Mary de Dinamarca, con el traje típico de las islas Feroe y mitones para el frío: del regalo a la reina a la decisión de su hija Josephine

Es la primera vez que pisan la zona desde que el monarca asumiera el trono el año pasado y, como manda la tradición, Federico y Mary de Dinamarca se han puesto los trajes típicos de las islas Feroe en el primer día de su visita oficial. Un atuendo al que la australiana ha acompañado con mitones, dado el frío que ha recibido a la pareja en la capital, Tórshavn.

Allí lleganban este miércoles acompañados por su hija pequeña, la princesa Josephine, que ha sido la nota discordante en la foto familiar, ya que ha lucido ropa de calle y no esos atuendos tan característicos, de los que la propia Casa Real daba toda la información horas antes de que la pareja desembarcara en la ciudad a bordo del Drannebrog, el yate real.

"El traje del hombre consiste en un sombrero, camisa, chaleco bordado, suéter de punto o wadders, pantalones hasta la rodilla, calcetines largos de lana, liga en colores faroés y botones plateados. El traje de mujer incluye, entre otras cosas, suéter de punto, paño de pecho, bufanda, delantal, falda tejida, cinturón de terciopelo y bata negra, a menudo forrado con seda negra. Las joyas de plata como un broche y una hebilla de cinturón completan el traje", escriben.

Ambos atuendos fueron en su momento un regalo del gobierno de las islas Feroe, aunque el de Mary tiene más de 20 años, ya que lo recibió en su primera visita al país, allá por 2005 y recién casada con el entonces príncipe heredero. Especialmente interesantes son las piezas de plata, que están diseñadas exclusivamente para ella y son exclusivas.

Pero, como decíamos, la australiana ha tenido que echar mano de prendas de abrigo extra, ya que la capital de las islas Feroe ha recibido a la familia con cero grados, por lo que no era fácil aguantar el frío. Los diferentes elementos del traje típico están confeccionado con tejidos calentitos, pero no cuenta con guantes, así que la reina Mary no ha dudado en ponerse unos para afrontar esas temperaturas tan gélidas.

No ha elegido unos guantes normales, sino unos mitones, es decir, esos guantes que no cubren los dedos y permiten trabajar con familidad y evitar la torpeza que normalmente aporta a las manos esta prenda de abrigo. Eso sí, se lo ha tenido que quitar mientras asistía a una recepción en la zona de Tinganes, ya que ha recibido un regalo que quedaba bastante deslucido encima del guante.

Sus anfitriones han querido entregar al rey Federico unos gemelos y a la reina Mary una pulsera, que no ha dudado en ponerse inmediatamente, aunque retirando primero ese mitón negro. Se trata de piezas exclusivas elaborados por la empresa familiar feroesa Niels L. Arge, ambas de plata y con una gran historia detrás, ya que simbolizan el linaje de la familia y la herencia de las islas.

Es Josephine, como decíamos, la única de los tres que no ha optado por el traje típico de las Feroe, pero hay una explicación. Cuando visitó el país por primera vez con sus padres, en 2018, recibió un atuendo tradicional como regalo. Tenía entonces solo 7 años y el cambio que ha experimentado su cuerpo es evidente y acorde con los 14 años que ya tiene.

Tal y como explicaba la Casa Real en esa publicación, la confección de este traje típico puede llevar meses, incluso un año. Y ha quedado claro que el hecho de que Federico y Mary hayan ido acompañados de su hija no era algo previsto desde hacía mucho tiempo, por lo que parece que no ha sido posible elaborarle un atuendo a tiempo.

Eso sí, aunque Josephine no haya lucido este atuendo que en el país se utiliza para eventos festivos, ha querido ir a juego con sus padres, dando protagonismo al rojo, que también lucían tanto Federico como Mary en sus característicos looks, y unos pantalones grises. Ella tampoco ha olvidado un buen abrigo y guantes para el frío.

No está muy claro, por otra parte, cuál es el motivo por el que la princesa Josephine ha viajado con sus padres. Su visita no es oficial, pero parece que acompañará a los reyes en todo momento. Algunos periodistas desplazados a la zona han comentado que el único motivo es la diferencia de circunstancias entre los cuatro hijos de la pareja. Y es que, aunque Josephine y Vincent, mellizos, estudian el mismo curso, lo hacen en colegios diferentes, por lo que el ritmo académico no es el mismo.

Sea como sea, se ha visto a los Reyes encantados con el baño de masas, recibidos por decenas de vecinos y con su hija pequeña encantada como protagonista secundaria de esta visita oficial.