Sigue la tragedia de los Kennedy: la nieta de Bobby, hallada muerta con 22 años

Saoirse Roisin Kennedy-Hill, de 22 años, ha sido identificada como la joven fallecida a causa de una posible sobredosis de drogas en una de las casas del complejo familiar de los Kennedy en la localidad estadounidense de Cape Cod.

“Nuestros corazones están destrozados por la muerte de nuestra querida Saoirse” ha declarado la familia en un comunicado. “Su prometedora vida estaba llena de esperanza y amor. El mundo es un poco menos bonito hoy”.

La joven –que batallaba durante los últimos años con la depresión y que ya había tratado de suicidarse en una ocasión– era la nieta del fallecido senador Robert 'Bobby' F. Kennedy y su mujer Ethel, que aún reside en la casa donde se produjo el fatal incidente.

Su padre es Paul Michael Hill, un irlandés miembro de los 'Cuatro de Guilford', un grupo de hombres encarcelados erróneamente –cumplieron 14 años de una sentencia de cadena perpetua– tras ser acusados de un atentado con bomba del IRA en 1974.

Pero, siendo una Kennedy, esta está lejos de ser la mayor tragedia de una familia que comenzó con su maldición particular en 1963 cuando el entonces presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy fue asesinado.

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Su hermano, el senador y candidato a la presidencia Robert F. Kennedy, sería también víctima de un asesinato cinco años más tarde. Otro hermano, Joseph, murió durante la Segunda Guerra Mundial y su hermana Kathleen falleció en un accidente de avión en 1948.

Del mismo modo encontraría su final el hijo de JFK, John F. Kennedy Jr, que murió en otro accidente aéreo en 1999 cuando sobrevolaba la costa de Martha's Vineyard junto a su mujer y su cuñada.

Uno de los hijos de Robert y Ethel, Anthony, murió por una sobredosis de drogas en 1984 con tan solo 28 años y el otro, Michael, falleció en un accidente de esquí en 1997.

Otro de los hermanos de John, el senador Edward 'Ted' Kennedy, se vio implicado en un accidente que resultó en la muerte de una mujer.

El de Saoirse –que significa 'libertad' en gaélico– es pues el último caso, de momento, de tragedia en una dinastía marcada por la desgracia.