Pistorius se declara "no culpable", pero su vecina desbarata su versión de los hechos

El atleta paralímpico sudafricano Oscar Pistoriusse ha declarado este lunes "no culpable" del cargo de asesinato premeditado de su novia, la modelo Reeva Steenkamp, en el primer día del juicio que se celebra en el Tribunal Superior de Pretoria. "No culpable", respondió contundentemente el corredor al ser preguntado, después de que el fiscal, Gerrie Nel, le acusase formalmente de haber acabado con la vida de su pareja de forma premeditada.

Pistorius mató a tiros a Steenkamp a través de la puerta cerrada del baño de su casa en Pretoria el 14 de febrero del año pasado, y podría ser condenado a cadena perpetua si es hallado culpable. En el tribunal, uno de los abogados del deportista, Kenny Oldwage, leyó la versión de los hechos aportada por el acusado, que sostiene que confundió a su pareja con un intruso.

"Reeva debió haber ido al aseo. Cerró la puerta corredera. Me acerqué al baño para defender a Reeva y a mí mismo", leyó el abogado. "No existe ningún tipo de fundamento para el alegato de la Fiscalía de que él quería matar a Steenkamp", agregó el letrado, que negó que la pareja mantuviera una discusión la noche del fatal tiroteo, como mantiene el Ministerio Fiscal.

No obstante, esta versión del deportista difiere mucho de la mantenida por una vecina suya, testigo de la acalorada discusión que mantuvieron instantes antes de producirse los disparos.

Michelle Burger es la primera testigo llamada a declarar por el fiscal. "Justo después de las tres de la mañana me despertaron unos terribles gritos de mujer", afirmó Burger, cuyo marido también oyó los gritos. Más tarde, también escucharon a un hombre pidiendo ayuda, por lo que el matrimonio llamó rápidamente a las fuerzas de seguridad temiendo que se estuviese produciendo un asalto en el vecindario. Según la testigo, los gritos de mujer alcanzaron después un "clímax", tras el que se escucharon cuatro disparos. Instantes más tardes fue la policía forense quien certificó la muerte de la modelo y detuvo a Pistorius como acusado de su muerte.

Al llegar al tribunal vestido con traje oscuro y camisa blanca, el deportista saludó con gesto circunspecto a varios policías, y habló en repetidas ocasiones con sus abogados. Decenas de periodistas llenan la sala del Tribunal Superior de Pretoria, donde la juez Thokozile Masipa debe establecer si Pistorius mató de forma intencionada o no a la modelo, que entonces tenía 29 años. Ahora, la justicia es quien tiene la palabra.