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Por qué todo el mundo habla del documental sobre Michael Jackson
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DE ESTRELLA A ESTRELLADO

Por qué todo el mundo habla del documental sobre Michael Jackson

Sexo de todo tipo, alcohol, chantajes y joyas. El documental que se estrena este 9 de marzo en España no soslaya ningún detalle escabroso y cuenta con el testimonio de dos víctimas

Foto: Michael Jackson, en una imagen de archivo. (Reuters)
Michael Jackson, en una imagen de archivo. (Reuters)

Como suele decirse, estaba tardando. En la era del #MeToo, que se lleva por delante a mitos de hoy (Kevin Spacey, Harvey Weinstein) y de siempre (Woody Allen, Dustin Hoffman), parecía relativamente incomprensible que la figura de Michael Jackson no saliera a relucir en cualquier momento. Y el momento es ahora, en formato documental de cuatro horas con el sello de HBO llamado 'Leaving Neverland' y que se podrá ver en España en Movistar este sábado 9 de marzo. En él, dos de sus presuntas víctimas lo cuentan todo con pelos y señales y el público que ha podido verlo ya en Estados Unidos o en Gran Bretaña está enloqueciendo hacia un lado o hacia el otro. No se habla de otra cosa.

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Según este documental, 'Neverland', el País de Nunca Jamás que se creó Michael Jackson a su imagen y semejanza peterpanesca, está lejos del cuento para niños y cerca del de terror. Y si todo lo relativo a ese paraíso para Jackson y los niños perdidos, con esas inquietantes fotos de fiestas de pijama con el cantante rodeado de menores tuvo siempre un halo de locura y delirio inofensivos (y así lo concluyeron todas las investigaciones judiciales en 1993 y en 2005), este filme asegura que no tiene otro nombre que no sea el de pederastia sistemática.

Los límites de lo demencial siguen muy altos y el documental se recrea en ellos, pero la ofensa no solo fue grave sino milimétrica y retorcidamente planeada. Desde el diseño arquitectónico de las estancias del castillo de los sueños infantiles -con un sofisticado sistema de recovecos y bloqueo de puertas para no ser descubierto- al alto voltaje sexual de las situaciones que allí se vivieron, nada que ver con la imagen cándida que muchos defienden que tenía ese presunto Jackson atrapado en su infancia. Parece que también teorías como la de que todo era un montaje para apretarle las tuercas a Michael Jackson para que soltara los derechos de los Beatles (que había comprado en 1983) palidecen ante el absoluto lujo de escabrosos detalles que salen ahora a la palestra, con sexo anal, oral, masturbaciones, alcohol, chantajes y joyas.

placeholder Imagen del documental 'Leaving Neverland' en el que aparece Michael Jackson con Wade Robson de niño. (HBO)
Imagen del documental 'Leaving Neverland' en el que aparece Michael Jackson con Wade Robson de niño. (HBO)

Wade Robson y James Safechuck, después de haber defendido ante los jueces a Michael Jackson, han cambiado súbitamente su discurso y son las dos únicas voces del documental. Robson, coreógrafo de éxito en el mundo del espectáculo que trabajó para Britney Spears, asegura que tenía 7 años cuando fue abusado por primera vez (ahora tiene 37) y que desde entonces hasta bien entrada la adolescencia, su relación con Jackson estuvo marcada por los encuentros sexuales de todo tipo. Safechuck, que coincidió con Michael Jackson con 10 años (tiene 41 actualmente), explica en el documental que el rey del pop incluso llegó a celebrar una boda secreta con él para sellar su amor y tiene guardada la alianza que lo prueba.

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Ese giro inesperado, ese pasar violento de ser los niños predilectos y defensores de Jackson a sus acusadores quizá definitivos, aunque podría haber llenado de dudas la veracidad del discurso, es precisamente el que ha aportado el matiz diferenciador a 'Leaving Neverland', que acaba siendo una radiografía escalofriante de las complejidades del abuso a menores en el que el escarnio público contra Michael Jackson queda en un plano secundario.

Insoportable

Los críticos señalan cómo el director de la cinta, Dan Reed, consigue retratar con una precisión casi insoportable cómo la inocencia desvictimiza el abuso en un principio, se deja agasajar y seducir sin tener moralmente definido lo que está bien y lo que está mal. Y de ahí a cómo el shock llega más adelante, cuando las piezas encajan en la mente del adulto y caen en la cuenta -con auténtico estupor, decepción o incluso sentimiento de traición- de toda la perversión que había detrás de esa aparente amistad llena de regalos pero con demasiado derecho a roce. De que ese abuso es lo que ellos un día entendieron que era el amor incondicional. No en vano, tanto Robson como Safechuck decidieron romper el silencio una vez que fueron padres y se prometieron luchar para que nadie más pasara por esa situación.

placeholder  Michael Jackson y Safechuck, cuando era un crío. (HBO)
Michael Jackson y Safechuck, cuando era un crío. (HBO)

Oprah Winfrey ha sido una de las que ha hablado alto y claro sobre el asunto: “Llevo años intentando lanzar a la audiencia el mensaje de que los abusos sexuales no son solo abusos, sino también seducción sexual. Esto va más allá de la figura de Michael Jackson. Es más grande que cualquier persona. Vivimos un momento histórico que nos permite ver esta corrupción social que atraviesa a toda la humanidad. Está pasando ahora y está pasando en familias, sabemos que está pasando en iglesias, colegios, equipos deportivos, en todas partes. Si este documental sirve para que el público entienda cómo pasan, estamos sacando algo muy bueno de esto”. Y lo que dice Oprah en Estados Unidos suele ir a misa.

Por supuesto, la familia Jackson ha activado toda su maquinaria legal y ha emitido el previsible comunicado. “Michael Jackson es nuestro hermano y nuestro hijo. Michael no está aquí para defenderse y si aquí estuviera, esas acusaciones nunca se habrían hecho. Los hechos no mienten y la gente sí. Michael era y siempre será inocente”, reza. Más allá de eso, curiosamente, no se están centrando en desmentir las acusaciones, sino en un contrato que firmó la HBO en 1992 para la emisión del 'Dangerous Tour' desde Bucarest, que tenía una cláusula que prohibía a la cadena emitir en el futuro contenido que dañara la imagen del rey del pop. Piden nada menos que 100 millones de dólares de indemnización.

placeholder Los dos niños, ya de mayores, en un montaje de la cadena. (HBO)
Los dos niños, ya de mayores, en un montaje de la cadena. (HBO)

Pero mientras los tribunales llevan sus lentos procesos, el mundo está viendo el documental, presentado en primicia en el Festival de Sundance el 25 de enero y que en este mes de marzo se ha visto en HBO y Hulu en Estados Unidos y en Channel 4 en Gran Bretaña. “Él vivió desafiando a la física, a la raza, al género y nosotros vivíamos con ello. (…) Durante mucho tiempo ganó nuestra admiración, nuestra compasión, nuestro desconcierto, nuestra identificación, nuestra creencia de que era una metáfora, una alegoría, un faro, una advertencia de, para y sobre Estados Unidos. Pero tenías que poner mucho de tu parte para verlo de esta manera. Y tenías que poner mucho de tu parte para no mirar hacia otro lado. Tarde o temprano, todo trato de favor llega a su lógico final”, escribió en el 'New York Times' Wesley Morris, crítico y fan declarado del cantante.

¿Cambiará este documental realmente el legado del rey del pop? Es, sin duda, una extraña secuela del filme que se estrenó tras su muerte en 2009, que recreó la gira malograda del cantante y que sus fans acudieron a ver en masa: 'This is It' (Esto es todo). Incluso podría llamarse igual.

Como suele decirse, estaba tardando. En la era del #MeToo, que se lleva por delante a mitos de hoy (Kevin Spacey, Harvey Weinstein) y de siempre (Woody Allen, Dustin Hoffman), parecía relativamente incomprensible que la figura de Michael Jackson no saliera a relucir en cualquier momento. Y el momento es ahora, en formato documental de cuatro horas con el sello de HBO llamado 'Leaving Neverland' y que se podrá ver en España en Movistar este sábado 9 de marzo. En él, dos de sus presuntas víctimas lo cuentan todo con pelos y señales y el público que ha podido verlo ya en Estados Unidos o en Gran Bretaña está enloqueciendo hacia un lado o hacia el otro. No se habla de otra cosa.