El rey Felipe vuelve a dar una sorpresa a Julián, su pequeño "amigo" enfermo de cáncer

El pasado fin de semana, rey Felipe acudió a la Base Aérea de San Javier. El motivo de la presencia del jefe del Estado en el recinto —al que pronto se incorporará la Princesa de Asturias— fue conmemorar el 40.º aniversario de la Patrulla Águila. Como figura en la página del Ministerio de Defensa, este grupo se ha consolidado como una de las principales formaciones acrobáticas del mundo y ha participado en numerosos eventos internacionales. En su haber cuentan con más de treinta mil horas de vuelo y quinientas exhibiciones.

Para don Felipe, el acto tuvo un carácter especialmente emocional: ese día se sustituía el histórico avión C-101 por el moderno PC-21. Con el primero, el entonces príncipe Felipe se había entrenado durante su etapa como alumno en la Academia del Aire. Y si para el jefe del Estado fue una jornada para recordar, aún lo fue más para Julián, un niño enfermo de cáncer que mantiene desde hace años una relación directa con la Casa Real.

En febrero del año pasado, sus padres recibieron un mensaje desde la secretaría del Palacio de la Zarzuela: les comunicaban una feliz noticia. Estaban invitados a un acto en Caravaca de la Cruz presidido por los Reyes con motivo del Año Jubilar.

En primera fila, en su silla de ruedas, se encontraba Julián. Don Felipe se acercó y le dijo: “Ya tenía ganas de conocerte personalmente”. Luego, dirigiéndose a los padres, tanto él como doña Letizia les animaron a seguir visibilizando la enfermedad del pequeño: “Seguid con vuestra causa como lo estáis haciendo en las redes sociales”. Una frase que demostraba que el monarca estaba al tanto de su perfil de Instagram.

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Paloma Barrientos

Ahora se han vuelto a reencontrar los “amigos” —así define el propio Julián su relación con el Rey—, y lo han hecho en la Academia del Aire, durante la celebración del aniversario de la Patrulla Águila. Julián y sus padres esperaban en una de las salas de descanso utilizadas por los mandos la llegada del jefe del Estado.

“Ha sido muy bonito. Nos recibieron varias autoridades de distintos ejércitos que estaban allí, y les explicamos la enfermedad de nuestro hijo. Fueron todos muy amables y Julián estaba feliz. Estuvimos dos horas mientras el rey volaba con el avión nuevo y, en ese rato, nos prepararon una merienda. Cuando apareció el Rey, a nuestro hijo se le iluminó la cara. Le gastó bromas, chocaban las manos y jugaba con él. A nosotros nos preguntó por su evolución y, sobre todo, le hablamos de la importancia de la investigación en el cáncer infantil”, cuentan sus padres.

En abril de 2023, Julián pudo cumplir otro gran sueño gracias a José Luis López, el Turronero. El pequeño deseaba conocer a la Legión y viajó hasta Ubrique gracias a la Fundación López Mariscal. Lo hizo en ambulancia, con personal sanitario y acompañado de su familia directa. Una historia agridulce que en aquellas fechas también relataba su padre, Miguel Costa:

“No conocía de nada a José Luis. Sabía que había un empresario andaluz con una fundación y contacté con su nuera, que es quien lleva esta ONG. Empezamos a hablar, le conté el drama que vivíamos con nuestro hijo, cómo el rey le había escrito una carta, cómo el Ejército del Aire le había concedido un diploma por su valentía y cómo se iban cumpliendo sus sueños. Y uno de ellos era ver desfilar a la Legión”.

Ahora, Julián ha vuelto a cumplir otro deseo: reencontrarse con su “amigo” Felipe.