Los anti-Oscar: tener muy poco estilo o maquillarse como una puerta tiene premio

A pocos días para que la Academia entregue sus premios, nosotros no podíamos ser menos. Tomad asiento porque nuestras ganadoras (lo de tener nominadas sale caro, que luego se beben la barra libre intentando olvidar el chasco) se lo han tomado muy en serio. ¿Vendrán a recoger la estatuilla?

Uma Thurman: Peor caracterización por Monster

Al maquillador de la actriz, Troy Surratt, se le fue la mano con la brocha, perdón, pincel, y acabó dejando la cara de Uma cual Ecce Homo. Cecilia, la restauradora de esta obra que bien podría incluirse en el archivo histórico-artístico español (si se agota un pijama que lleva la Esteban cualquier cosa podría pasar), lo habría hecho mejor. Se rumorea que Uma tuvo que recurrir a un martillo y un cincel para desmaquillarse.

Penélope Cruz: Peor peluquería por Mujeres al borde de un ataque de pelos

Vale que tienedos hijos y que es madre trabajadora, pero Pe, cariño, incluso Marco Aldany abre hasta las 22:00para que mortales como nosotras podamos atusarnos la melena. Dicho esto, el peinado de Penélope en la pasada gala de losGoya no había por dónde cogerlo. Seguro que Javier Bardem le dijo que estaba monísima. Claro. Fíate tú de un tío que aceptó rodar No es país para viejos con un peluquín que recordaba a la melena de Javier Herrero, el rubio de Los Pecos.

Kim Kardashian: Peores efectos especiales por Un lugar donde sentarse

Lo de que el culo de la socialitees de verdadno hay quien se lo crea. Mira que ella jura y perjura que es natural, pero las fotos no engañan. Solo quedan dos opciones. O lleva la mesa auxiliar LACK de Ikea en su trasero, o guarda ahí las pelotas de Pilates para no olvidárselas. De cualquier manera, este misterio es el único que le hace perder el sueño a Iker Jiménez.

Taylor Swift: Peor actriz dramática por Los Amantes Pasajeros

Su carrera musical sobrevive gracias a sus traumas amorosos. Cada vez que le dan pasaporte, la chica se pone el traje de drama queen, coge la guitarrita y crea un nuevo éxito. ¿Lo mejor? La manera en la que se venga de sus ex gracias a las letras de sus composiciones. ¿Lo peor? Tener que escucharlas.

Renée Zellweger: Peor actriz de animación por Frozen

Dar vida a Bridget Jones debió de causarle tal impactoque decidió criogenizarse cual postre de Ferran Adrià. Ni corta ni perezosa, la actriz aseguró que se veía mejor que nunca. Eso sí, lo dijo con la boca pequeña porque no era capaz de gesticular. Si algún día el cine le da la espalda, siempre podrá actuar como doble de su figura en el Museo de Cera.

Donatella Versace y Goldie Hawn: Peor dúo cómico por La muerte les sienta tan bien

La diseñadora y la actriz son las Pili y Mili del otro lado del charco. Sus sucesivas operaciones estéticas les han hecho parecer casi hermanas y ambas tienen esa inquietante sonrisa quirúrgica que asustaría hasta al mismísimo Joker. Les falta una para protagonizar la versión 3.0 de Las Chicas de Oro. Precaución. No acercarles fuego, podrían explotar debido a la concentración de plástico en rostro.

Ariana Grande: Peor B.S.O. por Los Ángeles de Victoria’s Secret

Conseguir cantar en el desfile de la firma de lencería es un sueño al alcance de muy pocos. ¿Y qué hizo la cantante cuando lo consiguió? Meter la pata. Encima del escenario, Ariana tuvo que esquivar una de las enormes alas que lucía la modelo Elsa Hosk. Lo malo es que puso una cara muy poco favorecedora. Obviamente, los internautas no tardaron en mofarse de la pobrecilla. Una historia de primeras oportunidades fallidas con posteriores humillacionesque no podrían igualar ni todas las películas juntas de Multicine de Antena 3.

Helena Bonham Carter: Peor Vestuario por El armario de los monstruos

¿Os acordáis de Madame de la Gran Bouche, el armario que ‘escupe’ los vestidos en La Bella y La Bestia? Pues lo tiene la actriz en su habitación. Es la única razón por la que alguien con el poder adquisitivo de Helena podría vestir con menos gusto. Cuenta la leyenda que su ahora exmarido, Tim Burton, la retaba a ponerse modelitos imposibles y acudir con ellos a eventos de postín. ¿La recompensa? Dinero. Ya se sabe, la avaricia rompe el estilo.