Todos quieren parecerse a Melania Trump e Ivanka: los cirujanos hacen su agosto

Es muy conocida la tendencia de que aquello que llevan las celebrities se agota a las pocas horas en las tiendas. El vestido de Kate Middleton es buscado por todas sus fieles seguidoras. El peinado de Paula Echevarría o Sofia Vergara es el más demandado en las peluquerías y, en el caso de la cirugía plástica, las facciones de las Trump son las más imitadas. Todas quieren tener el rostro de Melania Trump y de Ivanka Trump, como así acaba de darse a conocer en un reportaje realizado por 'The New York Times'.

Si hasta hace bien poco las hermanas Kardashian eran el ejemplo a seguir a la hora de acudir al cirujano plástico, ahora las tornas han cambiado y son las Trump las más emuladas. Se ha dejado de pedir los labios de Kylie Jenner por solicitar los pómulos de Melania Trump. Tampoco se quiere ya el trasero de Kim Kardashian, pero sí se ansía tener la firme nariz de Ivanka que demuestra seguridad y poderío a la hora de llevar los negocios sin escrúpulos. Todas quieren parecerse a las féminas del clan Trump, menos a Tiffany. O al menos eso es lo que asegura el cirujano Norman Rowe en conversación con el portal 'Page Six'.

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Según este especialista, hasta que Donald Trump no se alzó como presidente de los Estados Unidos, ninguna mujer se había acercado a su clínica pidiendo parecerse a Melania o Ivanka. Algo que sí ha sucedido durante estos últimos meses en su centro de cirugía de Nueva York, recordando 50 mujeres que ya han consultado la posibilidad de tener las cotizadas facciones de las Trump: “Hay mucha chalada que acude a nuestras clínicas con fotos de Angelina Jolie y Samantha Fox”, señala otro doctor, para citar a otras famosas que son ejemplo a seguir por las mujeres que desean retocar sus facciones quirúrgicamente. También van buscando el perfil de Elsa Pataky, la reina Letizia o Amaia Salamanca.

Eso sí, según explica el cirujano Julio Millán, consultado por el mismo medio, pocos especialistas acaban aceptando estos encargos, al menos aquellos en los que las pacientes acuden a la clínica con la foto de la famosa en la mano. No quieren caer en problemas derivados de una obsesión como esta: “Cuando alguien nos enseña la fotografía de una actriz diciéndonos que quiere parecerse a ella, no la aceptamos como paciente porque existe el riesgo de que sufra una dismorfia y eso sí que no podemos solucionarlo. Todavía no hacemos milagros, ni cambiamos una cara por otra”.