Carmela Mola, la joven con síndrome de Down que ha conquistado a Leonor con su bisutería artesanal: "Fue muy cercana"

El pasado lunes, en Santiago de Compostela, la princesa Leonor recibió la Medalla de Oro de Galicia en un acto solemne y cargado de simbolismo. Pero más allá del reconocimiento institucional, el día dejó un momento íntimo y conmovedor: su encuentro con Carmen Álvarez, una joven emprendedora de 23 años con síndrome de Down que ha roto barreras con su firma de bisutería artesanal Carmela Mola y que se ha convertido en un verdadero ejemplo de superación, talento y estilo.

Carmen fue invitada al acto como representante de la juventud gallega, en un grupo muy reducido de apenas setenta personas. Su presencia no fue casual: fue propuesta por la Xunta y respaldada por la Casa Real debido a su labor pionera como primera persona con síndrome de Down en abrir su propia tienda en España.

Tras la entrega de la medalla, durante un pequeño aperitivo, Carmen se acercó a la princesa y le entregó un regalo muy especial: varias piezas de su última colección de bisutería, reconocidas oficialmente por Artesanía de Galicia. Carmen cuenta con el título de artesana, y sus diseños reflejan una sensibilidad y creatividad únicas. “Fue maravillosa. Muy cercana, muy receptiva. Mostró muchísimo interés”, cuenta Ana, su madre, en conversación con Vanitatis. Leonor le dijo que le habían encantado las piezas y que se las iba a poner. Por respeto al momento, la familia prefiere no revelar aún cuáles son, a la espera de que la princesa las luzca públicamente.

La historia de Carmen comenzó siendo niña, cuando su madre, preocupada por su motricidad fina y sus problemas de visión —llegó a necesitar una lupa para trabajar— pensó que los abalorios podrían ayudarla. “Siempre fue muy presumida”, recuerda Ana. Empezó haciendo piezas que usaban ella misma y sus amigas, hasta que un día alguien les sugirió profesionalizarlo. Así nació Carmela Mola, cuya imagen de marca representa tres cromosomas, símbolo del síndrome de Down.

Desde entonces, Carmen no ha dejado de crecer. Es autónoma desde los 18 años, ha quedado finalista en certámenes de joyería a sobre cerrado —sin que el jurado supiera quién estaba detrás— y hoy es un referente de inclusión y emprendimiento. Sus piezas destacan por la originalidad y su innato talento para combinar colores y formas.

"Que haya podido conocer a la princesa y que ella reconociera su trabajo ha sido algo muy especial para Carmen, y para todos nosotros", concluye Ana. Un gesto sencillo pero cargado de significado, que une dos caminos muy distintos con un punto en común: la apuesta por una sociedad más diversa, inclusiva y con futuro.

Y ahora, solo queda esperar con ilusión el día en que veamos a la princesa Leonor luciendo las joyas de Carmela Mola.