El 'contigo no, bicho' de Melania a Trump

Ni con un puntero láser. No se lo ha dicho así, pero la condición que le ha puesto Melania Trump a su marido para vivir con él en la Casa Blanca suena un poco a eso: la exmodelo ha pedido a Donald dormir en habitaciones separadas. En caso de que su marido vea necesario compartir el mismo cuarto, Melania exige que duerman en camas separadas. O sea, que no piensa tocarlo, ni con un puntero láser.

Las exigencias de la primera dama han sido recogidas por el 'US Weekly' y provienen, según el medio, de una fuente cercana a la pareja. Hace unos días, el estilista de la familia Phillip Bloch declaraba que “ella se siente miserable, que no os engañen sus sonrisas. Este es el sueño de Trump, no el de ella”. Y es que la primera dama está triste, a punto de darle un Masako si no le pone remedio. De hecho, ha dejado de acompañar a su hijo Barron al colegio y ahora es el servicio de seguridad el que se encarga de ello. De hecho, el colegio del niño era la excusa que Melania esbozó para justificar que siguiera residiendo en Nueva York, donde Barron acude a la escuela, en lugar de trasladarse a Washington, donde se encuentra la Casa Blanca.

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Vanitatis / Agencias

El protagonismo del ojito derecho de Trump, su hija Ivanka, en las últimas semanas apunta a que será esta la que ejerza de primera dama en lugar de Melania. De momento, la mujer del presidente más criticado de los Estados Unidos se va a quedar en Nueva York hasta que termine el curso escolar del hijo de ambos. Será entonces cuando se traslade finalmente, y de forma permanente, a la Casa Blanca… ¿O tal vez no?

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