Los recuerdos de Tatiana Blatnik con el príncipe Nicolás y su relación con la familia real griega: “Sin él, no viviría en Grecia”

La separación de Nicolás y Tatiana Blatnik, tras catorce años de matrimonio, puso fin a una relación que en sus inicios fue sólida, pero que se había deteriorado en los últimos tiempos. Las apariciones públicas conjuntas se volvieron cada vez más escasas, centradas casi exclusivamente en actos vinculados al fallecimiento del rey Constantino. A pesar del divorcio, Tatiana mantuvo un estrecho vínculo con la familia de su exmarido, especialmente con su suegra, con quien se la vio tras anunciar la separación. Nicolás, al ser el único hijo residente en Grecia, facilitó esa cercanía. En redes sociales, especialmente Instagram, Tatiana dejó ver parte de su proceso emocional. Allí confesó que el divorcio supuso para ella la pérdida de “una capa de identidad”.

Casi año y medio después, Tatiana ha vuelto a hablar sobre el que fue el amor de su vida, aclarando los pormenores de su separación. En una entrevista con Vanity Fair España, explicó: “Terminar un matrimonio largo nunca es fácil, pero es posible separarse con amor y dignidad si se prioriza el respeto mutuo. No dimos nada por zanjado. Evolucionamos hacia una nueva etapa”. Estas declaraciones reflejan el comunicado emitido en su momento, que ya definía el proceso como resultado de “la dificultad de esta decisión, el profundo aprecio y respeto que se tienen”.

El pasado 7 de febrero se hizo visible la ruptura entre Nicolás y Tatiana, cuando su divorcio se materializó públicamente. La clásica estampa familiar de Ana María de Grecia rodeada de hijos y nietos se transformó con la ausencia de Tatiana, quien hasta hacía poco había sido un pilar fundamental en el entorno familiar. En su lugar, apareció Chrysi Vardinoyannis, la nueva esposa del príncipe Nicolás, ocupando ahora ese espacio en el círculo más cercano.

“Ser parte de la familia real griega ha sido un privilegio y un honor. He aprendido muchísimo: valores como el amor y el servicio a la patria, la unidad familiar y, por supuesto, conocí Grecia. Los admiro y respeto a todos, especialmente por su sólida unidad familiar”, exclamó Tatiana en dicha publicación. Desde su divorcio, la exmujer de Nicolás ha querido mantener su residencia en el país heleno. “Sin él, no viviría en Grecia”, apostilló.

“Estar casada con Nicolás ha sido un privilegio, y siempre le tendré un profundo respeto. Nuestra historia ha marcado una etapa muy importante de mi vida”, profundizó Tatiana, recordando su relación que comenzó en 2003. Se conocieron en una fiesta de fin de año mientras disfrutaban de las vacaciones de Navidad en la exclusiva estación de esquí suiza, lugar donde muchos herederos de grandes fortunas han encontrado el amor. Su boda fue la primera de un miembro de la familia real exiliada en 70 años y nadie quiso perderse esta histórica cita en agosto de 2010.