Bernadette Chirac, los dos golpes que han quebrado definitivamente su salud
Aunque sí asistió a la ceremonia familiar celebrada en la catedral de Saint-Louis el 30 de septiembre, no fue al entierro de su marido en el cementerio de Montparnasse
Su última aparición pública había tenido lugar el 8 de junio del año pasado en la inauguración de una avenida que llevaba el nombre de su marido y suyo en Brive-la-Gaillarde, y ahora, con motivo de la muerte de su marido, Jacques Chirac, se la ha visto visiblemente disminuida, lo que ha suscitado grandes especulaciones sobre su estado real de salud. Un poco antes, en julio de 2017, compareció en silla de ruedas y muy abatida en el último adiós de la exministra francesa Simone Veil.
La mujer que permaneció al lado del mandatario galo desde 1956, pese a las reiteradas y acreditadas infidelidades, sí acudió a la ceremonia familiar que se celebró en la catedral de Saint-Louis, en París, pero no al funeral que tuvo lugar en la iglesia de Saint-Sulpice, al que acudieron 1.900 personas, ni a la posterior inhumación en el cementerio de Montparnasse.
"Pensamos especialmente en su querida esposa, Bernadette Chirac, querida en el corazón de los franceses, que no está aquí por razones de salud. Le trasladamos nuestro afecto y le dedicamos nuestras oraciones", declaraba monseñor Aupetit, arzobispo de París, al principio de la ceremonia religiosa.
En efecto, Bernadette Chirac no estuvo presente en el homenaje popular que rindieron a su marido en Los Inválidos por el mismo motivo: "Es una dama muy cansada", manifestaba una de sus mejores amigas y antigua asesora de comunicación, Anne Barrère.
Más lejos llega un miembro del clan Chirac que ha manifestado a 'Parisien' que "no es la mujer que habíamos conocido. No habla desde hace seis meses y se ha refugiado en la paz del silencio".
La muerte de su hija
Según distintas fuentes, están tratando de preservar la intimidad de Bernadette Chirac en estos momentos tan delicados y se ocupa especialmente de que así sea su hija Claude, tal y como ha manifestado Erwan L'Éléouet, autor del libro 'Bernadette Chirac, les secrets d'une conquête", publicado este mismo año y uno de los últimos periodistas que ha hablado con ella.
Uno de los capítulos más duros para Bernadette fue la muerte de su hija Laurence, a la edad de 58 años, en 2016, a consecuencia de una anorexia mental. "Cuando Laurence murió, Jacques Chirac estaba ya muy enfermo y Bernadette muy cansada. La vida hizo el resto y no precisamente en el buen sentido", ha dicho la ya mencionada Anne Barrère.
Después de este fatídico acontecimiento familiar, su hija Claude se puso al frente de todos los problemas: "Ha estado muy presente. Veía a sus padres a diario, se ocupó de su padre hasta el final y hará lo mismo con su madre", ha manifestado Barrère, quien es la artífice del documental 'Bernadette Chirac, Memoires d'une femme libre".
La retirada de la vida pública de Bernadette Chirac ha sido paulatina: este mismo año abandonaba su puesto del Consejo de Administración del Grupo LVMH y también cedió a Brigitte Macron, actual primera dama francesa, la presidencia de la Fundación Hôpitaux de Paris-Hôpitaux de France, un puesto que había ocupado durante dos décadas: "Ha dejado todas sus funciones. Vive entre los suyos, como una dama de su edad".
El distanciamiento de su hija adoptiva
No está a su lado en estos momentos la hija adoptiva del matrimonio Chirac, Anh Dao Traxel, que hace años que no tiene contacto con ellos. Su adopción había tenido lugar en 1979 cuando tenía 21 años. En 1981 surgieron las primeras fricciones cuando la refugiada vietnamita decide casarse con Michael Pham, algo que Bernadette no aprueba, pero que sí cuenta con el apoyo de su marido, Jacques. Con tres hijos en común, el matrimonio se rompe cuando Anh Dao comienza una relación con el que acabaría siendo su segundo marido, Emmanuel Traxel. Una historia muy pasional que también acabó en boda, aunque sus padres decidieron no acudir al enlace.
La relación estaba rota por completo y se dice que Claude Chirac no perdonó jamás a su hermana que hiciera pública la enfermedad neurodegenerativa que padecía su padre y, sin duda, su libro 'Chirac: Une famille pas ordinaire', en el que contaba los pormenores de su relación familiar, no contribuyó a que se enmendaran las cosas. Y mucho menos declaraciones en las que afirmaba que había sido utilizada con fines políticos. Sea como fuere, a nadie ha sorprendido que no acudiera a despedir al expresidente francés porque tampoco había sido invitada.
Su última aparición pública había tenido lugar el 8 de junio del año pasado en la inauguración de una avenida que llevaba el nombre de su marido y suyo en Brive-la-Gaillarde, y ahora, con motivo de la muerte de su marido, Jacques Chirac, se la ha visto visiblemente disminuida, lo que ha suscitado grandes especulaciones sobre su estado real de salud. Un poco antes, en julio de 2017, compareció en silla de ruedas y muy abatida en el último adiós de la exministra francesa Simone Veil.