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Céline Dion, adiós a Las Vegas 16 años después: dramas, alegrías y nuevos retos
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EN UN GRAN MOMENTO

Céline Dion, adiós a Las Vegas 16 años después: dramas, alegrías y nuevos retos

La cantante canadiense ha decidido emprender un nuevo camino. Prepara el lanzamiento de un nuevo disco y una gira por Estados Unidos y Canadá

Foto: Céline Dion, en la gala MET. (EFE)
Céline Dion, en la gala MET. (EFE)

Cuando Céline Dion vino a España a presentar su disco 'A New Day Has Come' en 2002, una de las pocas ocasiones en las que la diva canadiense ha pasado por nuestro país, pronunció una frase que era toda una declaración de intenciones y que parece ser una de las premisas que ha regido la relación con su público a lo largo de su brillante carrera: "Soy un libro abierto".

En aquel entonces, una bailarina de Las Vegas acusaba a su marido y mánager, el difunto René Angélil, de haber mantenido relaciones sexuales con ella sin su consentimiento. "Me muero de ganas de poder contarlo todo, pero está todo bajo secreto de sumario", declaraba la intérprete de 'My Heart Will Go On', quien vio, con alivio, cómo el caso se resolvía a su favor y la bailarina y su pareja eran detenidos en 2003 y condenados dos años más tarde por extorsionarle.

Céline, en la cumbre de su carrera, preparaba su primer espectáculo en Las Vegas 'A New Day...', toda una pirotecnica visual bajo las órdenes de Franco Dragone, conocido por su trabajo con Cirque du Soleil, después de firmar un contrato multimillonario por 600 conciertos. Una relación contractual que acabaría renovándose con otro show, 'Céline', que siguió abarrotando hasta el final el teatro del Caesars Palace, que construyeron ex profeso para ella con capacidad para 4.000 personas.

Muchos consideraban que era un suicidio artístico, porque hasta ese momento la 'ciudad del pecado' estaba catalogada como un cementerio para estrellas languidecientes. Sin embargo, fue un movimiento muy inteligente de René, arquitecto de la carrera de su mujer, que además tuvo una repercusión inmediata en la economía de la ciudad, que salía así de lo que parecía una recesión endémica. Los principales medios locales han alabado desde entonces los beneficiosos efectos colaterales de la presencia de Céline, a quien dejan las puertas abiertas para su regreso en un futuro.

La cantante canadiense, ganadora del festival de Eurovisión en 1988, había tomado esta decisión también pensando en su familia. No estaba dispuesta a hacer giras mundiales maratonianas. Quería que su primogénito, René-Charles, y después sus gemelos, Nelson y Eddy, que nacieron tras duros tratamientos de fertilidad, un año después de que la cantante sufriera un aborto, no notaran su ausencia y pudieran tener una vida cotidiana como la de cualquier familia. "Como sabéis, vengo de una familia de catorce hermanos y hermanas, lo que me ha dado valores y ha puesto las bases de mi vida. Se puede ser Céline Dion y hacer el trabajo de madre como cualquier otra", declaraba el pasado mes de mayo a la revista 'Elle'.

El destino deparaba a Céline grandes triunfos, pero también golpes tremendos, como la enfermedad de su marido. En 1999 le diagnosticaron un cáncer de garganta del que se recuperó, pero la dolencia regresó en 2013, lo que llevó unos meses mas tarde a dejar su puesto de mánager de su mujer y dejar su carrera en manos de su íntimo Aldo Giampaolo, quien posteriormente renunciaría a su puesto alegando que quería dedicarse a su vida familiar y no disponía del tiempo que requería una estrella con dos trayectorias en paralelo, la centrada en el mercado anglosajón y la francesa.

placeholder Céline Dion, con su hijo René-Charles, en el funeral de su marido. (EFE)
Céline Dion, con su hijo René-Charles, en el funeral de su marido. (EFE)

En septiembre de 2015, la propia Céline admitía que a su marido le quedaban pocos meses de vida. René necesitaba que le alimentaran por un tubo y sus condiciones físicas eran cada vez peores. Sin embargo, Céline consiguió que sus hijos vivieran la situación de la manera más natural posible y evidenció una gran fortaleza a su muerte, el 14 de enero de 2016. Su funeral en la basílica de Notre-Dame de Montreal tuvo las características de uno de Estado y las imágenes de la doliente viuda arropada por una multitud dieron la vuelta al mundo.

Lejos de hundirse, la artista, que perdió a su hermano Daniel, víctima de la misma enfermedad, con apenas unos días de diferencia, decidió seguir el consejo de su marido y volver cuanto antes a su trabajo. No era la primera vez que reaparecía en Las Vegas después de un acontecimiento dramático. Cuando en 2003 murió su padre, Céline no le falló a su público de Las Vegas y entre lágrimas les daba la triste noticia desde el escenario. Una muestra más del carácter de una mujer que vive una segunda juventud artística en la actualidad.

placeholder Céline Dion y el estilista Pepe Muñoz, en París. (EFE)
Céline Dion y el estilista Pepe Muñoz, en París. (EFE)

Céline termina su 'residencia' en Las Vegas este 8 de junio. Deja no solo su legado y unos ingresos que la han convertido en una de las mujeres más ricas del show business, sino haber transformado la marca de la ciudad de Nevada. Ahora estrellas del calibre de Janet Jackson, Britney Spears, Lady Gaga, Rod Stewart o Cher encuentran acomodo en un enclave que ha visto multiplicarse exponencialmente el turismo por ser una de las capitales mundiales del entretenimiento. Su siguiente cita es Hyde Park, en Londres el 5 de julio, y el 18 de septiembre comenzará su gira por Estados Unidos y Canadá en Quebec. En estos meses ultimará su próximo disco en inglés, 'Courage', que verá la luz previsiblemente este otoño.

La cantante, reconvertida en icono de estilo y nueva imagen de L'Oréal, trabaja codo con codo con el bailarín y estilista malagueño Pepe Muñoz, quien se ha convertido, además, en uno de sus mejores amigos y un acompañante habitual en los front rows de los desfiles a los que asiste, además de ser responsable de los últimos looks de la estrella. Desestimados los problemas de salud que algunos quisieron achacarle por su delgadez (siempre lo fue), Céline está llena de energía superada la barrera de los 50 y en uno de los mejores momentos de su carrera.

Cuando Céline Dion vino a España a presentar su disco 'A New Day Has Come' en 2002, una de las pocas ocasiones en las que la diva canadiense ha pasado por nuestro país, pronunció una frase que era toda una declaración de intenciones y que parece ser una de las premisas que ha regido la relación con su público a lo largo de su brillante carrera: "Soy un libro abierto".

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