El parisino de 60 años que atracó a Kim Kardashian le pide perdón por carta

El robo de joyas a punta de pistola a Kim Kardashian en París es uno de los capítulos más difíciles por los que ha pasado esta estrella de la televisión estadounidense. A punto de cumplirse el primer aniversario de ese día que ella desearía olvidar, ya que pensó que iba a morir y tenía seguro que iba a ser violada tras encontrarse maniatada y amordazada en la cama ante sus agresores, uno de ellos ha decidido pedir perdón por el dolor que le ha causado.

[Las impactantes imágenes del robo con agresión a Kim]

Aomar Ait Khedache, de 60 años, formaba parte de la docena de atracadores que se hicieron con un botín de 10 millones de dólares en joyas en el asalto a la residencia de Kim Kardashian en París, donde se encontraba con motivo de la Semana de la Moda francesa. Ahora, acosado por el remordimiento por el daño que le provocó, ha querido pedir perdón a través de una carta que la propia Kim ya ha leído.

“Me acerco a ti, como ser humano, para decirte lo mucho que me arrepiento de lo que hice y lo mucho que me conmovió verte llorar. Quiero que sepas que simpatizo con tu dolor, el de tus hijos, tu marido y tus seres queridos. Espero que con esta carta me perdones por el trauma que te hice pasar por mi acto”, escribe el atracador a su víctima en una nota que ha caído en manos del portal 'TMZ'. Sin embargo, estas disculpas no han conmovido a Kim Kardashian, que no acepta su perdón, ya que entiende que se trata tan solo de un estratégico movimiento para rebajar la futurible condena en el juicio que está cerca de celebrarse.

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El sexagenario atracador dice que se dio cuenta de su error al ver cómo Kim Kardashian lloraba en el reality 'Keeping up with the Kardashians' mientras narraba su traumática experiencia. “Vi llegar a dos personas acompañadas por el hombre de la recepción, que lo tenían atado (…) Me tiraron sobre la cama. Los dos hombres iban encapuchados (…) Me pidió que le diera mi anillo con un fuerte acento francés. Le dije que no sabía dónde estaba el anillo, pero entonces sacó un arma y me apuntó con ella. Inmediatamente me mostré el anillo. Dirigió el arma hacia mí. Tomó el anillo, llevaba guantes. Me preguntó dónde estaban las joyas y el dinero. Me ataron con cables de plástico y las manos con cinta adhesiva, después las piernas y me taparon la boca. Me llevaron al baño y me metieron en la bañera”, narraba entre lágrimas Kim rodeada de sus hermanas. Pensó que la iban a violar y a matar, suplicó por su vida y le recordó al ladrón que tiene hijos. Si libró y ahora no está dispuesta a aceptar las disculpas de su agresor.