Catherine Deneuve, el azote de las feministas: los tres hombres de su vida
La actriz gala se ha echado encima a las mujeres de todo el mundo por justificar el acoso sexual en Hollywood. Ella sabe cómo tratar a un hombre, por eso se la consideraba “la rubia de hielo”
Catherine Deneuve está en el ojo del huracán y la polémica amenaza con acabar con ella. Eso sí, la actriz tiene unas firmes convicciones, aunque estas no casen con la mayoría -mucho menos con las feministas francesas-, y no está dispuesta a dar un paso atrás por contentar al resto de mujeres que consideran que las “insinuaciones torpes” son realmente acoso sexual o un trato irrespetuoso por parte de los ahora denominados 'depredadores sexuales'.
La actriz francesa de 74 años se ha echado encima a las feministas, pero no le importa. Ella ha sabido lidiar con los hombres que se le acercaban con indecorosas intenciones, aunque alguno sí que logró hacer realidad su fantasía de conquistar a este icono del cine que tiene más de 90 películas en su currículo. Pero existe otro currículo que cobra mayor peso ahora que se ha puesto sobre el tapete la guerra de sexos en Hollywood. Nos referimos al amoroso. A esos hombres que supieron hacerse un hueco en su corazón, que fueron tres, más allá de esos otros que simplemente supieron dar la talla en la alcoba.
Dejando a un lado sus romances más efímeros, estos fueron sus grandes amores:
Roger Vadim
Catherine Deneuve fue muy precoz en lo que amor se refiere. A los 17 años se cruzó en su camino el director de cine Roger Vadim. Fruto de su unión nació su primer hijo, Christian Vadim, también actor y que ahora tiene 54 años. No triunfó el amor y pronto comenzaron los problemas entre ellos. Según ha asegurado el propio cineasta, la culpa no fue suya, sino de la actriz.
Considera que la fama se le subió tanto a la cabeza que su carácter sufrió un cambio para peor: “Chatherine muy pronto se convirtió en una persona dura y agresiva, en una estrella mimada”. Un mal recuerdo el que atesora el director de su primer amor y madre de su hijo.
David Bailey
El fotógrafo británico David Bailey le caló lo suficiente como para decidir pasar por el altar. La actriz y el cámara se casaron en Londres en 1965 y estuvieron felizmente casados durante siete años. Siempre se ha comentado que lo suyo fue un flechazo instantáneo, pero la pasión se terminó y la convivencia no terminó de ser tan idílica como creían en un primer momento.
Uno de los problemas más importantes que tenían era el idioma, aunque pueda parecer difícil de comprender. Él no sabía francés y ella “estaba demasiado cansada” para hablar inglés después de largas sesiones de rodaje. Esta incapacidad para comunicarse fluidamente hizo imposible la supervivencia de su relación.
Marcello Mastroianni
Marcello Mastroianni fue el único que supo comprender su profesión y los sacrificios que esta requiere, dado que él también era actor. Coincidieron en una película en 1971 y tan solo un año después Catherine Deneuve daba a luz a su hija Chiara Mastroianni, que también ha sentido la pasión por la interpretación. Aun así, pese a que su relación parecía de las más idílicas de los años 70 en el mundo cinematográfico al juntar a la belleza francesa con el galán italiano por excelencia, tres años después decidieron tomar caminos por separado. Su ruptura bien podría haber supuesto un revuelo similar al de Angelina Jolie y Brad Pitt en tiempos modernos.
Catherine Deneuve está en el ojo del huracán y la polémica amenaza con acabar con ella. Eso sí, la actriz tiene unas firmes convicciones, aunque estas no casen con la mayoría -mucho menos con las feministas francesas-, y no está dispuesta a dar un paso atrás por contentar al resto de mujeres que consideran que las “insinuaciones torpes” son realmente acoso sexual o un trato irrespetuoso por parte de los ahora denominados 'depredadores sexuales'.