Las últimas horas de Kobe Bryant: un centro comercial, una misa y un entrenamiento

El mundo todavía no se recupera de la muerte de uno de sus ídolos, el ahora todavía mas legendario Kobe Bryant, después de un fatal accidente de helicóptero el domingo 26 de enero en Calabasas (California). Un domingo cualquiera en el que realizó su rutina clásica de fin de semana se convirtió en el fatal prolegómeno de su muerte y la de su hija de trece años, Gianna, así como el de los otros seis tripulantes del helicóptero y su piloto. Pero, ¿qué hizo exactamente Kobe Bryant en sus ultimas horas de vida? Como si fuera un ritual con el que se pudiera revertir el tiempo (y con él la tragedia), sus fans y sus seres cercanos trazan el mapa de lo que condujo a lo que nadie hubiese nunca esperado.

Su ultima aparición pública había sido, como era de esperar, en un partido de baloncesto, y fue tan lejano como el 21 de diciembre. Fue con la propia Gianna, a la que apodaban cariñosamente Gigi. Así que, en tiempos de las redes sociales, su ultima reacción oficial la encontramos en Twitter y fue un acto de caballerosidad deportiva: la noche antes de morir, felicitó a LeBron James por su actuación en el partido en el que, precisamente, superó su propia marca y lo desbancó como el tercer máximo anotador de la historia de la NBA. Entre lágrimas, LeBron explicaría mas tarde en su Instagram que el mismo día del accidente, también intercambiaron unas palabras por teléfono. Se refirió a él como un hermano y a Gigi como una sobrina. Pero no fue lo único que Bryant hizo antes de tomar el helicóptero a las 9 de la mañana.

Oración y 'Mambacóptero'

Dos horas antes, a las 7, Bryant, católico practicante, pasó primero por la iglesia. Según informa la CNN, el deportista acudió al servicio de la Nuestra Señora Reina de Los Ángeles, en Newport Beach, donde el padre Steve Sallot asegura que intercambió con él un apretón de manos y pudo apreciar que tenia agua bendita en la frente. Bryant siempre se sentaba en los últimos bancos de la parroquia para no armar revuelo, y ese día paró unos minutos en la capilla para rezar en soledad. Poco después, siguió para tomar el que era su medio de transporte habitual. Desde 2006, acudía en helicóptero a los entrenamientos y a los partidos, con la intención de optimizar el tiempo. "Tenia que ver la manera de poder seguir entrenando y concentrado en lo mío sin sacrificar el tiempo con la familia", llegó a decir, según recordaba el Wall Street Journal.

Kobe llamaba a su helicóptero el "Mambacoptero", en juego de palabras con su apodo como jugador, "Mamba Negra". El mismo rotativo recreaba el trayecto que esperaba hacer y que ya había ejecutado el día anterior: desde el aeropuerto John Wayne, el mas cercano a su casa de Newport Beach, hasta el aeropuerto de Camarillo, el más próximo a la academia de deportes Mamba, de su propiedad, y donde su hija se disponía a disputar el encuentro. Un vuelo que le ahorraba casi una hora de trayecto respecto al viaje en coche. El día salió demasiado nublado y recomendaban no viajar (en una fatalidad con ecos de la muerte de John John Kennedy hace ahora dos décadas). Esta vez el piloto sí era experto (Ara Zobayan contaba con 8.200 horas de vuelo a sus espaldas) pero la tragedia fue igualmente inevitable y se estrellaron contra una montaña después de un brusco descenso que es, a día de hoy, el principal enigma del accidente. También fallecieron, como bien es sabido, Keri, Alissa y Alyssa Altobelli, matrimonio amigo y su hija compañera de equipo de Gigi, así como la entrenadora del equipo de ambas, Christina Mauser, además de otra jugadora, Payton Chester, con su madre, Sarah Chester.

El último selfie

Con el paso de los días, han ido surgiendo también pistas sobre lo que había sido el día anterior, el sábado, en la vida del deportista y empresario. La fama de Kobe Bryant y la era de las redes sociales han ido arrojando luz sobre unas horas en las que solo puede leerse una dinámica plácida y convencional. Así, la ultima foto de la leyenda del baloncesto podría ser la que tomó un adolescente de 13 años, Brady Smigiel, en la escuela de baloncesto de Bryant. La imagen parece casi un robado, pero según informa el 'Daily Mail' en su edición británica, la ironía de la misma es que Kobe le prometió al muchacho que otro día se sacarían una mejor selfie.

De ese mismo día, 'Access Hollywood' también ha filtrado fotos de la familia Bryant haciendo lo que hacen tantas otras familias estadounidenses en un fin de semana: pasear por un centro comercial en chándal. En la foto se le ve en el mall Fashion Island, de Newport Beach, con tres de sus hijas. Además de Gigi, se llevo a Bianka, de 3 años, y a Capri, de siete meses. No queda claro si, a pesar de no estar en las fotos, también estaba con ellos ni la hija mayor, Natalia, de 17 años, ni la esposa de Bryant, Vanessa, hija de emigrantes mexicanos y pilar fundamental en el que Kobe basó la reconstrucción de su imagen pública tras ser acusado de violar a una joven de 19 años en 2003 y solventó el caso por la vía extrajudicial. Ese es otro de los mapas que se han intentado reconstruir y reevaluar de manera póstuma tras la desaparición del mito, pero a día de hoy, predominan las muestras de dolor y de admiración por un deportista histórico. “No hay palabras para describir nuestro dolor ahora mismo. Puede consolarme saber que Jobe y Gigi sabían que era amados profundamente. Estábamos increíblemente bendecidos por tenerlos en nuestras vidas. Ojalá pudieran estar con nosotros para siempre”, expresó la viuda de Bryant tras varios días de silencio.