La elegancia de Farah Diba en la boda de su nieta, Iman de Irán: del enclave de París al vestido desmontable de la novia

Una vez más, las redes sociales han sido las más chivatas para conocer los secretos de las grandes citas del fin de semana. Y gracias a ellas hemos podido ver la elegancia de Farah Diba en la boda de su nieta, Imán de Irán. Un enlace que tuvo lugar en un idílico enclave de París y en el que el vestido desmontable de la novia fue uno de los grandes protagonistas.

Ha sido un mes después de la ceremonia civil que tuvo lugar en Nueva York, mucho más íntima y discreta que la que ha se ha celebrado este fin de semana en Francia, ya que entonces solo acudieron los más cercanos al matrimonio. Ahora, la pareja ha querido celebrarlo a lo grande, con numerosos amigos que no dudaron en volar has París, algunos solo las horas suficientes para vivir ese 'sí quiero' y la posterior celebración.

Todos ellos fueron testigos de cómo Iman entraba en la ceremonia del brazo de sus padres, Reza Pahlavi, el hijo del fallecido sha de Irán, y la princesa Yasmin. Se desvelaba entonces uno de los secretos mejor guardados de toda boda, el look nupcial. La princesa, nieta de Farah Diba, había escogido al libanés Elie Saab para su vestido, un diseño desmontable que le permitía llevar diferentes escotes.

Se trata de un modelo encaje floral, con falda voluminosa y cuerpo corsé, con detalle de lazo en la cintura. El escote y las magas eran convertibles, ya que pasaba de ser un diseño palabra de honor con pico a un escote barco con mangas, también de encaje. Por supuesto, no faltaba el tradicional velo, aunque en su caso no llevaba tiara, a diferencia de otras novias royals, incluso las que pertenecen a casa no reinantes en la actualidad.

Pero si no eran pocos dos vestidos en uno, Iman de Irán tenía otro modelo guardado para la celebración, en la que no faltó una gigantesca tarta, baile y música gracias a un grupo de cuerda contratado para la fiesta. El segundo diseño de la novia era muy distinto. No solo prescindió del blanco y dio paso al color champán, sino que era ajustado, con cuello redondo y salpicado de pedrería.

Muy diferentes ambos, desde luego, al que lucía hace un mes para esa ceremonia civil celebrada en Nueva York. En aquella ocasión, Iman eligió una pieza firmada por la diseñadora estadounidense Rosie Assoulin. Este modelo, de largo midi, escote halter y espalda al descubierto con anudado posterior, destacaba especialmente por su tejido con brocado de flores sobre el que, a su vez, se añadían más ramilletes diminutos bordados a mano con pequeños cristales.

Pero los tejidos con flores también han sido protagonistas en esta boda en París, aunque no solo de la mano de la novia, sino también de la de su abuela, Farah Diba, que se convirtió en una de las invitadas mejor vestidas a la cita, sin perder esa elegancia que siempre ha caracterizado a la viuda del sha de Persia. Para esta segunda boda de su nieta, la antigua emperatriz elegía un traje sastre en color rosa empolvado con bordados de flores en la chaqueta.

Farah Diba vivía un día muy especial al ver a su nieta casarse después de ocho años de relación con el financiero Brad Sheerman, al que conoció en 2017 en Nueva York, ciudad que fue testigo de su primer enlace. No dudó en posar con su hijo mayor, los novios y algunos de los invitados, como el cantante iraní Arash, también presente en esta boda en París.