Carolina de Mónaco, Carlota Casiraghi y Alexandra de Hannover se dan cita en una exposición en homenaje a Coco Chanel

El próximo jueves 19 de junio, el Nuevo Museo Nacional de Mónaco abre las puertas de la exposición ‘Los locos años veinte de Coco Chanel’, concretamente en una de sus sedes, Villa Paloma; y quién mejor para inaugurarla y verla en primicia que la familia real monegasca, muy unida a la maison francesa casi desde sus orígenes.

Las representantes no podían ser otras que Carolina de Mónaco, íntima amiga de Karl Lagerfeld -quien fuera director creativo de la casa francesa desde 1983 hasta su muerte en 2019-; Carlota Casiraghi, que es embajadora oficial de Chanel desde 2020 e imagen de varias de sus campañas; y la pequeña de la familia, Alexandra de Hannover, quien además iba acompañada de su novio, Ben-Sylvester Strautmann.

Para este evento, la marca elegida por las tres estaba clara. La hermana del príncipe Alberto II de Mónaco escogió un traje de chaqueta americana de doble botonadura y solapas con muesca y un pantalón de pierna ancha combinado con unas sandalias bicolor en blanco y negro.

Su hija mayor, en cambio, apostó por un conjunto de un jersey negro de punto con cuello redondo y mangas cortas con detalle de botones dorados; una falda abullonada por encima de la rodilla en color blanco; y unas sandalias negras con tacón bajo y tira en el talón. De complementos, únicamente el icónico bolso clásico de Chanel en color negro con cadena y cierre en dorado.

Y por último, la también hija de Ernesto de Hannover, que escogió un vestido clásico en color verde. Cuenta con cuerpo y falda plisada sin mangas y cuello redondo que se entalla levemente en la cadera y es largo hasta las rodillas. Una de las siluetas clásicas, precisamente, de esos años 20. Lo combinó con los clásicos zapatos de tacón bajo en color nude y punta negra.

En el interior de Villa Paloma, Carolina, Carlota y Alexandra han podido disfrutar de los más de 200 objetos que la componen, entre los que se encuentran 30 diseños de Coco Chanel que se mezclan con otras obras de artistas modernos como Pablo Picasso. Todo ello pone el relevo del trabajo de la francesa durante estos años 20 en los que fue una auténtica visionaria construyendo ya a la que sería la mujer moderna.

Que la exposición sea aquí y no en otro sitio tiene mucho que ver con la estrecha relación de Coco Chanel con el principado. La diseñadora residía habitualmente en Mónaco y, con el paso de los años, se fue asentando cada vez más en la Costa Azul. En 1923 decidió construir en Roquebrune-Cap-Martin su villa, bautizada como ‘La Pausa’, que fue su residencia desde 1930. Durante esta década, Coco Chanel dio comienzo a la creación de perfumes y nació el icónico Chanel Nº5.