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Bardem y José Andrés: sencillez hispana vs. barroquismo anglosajón en los Oscar 2019
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una gala aburrida y con pocas sorpresas

Bardem y José Andrés: sencillez hispana vs. barroquismo anglosajón en los Oscar 2019

Los aires mexicanos no se convirtieron en huracán, ya que 'Green Book' se llevó el Oscar a la mejor película. Repasamos algunos de los momentos de una ceremonia algo desangelada

Foto: Javier Bardem y Angela Basset. (Reuters)
Javier Bardem y Angela Basset. (Reuters)

"No hay presentador, no va a haber publicidad durante el premio a los cortometrajes y México no va a parar el muro". Maya Rudolph, Tina Fey y Amy Poehler empezaron con esa sentencia una gala de los Oscar sin presentador, algo desangelada pero tan grandilocuente y barroca como cabía esperar. El pistoletazo de salida lo dio el premio a la mejor actriz secundaria para Regina King. Pero antes fue Brian May, el guitarrista de Queen con pelazo blanco, la primera estrella de la ceremonia. El veterano de la música hizo vibrar a todos con su interpretación de 'We are the champions'. A falta de presentador, se echó mano de ese 'bigger than life' tan característico de Hollywood.

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placeholder Tina Fey, Maya Rudolph y Amy Poehler. (Reuters)
Tina Fey, Maya Rudolph y Amy Poehler. (Reuters)

La alfombra roja ya nos dio algunas pistas de lo hiperbólico que iba a ser el evento. Las 'favoritas' Rachel Weisz y Emma Stone fueron de las más arriesgadas en lo que a indumentaria se refiere. La una parecía llevar un chubasquero de plástico rojo sobre los hombros; la otra se paseó enfundada en un modelo 'pescadito' que la convirtió en la candidata perfecta para protagonizar un 'remake' de 'La Sirenita'. Lady Gaga tampoco se quedó corta, emulando a la Céline Dion de la época 'Titanic' con un impresionante pedrusco colgando del cuello. La cantante actriz parecía encantada de volver a ponerse esa máscara que se quitó en 'Ha nacido una estrella'. De hecho, uno de los momentos más melodramáticos de la noche (además de sus lágrimas cuando consiguió el Oscar a la mejor canción) fue su interpretación de 'Shallow' al alimón con Bradley Cooper. Los más sensibles lloraron a moco tendido. Los más cínicos nos fijamos en las gruesas capas de maquillaje que les hacían parecer los primos de Los Simpson en los primeros planos.

placeholder Rodrigo Sorogoyen y Marta Nieto. (EFE)
Rodrigo Sorogoyen y Marta Nieto. (EFE)

Frente al exceso anglosajón, la sencillez hispana se impuso en la ceremonia. De Alfonso Cuarón dando las 'gracias' en español cuando ganó el merecidísimo Oscar como mejor director a un simpatiquísimo Javier Bardem, que bailó con la música de Queen y también habló nuestro idioma en una noche en la que el acento tenía sabor hispano. "No hay fronteras, no hay muros que frenen el ingenio y el talento", dijo ante los estruendosos aplausos. Para rematar, minutos después aparecieron en el escenario Diego Luna y José Andrés (sí, el chef es todo un ídolo en Estados Unidos) para presentar la candidatura de 'Roma'. Que viva México, habría dicho cualquiera.

placeholder Diego Luna y José Andrés hablando de 'Roma'. (Reuters)
Diego Luna y José Andrés hablando de 'Roma'. (Reuters)

También tuvo su cuota de protagonismo Gustavo Dudamel, director de la orquesta que interpretó la música en el homenaje a los fallecidos en 2018 y novio fiel de nuestra María Valverde. Pero si hubo una presencia genuinamente española, esa fue la de Rodrigo Sorogoyen y Marta Nieto.

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placeholder Yalitza Aparicio posa a su llegada a la alfombra roja de los Oscar. (EFE)
Yalitza Aparicio posa a su llegada a la alfombra roja de los Oscar. (EFE)

El nuevo genio del cine español y la protagonista de su cortometraje nominado, 'Madre', se mostraron cautos a la hora de hablar de sus (escasas, por desgracia) posibilidades de premio. Tanto ellos como el equipo de 'Roma', con una comedidísima Yalitzia Aparicio vestida de verde azulado, fueron pura discreción frente a la ornamentación del mundo anglosajón. Y si no, que se lo pregunten a Jennifer Lopez (sí, pese a sus orígenes es neoyorquina) y a ese 'vestido pedrería' que llevaba encima. O a Jennifer Hudson y la larguísima capa con la que salió a cantar al escenario.

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placeholder Hannah Beachler y Jay Hart. (Reuters)
Hannah Beachler y Jay Hart. (Reuters)

Más barroquismos para el recuerdo: el de Hannah Bleacher, la diseñadora de producción de 'Black Panther' agradeciendo su Oscar con un discurso escrito en el móvil y con un peinado a lo 'Mad Max' . O Maheshala Ali, ganador del Oscar al mejor actor de reparto por 'Green Book', que subió a recoger su premio con un gorro que le hacía parecer un corredor de running del Bronx de los años 70. Tampoco podremos olvidar a Spike Lee, que se calzó una gorra de taxista y un traje chaqueta morado tan exagerado como sus brincos al recoger el Oscar al mejor guión adaptado.

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placeholder Spike Lee y Samuel L. Jackson. (EFE)
Spike Lee y Samuel L. Jackson. (EFE)

No vamos a negar que algunos de esos momentos gloriosos y pomposos de los Oscar nos vuelven locos. ¿Quién es el guapo que no se emocionó cuando Barbra Streisand salió al escenario a presentar la candidatura de 'Infiltrado en el KKKlan' con los acordes de 'The way we were' ? ¿Y quién no sueña con tener su rostro terso y conservado en formol como el de ella cuando llegue a sus 76 años?

placeholder Barbra Streisand en los Oscar 2019. (Reuters)
Barbra Streisand en los Oscar 2019. (Reuters)

Al final de una ceremonia ágil pero un tanto aburrida, 'Green Book' se llevó ese Oscar a la mejor película que todos pensaban que debía ir a parar a 'Roma'. Lo anglosajón se impuso a lo hispano. La industria quedó por encima de ese viento procedente de México que proporcionó el premio al mejor director para Alfonso Cuarón. La suave brisa mixteca no se llegó a convertir en huracán. Y para muestra, un botón: la presentadora del premio final fue Julia Roberts, estrella de las que ya no quedan, vestida de rosa.

placeholder Julia Roberts presentando el Oscar a la mejor película. (Reuters)
Julia Roberts presentando el Oscar a la mejor película. (Reuters)

En los últimos años, Hollywood invita al aperturismo, a la celebración de lo foráneo, pero al final siempre acaba venciendo la industria. La meca del cine sigue siendo como esa tía que te invita a cenar a su casa pero no deja que te lleves su vajilla a la tuya.

"No hay presentador, no va a haber publicidad durante el premio a los cortometrajes y México no va a parar el muro". Maya Rudolph, Tina Fey y Amy Poehler empezaron con esa sentencia una gala de los Oscar sin presentador, algo desangelada pero tan grandilocuente y barroca como cabía esperar. El pistoletazo de salida lo dio el premio a la mejor actriz secundaria para Regina King. Pero antes fue Brian May, el guitarrista de Queen con pelazo blanco, la primera estrella de la ceremonia. El veterano de la música hizo vibrar a todos con su interpretación de 'We are the champions'. A falta de presentador, se echó mano de ese 'bigger than life' tan característico de Hollywood.

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