El posado de la nueva Charlène de Mónaco en Niza: una más y feliz (por fin) entre primeras damas

Llevamos unas semanas comprobando cómo el cambio en su armario refleja parte de su situación personal actual. Porque Charléne de Mónaco es una mujer nueva y un ejemplo es el posado que ha protagonizando en Niza, donde se ha mostrado feliz y como una más entre primeras damas.

Su 'partner in crime', Brigitte Macron, con la que compartió el pasado fin de semana por la visita de Estado que realizó junto al presidente francés al Principado. Habían pasado 40 años desde la última cena de Estado y lo cierto es que la anfitriona no defraudó. Dos días después, se intercambiaban los papeles y era Charlène quien era invitada a la Riviera Francesa, con motivo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos.

En la cita participaban numerosos líderes mundiales y muchos de ellos fueron acompañados por sus esposas, convirtiendo Niza en el escenario de un auténtico cónclave de primeras damas, incluyendo a Shanaz Ibrahim Ahmed, esposa del presidente de Iraq, o Raquel Arbaje, primera dama de la República Dominicana, a quien hace solo unos días veíamos con la princesa Leonor.

Aunque la visita tuvo lugar este lunes, no ha sido hasta unas horas después cuando desde el palacio de Mónaco han querido compartir imágenes de esta visita, tomadas por su fotógrafo oficial y desde una perspectiva diferente, que nos muestra otra cara de Charlène, mucho más amable y relajada y menos institucional. Especialmente a gusto se la ve con el resto de primeras damas, capitaneadas por Brigitte Macron, con la que parece haber hecho muy buenas migas tras esos días compartidos en La Roca.

De hecho, en una de las fotografías podemos ver a las dos sentadas a una mesa y charlando como si fueran dos grandes amigas. No es una imagen nada habitual, desde luego, puesto que la agenda internacional de Charléne no es precisamente la más abultada de las consortes europeas. O al menos no lo era, ya que parece que algo está cambiando.

No nos olvidamos de que la sudafricana vivió casi un año de convalecencia por una infección que le llevó a ser sometida a varias operaciones. Pero su agenda está a un rendimiento incluso más alto que antes de esa enfermedad que la retiró de la vida pública durante muchos meses. Antes de aquello ya se había ganado el sobrenombre de 'la princesa triste', que ahora sería completamente inmerecido.

No solo se la ve mucho más relajada en cada una de sus apariciones, sino que se desenvuelve con soltura en las citas públicas, independientemente de su naturaleza. Tampoco era nada habitual verla posando como en este carrusel publicado por palacio y que va acompañando unas palabras de agradecimiento de la propia princesa.

"Después de dos días de hermosa amistad en suelo monegasco, Su Majestad la Princesa Charlène desea agradecer mucho a Madame Brigitte Macron por esta importante iniciativa, que logró combinar la belleza del patrimonio, la amistad entre países y un valioso diálogo cultural entre las naciones actuales", escriben.

Y, como venimos diciendo desde hace unas semanas, ese cambio en su actitud y su ánimo se ha visto reflejado en su ropa. Charlène ha abrazado el color y los estampados, dando un mensaje claro. En esta ocasión, ha escogido un vestido blanco con flores firmado por Emilia Wickstead, vieja conocida del armario de Kate Middleton y que se está haciendo también su hueco en el de la princesa de Mónaco.