Cristiano y Georgina (con botas y bolso de 4.000€), 'estrellas de cine' en los tribunales

Martes con mucho movimiento en la Audiencia Provincial de Madrid. Cristiano Ronaldo ha llegado con gafas de sol y acompañado de Georgina Rodríguez a la capital para declarar por delito fiscal.

El jugador portugués, actualmente en las filas de la Juventus de Turín, acudió al tribunal a las 09:35 de la mano de su inseparable pareja y subió las escaleras entre una gran expectación, después de firmar varios autógrafos.

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Está previsto que Ronaldo se declare culpable de cuatro delitos fiscales y, tras la lectura de los hechos, firme el acuerdo de conformidad. Será condenado a dos años de prisión y al pago de 18,8 millones de euros en virtud del pacto al que llegó con la Fiscalía y con Hacienda, por el que reconoció haber cometido cuatro delitos fiscales entre 2011 y 2014.

El futbolista quería cerrar un ciclo, arreglar su problemas con el fisco español y olvidar su pasado en nuestro país. Aquella pataleta no se ha traducido en hechos reales. El futbolista no ha logrado vender por el momento su casa de La Finca y las obras de su nuevo hotel van viento en popa. Su apertura se prevé para este primer trimestre de 2019 y, de hecho, la cadena hotelera con la que colabora ha anunciado la apertura de un segundo establecimiento en la capital.

Georgina y su look

Georgina y Ronaldo han acudido a los tribunales de la mano en cuestión de estilo, sobrios, contenidos, nada que ver con los looks a los que nos tienen acostumbrados. El ambiente les ha puesto la piel de gallina, y por primera vez en mucho tiempo, lo único que no hemos visto ha sido eso, piel.

Ella con un abrigo granate abierto (que parece gritar: 'voy de puerta de jet a puerta de tribunal') sobre un total look negro, incluido cuello alto, y sus inseparables botas mosqueteras de Balmain que ya le hemos visto en otras ocasiones. Estas rondan los 1.500 euros y no se queda atrás en precio el bolso que llevaba en la mano, el clásico 2,55 de Chanel, que ronda los 2.500 € en ese tamaño. En un momento de incertidumbre ha hecho una apuesta sobre la seguridad de unos accesorios infalibles. Sin pendientes, las joyas en las muñecas, un reloj masculino (quizá se lo ha prestado su pareja) y poco más. Llamémosle el primer ejercicio de 'contención' ante el pago de los millones de euros que les ha caído encima.