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Sarkozy y Bruni la lían en un hotel de BCN y se van de cena con Artur Mas y esposa
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ELLA VINO A DAR UN CONCIERTO

Sarkozy y Bruni la lían en un hotel de BCN y se van de cena con Artur Mas y esposa

Tras descender de su avión privado, la cara le cambió de color cuando vio a seis agencias de prensa que estaban esperándoles para hacerles una foto

Foto: Nicolás Sarkozy acompañado por Artur Mas en el concierto que Carla Bruni ofreció en Barcelona (Vanitatis)
Nicolás Sarkozy acompañado por Artur Mas en el concierto que Carla Bruni ofreció en Barcelona (Vanitatis)

De trato son como la noche y el día. Mientras que Nicolas Sarkozy, que habla un perfecto español, resulta afable, cercano, simpático y discreto en las distancias cortas, su esposa, Carla Bruni, es fría, distante y con un fuerte temperamento. La cantante y exprimera dama de Francia dio buena muestra de su personalidad nada más aterrizar el miércoles por la tarde en el aeropuerto de El Prat de Barcelona, ya que ella debía dar un concierto en la ciudad al día siguiente.

Tras descender de su avión privado, la cara le cambió de color cuando vio a seis agencias de prensa que estaban esperándoles para hacerles una foto. Sin sonreír y parapetada tras su guitarra, la exmodelo hizo caso omiso a los profesionales, mientras Sarkozy quitaba hierro al asunto actuando con total normalidad. Lo peor vino después, cuando el matrimonio llegó al hotel Rey Juan Carlos I, un resort de lujo cinco estrellas rodeado por un maravilloso jardín del siglo XIX en el que se han alojado desde Julio Iglesias, Elle MacPherson, Cayetano Martínez de Irujo, el rey saliente Don Juan Carlos, Paloma San Basilio y algunas de las grandes fortunas del petróleo.

Nada más entrar en la suite, Bruni montó en cólera porque la habitación no le gustaba, exclamó alguna que otra palabra soez y ordenó a sus asistentes que le cambiaran inmediatamente de alojamiento una vez que los paparazzi que esperaban en la puerta del hotel se hubieran ido para sus casas. El Rey Juan Carlos I estaba a pocos metros del lugar donde tenía que cantar el jueves 19 por la noche en el marco del Festival Jardins de Pedralbes, donde se encuentra el Palacio Real de Pedralbes, que a finales de los años veinte formó parte del patrimonio de la corona y donde los duques de Palma celebraron su banquete de bodas en 1997.

Ya de noche, Carla y Nicolas, se dirigieron al Majestic Hotel & Spa, otro cinco estrellas, ubicado en pleno Paseo de Gracia, al lado de la Casa Batlló y de la Pedrera, donde finalmente la cantante encontró todas las comodidades que necesitaba. La pareja no salió a cenar a ningún restaurante y prefirió descansar porque a las cuatro de la tarde del día siguiente Carla tenía una prueba de sonido.

Dedicatoria en español

Mientras Carla se concentraba en el repertorio de canciones de su último álbum, Little french songs, así como en otros temas conocidos, Quelqu'un m'a dit y Comme si de rien n’était, el ex presidente aprovechó para ponerse la ropa de deporte y hacer footing por el Paseo de Gracia, donde unos días antes también había hecho lo mismo el actor Rob Lowe, que se encontraba junto a Cameron Díaz y Jason Regel promocionando la película Sex tape, algo pasa en la nube.

Sarkozy estuvo vigilado permanentemente por dos gendarmes franceses, cuatro miembros de la policía nacional española y otros tantos mossos d’Esquadra para que no hubiera ningún incidente. En todo momento Sarkozy se mostró muy amable y sonriente ante todas las personas que le reconocían, atónitas, en plena calle.

Carla estaba algo nerviosa ya que este concierto era el primero que realizaba en nuestro país y que supuso un broche de oro como punto final a la gira que empezó el año pasado a nivel mundial. Sobre el escenario, comentó: "Para mí es un honor cantar para vosotros esta noche, gracias". También dedicó en español una canción "para todas las mujeres que están enamoradas". Entre el público, obviamente, se encontraba Sarkozy, acompañado por Artur Mas -presidente de la Generalitat-, que unas horas antes había estado en los actos de proclamación de Felipe VI en Madrid, y por Xavier Trias, alcalde de Barcelona. Entre el público también estaban los padres de Gerard Piqué, Montse y Joan.

Cena privada con el president

El agente de Carla prohibió la asistencia de cámaras, a excepción de Martí E. Berenguer, fotógrafo oficial de estos exclusivos recitales, lo que permitió que los Sarkozy se relajaran durante toda la velada. Al acabar el concierto, el expresidente y su mujer cenaron con Artur Mas y su mujer, Elena Rakosnik, en el interior del palacio, un menú elaborado por los hermanos Torres, que poseen una estrella Michelin.

De trato son como la noche y el día. Mientras que Nicolas Sarkozy, que habla un perfecto español, resulta afable, cercano, simpático y discreto en las distancias cortas, su esposa, Carla Bruni, es fría, distante y con un fuerte temperamento. La cantante y exprimera dama de Francia dio buena muestra de su personalidad nada más aterrizar el miércoles por la tarde en el aeropuerto de El Prat de Barcelona, ya que ella debía dar un concierto en la ciudad al día siguiente.

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