Un bolso de Dior y botas victorianas: la jequesa de Catar firma uno de sus estilismos más refinados

La jequesa de Catar es capaz de todo en cuestiones de estilo. Dentro de su forma de vestir conservadora y propia de su cultura, sabe cómo llevar la moda a su terreno. Puede aparecer con los diseños más vanguardistas de la última temporada o apostar por el clasicismo más exquisito, como ha hecho en esta ocasión, con un abrigo lavanda, un bolso de Dior y unas botas de estilo victoriano de Michel Perry.

El look del que hablamos pertenece al reciente encuentro de Moza bint Nasser con Antonio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, durante la Segunda Cumbre Mundial para el Desarrollo Social, donde abordaron el papel de la educación como pilar fundamental para el desarrollo global y los esfuerzos conjuntos entre la ONU y la Education Above All Foundation para avanzar en la Agenda 2030.

Para una cita de este calibre, la jequesa escogió un conjunto de inspiración atemporal, protagonizado por un abrigo tipo vestido en tono lavanda, tirando a mauvé, de silueta estructurada y falda con vuelo. El diseño, de doble botonadura dorada y cintura entallada, resalta el porte regio de Moza. Además, el ligero brillo del tejido y la caída de las tablas aportan movimiento y volumen sin restar sobriedad.

La esposa del emir padre completó su estilismo con un pañuelo en tono rosa empolvado, un gesto de coordinación cromática que suaviza la rigidez del abrigo y aporta armonía al conjunto.

El toque de lujo silencioso vino, como siempre, de su impecable selección de accesorios. En la mano llevaba el icónico bolso Lady Dior, confeccionado en piel grabada color arena, símbolo absoluto de distinción y feminidad. Este modelo, una de las piezas fetiche de la realeza y la alta sociedad, añade un punto clásico y reconocible a su look.

Pero si hay algo que eleva el estilismo a otra categoría son las botas victorianas de Michel Perry, confeccionadas en ante bicolor con cordones frontales y tacón curvado. Una elección magistral: evocan el refinamiento del siglo XIX, pero con la audacia moderna que caracteriza a la jequesa. El contraste de texturas y tonos conecta con el espíritu de su abrigo y demuestra, una vez más, su dominio del lenguaje de la moda como vehículo de poder y sofisticación.

Una aparición que resume a la perfección su sello personal: discreción, fuerza y una elegancia que no busca impresionar, sino dejar huella.