La sombra de Amy Winehouse sobrevuela a una Demi Lovato en horas bajas
La ex chica Disney fue ingresada por una sobredosis un día después del aniversario de la muerte de Winehouse, fallecida por el mismo motivo. Ambas comparten adicciones y enfermedades
Rondaban las diez de la noche del pasado martes cuando el portal ‘TMZ’ lanzaba una impactante noticia: Demi Lovato (25) era encontrada inconsciente en su casa de Hollywood Hills con una aparente sobredosis. Demi había vuelto al alcohol recientemente, tras haber permanecido sobria durante más de seis años. También fue el alcohol el que acabó un fatídico 23 de julio con Amy Winehouse, hace ahora siete años. Una pérdida de la que el soul británico aún no se ha sobrepuesto.
Winehouse se iba a los 27 años, formando parte del célebre y tétrico club de los 27. Las redes sociales no dejan pasar un solo 23 de julio sin honrar a la británica, una voz que se apagó casi en público y ante la impotencia de quienes la veían marchitarse cada día un poco más. Algo similar a lo que ocurre con Lovato, quien hace poco habló de cómo comenzó con sus adicciones: “Mi padre fue un adicto y un alcohólico, y supongo que quise saber lo que encontró en las drogas y en el alcohol”. Entonces tenía 17 años.
Demi tenía miedo a esta recaída. Lo confesó en 2013 a ‘People’ cuando falleció el actor Cory Monteith ('Glee') a causa de una sobredosis de heroína. “Una sola recaída es todo lo que se necesita para morir”, confesó. “Tan solo un momento de vulnerabilidad puede llevarte a recaer. Cory no eligió morir. Fue la enfermedad (de la adicción). Te puede sorprender en cualquier momento. Siempre tengo esperanzas de que la gente (a partir de este incidente) se dé cuenta de que esta enfermedad es muy muy muy peligrosa”. Estas palabras cobran un nuevo sentido hoy.
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Porque el problema de Lovato es justo ese: el de las recaídas una y otra vez en sus múltiples adicciones, con el alcohol como principal problema. Según la cantante, hacía seis años que no probaba una gota de licor, desde los 19, pero hace unas semanas una canción llamada ‘Sober’ (Sobria) hacía saltar las alarmas. En su letra reconocía que había vuelto a beber, y de paso pedía perdón a sus padres y a los fans que la apoyan.
En el documental ‘Simply Complicated’, estrenado el pasado año, Demi Lovato hablaba de este viacrucis personal: “Camuflaba la droga en los aviones, en los baños, a medianoche. Y nadie lo sabía. No era capaz de estar sobria. O estaba drogada o pensaba en drogarme todo el tiempo”. Allí se desahogó y habló sin tapujos de sus constantes intentos de rehabilitación. En 2017 decía sentirse completamente recuperada.
El historial de sus problemas psicológicos la emparentan aún más con Amy Winehouse. La ex estrella Disney también sufrió de bulimia. Según el hermano de Winehouse, “esa fue la verdadera razón de su muerte, puesto que la dejó débil y susceptible”. Si Winehouse nunca se recuperó por completo, Lovato estaba orgullosa de haber superado esa enfermedad. Hace ahora un año compartió una instantánea en su Instagram que dejaba sin palabras: el antes y el después de su desorden alimenticio.
“La comida es mi verdadero reto, a veces miro atrás y me da vergüenza de cómo he llegado a estar”, confesó la cantante norteamericana. Según ella, la bulimia vino a visitarla por la presión ocasionada por una prematura exposición mediática a la corta edad de ocho años. Con nueve años era rostro habitual de Disney Channel y con 15 ya era un fenómeno de masas junto a los Jonas Brothers en ‘Camp Rock’. Algo que Demi nunca supo manejar y que le pasó una cara factura. Por ahora, según fuentes próximas a Lovato, se encuentra “despierta y estable” en un hospital de Los Ángeles, a la espera de ser dada de alta y de que sea ella la que agarre las riendas de su vida (una vez más).
Rondaban las diez de la noche del pasado martes cuando el portal ‘TMZ’ lanzaba una impactante noticia: Demi Lovato (25) era encontrada inconsciente en su casa de Hollywood Hills con una aparente sobredosis. Demi había vuelto al alcohol recientemente, tras haber permanecido sobria durante más de seis años. También fue el alcohol el que acabó un fatídico 23 de julio con Amy Winehouse, hace ahora siete años. Una pérdida de la que el soul británico aún no se ha sobrepuesto.