El cambio exprés de Charlène de Mónaco para pasar de un look 'working' al de gala en un solo gesto

Tres citas públicas en las que ha querido apostar por la practicidad. Charlène de Mónaco ha pasado de un look 'working' a uno de gala con un solo gesto, siendo muy fiel a su estilo y a la línea que ha seguido en sus diferentes apariciones con la misma naturaleza. La princesa ha hecho del traje de chaqueta su gran aliado y lo ha demostrado luciendo dos diferentes en el mismo día.

Por la mañana, los príncipes de Mónaco se reunieron con los duques de Edimburgo en palacio, dando muestra de un encuentro royal que se debía a la presencia de los príncipes Eduardo y Sophie en La Roca tras haber asistido a una cena de gala la noche anterior en el Yatch Club. Aunque no coincidieron en ella con Charlène y Alberto, sí pudieron verlos unas horas después, en el patio del Palacio Grimaldi que ha sido protagonista de tantos momentos institucionales y familiares.

En esa imagen, que también distribuía el propio palacio, veíamos a Charléne vistiendo un sencillo pero poderoso traje de chaqueta, sin salirse demasiado del estilo que se ha marcado para citas matinales. Se trataba de un diseño de Alexander McQueen, con un microestampado de cuadros y que completó con unos slingbacks de Valentino.

No tuvo tiempo de cambiarse tras el encuentro con los duques de Edimburgo, puesto que poco después empezaba la reunión de Liderazgo 2025 del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, con el príncipe Alberto, presidente de la Cruz Roja monegasca, dando el discurso de apertura. No podía faltar Charlène como vicepresidenta, acompañando a su marido para representar el legado que defendió como nadie Grace Kelly.

Pero la jornada dedicada a Cruz Roja en Mónaco terminaba con una cita de gala en el Club Náutico, a la que también asistió Camille Gottlieb, sobrina de los príncipes y miembro de la junta directiva, con un trabajo enfocado en dar a conocer a los jóvenes en alcance y la importancia de la cooperación de esta institución.

Una velada para la que los tres lucieron trajes de chaqueta, Alberto sin alterar demasiado su aspecto y Charlène solo cambiando el estampado de microcuadros que había lucido por la mañana por un conjunto, también de corte sastre, confeccionado en tela metalizada, aportando a su apariencia un toque mucho más festivo.

La princesa eligió un delicado tono plata para este traje de chaqueta, mezclando la gala con lo casual, sin renunciar a esos diseños sartoriales con los que se siente tan cómoda, favorecida e identificada, pero aportando el toque festivo que necesitaba la cita. Para rematar el look de gala, Charlène lució unos zapatos de salón en color dorado, al igual que los pendientes.

Tampoco la sudafricana cambió mucho en cuanto a apariencia capilar, puesto que optó por un peinado muy parecido al que había lucido en sus dos anteriores apariciones públicas, aunque moviendo ligeramente la raya del pelo. Así le daba un punto algo más formal pero sin renunciar a un recogido con el que está cómoda y se siente segura.

Y su sobrina también quiso apostar por un look parecido, con pantalón ancho y chaqueta holgada, en su caso en un color difícil de definir que bailaba entre el marrón claro y el verde. No faltó en el look de Camille Gottlieb un bolso con el icónico acolchado de Chanel, la firma que más abunda en los armarios de las hermanas Grimaldi.