Tres años sin David Bowie: estas son las propiedades que dejó a sus herederos

No sabemos cómo va su 'vida en Marte', pero sí que David Bowie dejó tras de sí un legado impresionante. Además de su incuestionable obra artística, el astro musical dejó un ingente patrimonio en nuestro planeta, de esos que asombran con tan solo leer sus cifras. El ambiguo artista falleció un 10 de enero de hace tres años y la sola mención de su nombre ha hecho que vuelva a ser tendencia en las redes sociales. Muchos han vuelto a recordar la inmensa fortuna que dejó en herencia a su segunda mujer, la modelo Iman Abdulmajid, y a sus dos hijos, Duncan y Alexandria.

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A saber: unos 135 millones de dólares a los que hay que añadir varias propiedades que quitan el hipo.

Por una parte, un piso en Manhattan que salió a la venta en marzo de 2017 por el módico precio de 6,4 millones de dólares. Esa venta incluía, para fans irredentos, el mítico piano Yamaha del cantante, objeto valioso dentro de un inmueble que además incluye tres baños, una sala de estar con vistas a Central Park o un servicio que tenía la capacidad de convertirse en una habitación del pánico para defenderse de los ladrones.

También en Nueva York, Bowie poseía un apartamento de 4 millones de dólares que compró en 1999 y en el que residía junto a su esposa Iman. Y siguiendo la estela del río Hudson, no muy lejos de la ciudad de los rascacielos, también poseía una finca en el condado de Ulster. Esta en concreto fue legada a su hija Alexandria, que todavía no ha cumplido la mayoría de edad. De entre las joyas inmobiliarias que dejó el intérprete de 'Heroes', también sorprende una casa de veraneo en la isla de Mustique que cuesta unos 20 millones de euros.

¿Cómo llegó a acumular un patrimonio tan suculento el 'hombre de las estrellas'? A lo largo de los años 70 y 80, cuando se encontraba en el momento álgido de su carrera, llegó a vender unos 140 millones de álbums. Ese éxito y la capacidad de hacer accesible una imagen asexuada y construir un estilo propio acabaron calando no solo en sus fans sino en el imaginario colectivo. Y de paso, beneficiaron su cuenta corriente.

Vida sexual

Además de su riqueza y de las informaciones sobre sus herederos, los medios también han hablado largo y tendido de la propia biografía de Bowie y de sus relaciones personales. En 2015 se publicó una biografía firmada por Wendy Leigh en la que se narraba, con todo lujo de detalles, las supuestas orgías que el cantante organizaba en su casa de Chelsea con la aprobación de su primera esposa. Aquello ocurría en los primeros años 70, cuando él mismo se declaraba bisexual en una época mucho menos abierta a la diversidad.

David Bowie y Angela se casaron en 1970 y se divorciaron una década más tarde de forma poco amistosa. Ella le acusaba de haberla arrastrado a un mundo de drogas, alcohol y lujuria, y él de abandonar a su hijo Duncan, un niño nacido en 1971 del que Bowie se hizo cargo tras la ruptura. Desde que se separaron la otrora pareja no volvió a cruzarse una palabra y Duncan, hoy día un reconocido director de cine, no mantiene ningún tipo de relación con su madre.

Él es, precisamente, uno de los herederos que disfrutan en la actualidad de la merecida riqueza de uno de los grandes adalides de esa modernidad musical y estética tan necesaria en los tiempos que corren.