Sean Connery: su último deseo antes de morir, aplazado a causa del coronavirus

La pandemia de coronavirus va a retrasar indefinidamente la última voluntad de Sean Connery. Según ha contado al 'Scottish Mail', su viuda, Micheline Roquebrune, el que fuera James Bond había pedido que sus cenizas se esparcieran entre Escocia y las Bahamas, donde había vivido tras retirarse del cine.

"Quería que sus cenizas se esparcieran en las Bahamas y también en su tierra natal", dijo al medio británico. "Siempre que sea posible y seguro viajar de nuevo, entonces la familia regresará a Escocia con él", aseguró.

Roquebrune, que estuvo casada con Connery durante 45 años, también reveló que habrá una misa en honor del intérprete en Escocia y que su difunto marido será incinerado en una ceremonia privada en la isla caribeña en una fecha sin determinar.

Tras la muerte del actor, Roquebrune ya había confirmado que el actor sufrió en los últimos meses de su vida de demencia senil y que falleció en su cama tranquilo y en compañía de su familia. En declaraciones recogidas por el diario británico 'Daily Mail', explicó que, debido a la enfermedad, "ya no era vida para él. Últimamente era incapaz de expresarse por sí solo".

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La viuda, de origen franco-marroquí y que fue la segunda esposa del actor que popularizó al superagente 007, consideró que su marido fue "un estupendo modelo de hombre" y que ambos compartieron "una vida maravillosa".

"Al menos murió mientras dormía y fue todo muy pacífico. Estuve con él todo el tiempo y simplemente se apagó. Es lo que quería, irse sin hacer ruido", dijo Roquebrune.

Connery y ella se casaron en Gibraltar en 1975, cinco años después de haberse conocido en un torneo de golf, deporte al que ambos eran muy aficionados. El actor ya había estado casado anteriormente con Diane Cilento, con quien tuvo a su hijo Jason.