una valiosa pieza que han lucido dos reinas y una princesa y que ha ido de Jordania a Dubái. Es la tiara de diamantes de la princesa Haya, la misma que heredó de su madre, que llevó Rania y que ahora está en paradero desconocido. Una espectacular y recargada joya que ha aparecido en muy pocos retratos y ha estado escondida durante algunos periodos de tiempo.