Así fueron las últimas horas del yerno de Whitney Houston antes de morir de sobredosis

Unas fotos recién publicadas por el 'Daily Mail' de la habitación del hotel donde Nick Gordon murió por sobredosis el pasado día de Año Nuevo muestran las secuelas de la mortal borrachera de alcohol y drogas que se cobró la vida del exprometido de Bobbi Kristina Brown, la hija de Whitney Houston.

Gordon pasó sus últimas horas encerrado en una habitación de un hotel de Florida donde bebió chupitos de tequila, fumó marihuana y esnifó heroína, según publica el diario británico, que añade que fue su novia, Airyelle McMahon, la que llamó al teléfono de emergencias después de que Gordon "comenzara a gemir" mientras dormía y una "sustancia oscura" empezara a salir de su nariz, según recogieron los informes policiales.

Gordon saltó a los titulares por la muerte en 2015 de la hija de Whitney Houston, que pasó cinco meses en coma inducido después de que fuera encontrada inconsciente en una bañera con drogas en su cuerpo. Su entonces pareja no afrontó cargos criminales, pero fue considerado legalmente responsable de su muerte por negligencia.

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Tras perder a su madre –Whitney Houston moría en 2012, también en una bañera, víctima de una "sobredosis de una sustancia narcótica, medicamentos recetados, una mezcla de otros fármacos y alcohol", según la autopsia–, la hija del también cantante Bobby Brown entró en una espiral autodestructiva marcada por las adicciones y que había estallado tras el divorcio de sus padres. Cuando tenía 15 años incluso fue ingresada en un psiquiátrico tras agredir a la cantante con una cuchilla de afeitar e intentar suicidarse.

Los rifirrafes de la pareja fueron recogidos en un reality llamado 'The Houstons: On Our Own', que mostraba la vida de la familia de Nick y Bobbi Kristina tras la muerte de la artista.

"Finalmente descansa en paz en los brazos de Dios", escribió su familia en un comunicado tras la muerte de la joven. Nick, por su parte, al cabo de los años fue arrestado en varias ocasiones por violencia doméstica antes de fallecer de una sobredosis cuando, según su círculo cercano, había encontrado trabajo y parecía haber encarrilado su vida.

Aunque el informe de la policía deja clara su triste realidad a la hora de fallecer: tan solo tenía una bolsa con un puñado de ropa, un teléfono móvil, ansiolíticos y cuatro paquetes de caramelos Pez.