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Jennifer Connelly: fría y distante en las entrevistas, madre amantísima en su casa
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Jennifer Connelly: fría y distante en las entrevistas, madre amantísima en su casa

La actriz cumple medio siglo de vida cultivando fama de distante. Sin embargo, se ha labrado una carrera ecléctica y sólida en un Hollywood acostumbrado a castigar a las mujeres

Foto: Jennifer Connelly. (Getty)
Jennifer Connelly. (Getty)

Abril de 2014, première del 'Noe' de Darren Aronofsky en pleno centro de Madrid. Un reportero de este medio (bien podría ser el que esto escribe...) tiene el inmenso honor de hacer unas cuantas preguntas a los protagonistas de esa fantabíblica y ambiciosa película. Entre ellas, una altísima y guapísima Jennifer Connelly. La pregunta, improvisada y algo veloz por las circunstancias, es si ha preparado mucho su papel como mujer del mítico (real o ficticio, allá cada cual con sus creencias) personaje del Antiguo Testamento. Su respuesta es fría, directa, se diría que hasta antipática.

La amantísima esposa de Noé en la película asegura, de forma algo hosca, que "todo el mundo conoce" la historia del creador del arca bíblica. "Solo son unas pocas páginas del Génesis", añade con desgana. El resto de reporteros presentes comentan, con desparpajo, que a la protagonista de 'Una mente maravillosa' no solo le disgustan algunas preguntas, sino también que le enfoquen demasiado las manos o los pies. Quizá porque ya no es aquella niña que se perdía con Bowie 'dentro del laberinto'. El cine le llegó, de hecho, de casualidad a esta mujer que cumple medio siglo este sábado.

placeholder Connelly, en el estreno madrileño de 'Noe'. (EFE)
Connelly, en el estreno madrileño de 'Noe'. (EFE)

Jennifer Connelly solo tenía 14 años cuando trabajó para Sergio Leone en 'Érase una vez en América' y llegó hasta esa película, hoy leyenda del cine moderno, sin pretender tener una carrera de actriz. Un amigo de la familia Connelly trabajaba en el mundo de la publicidad en los primeros 80. Fue él el que, ante la belleza de la pequeña Jen, sugirió a sus padres que la llevasen a castings. La niña empezó a trabajar como modelo infantil y, de repente, se encontraba en la superproducción de Leone, rodeada de estrellas como James Caan o Robert De Niro. "Recuerdo lo que hice, en su mayor parte, pero no sé por qué. No tenía aspiraciones, no tenía carteles de películas en mi habitación, no era fan de las películas. Me gustaban Evel Knievel y los animales. Y me gustaba la ciencia y el inglés", recordaba ella sobre su primera experiencia cinematográfica. Con el tiempo, llegarían 'En el laberinto', al lado del mencionado Bowie, y otros títulos ya imprescindibles como 'Réquiem por un sueño' o 'Una mente maravillosa', por la que ganó un Oscar gracias a su interpretación de Alicia Nash.

placeholder Fotograma de 'Una mente maravillosa'.
Fotograma de 'Una mente maravillosa'.

Durante sus casi cuatro décadas de carrera, no es un secreto que Connelly ha cultivado fama de fría y distante. Quizá por eso nos ha costado menos creer muchos de sus personajes, marcados por el drama y la gelidez de su mirada. En su vida privada, el hermetismo ha formado parte de su vida desde el minuto uno. Desde 2003 comparte su vida con Paul Bettany, con el que tiene dos hijos. Pese a que ambos son actores y famosos, es raro verles exhibiéndose a pie de alfombra roja, como sí hacen y han hecho otras parejas de Hollywood. Para entendernos, no tienen nada que ver con los Brangelinas de turno. La actriz también tiene otro hijo de su relación anterior con el fotógrafo David Dugan. Aquel amor de juventud no llegó a pasar por el altar pero cuentan que colmó de felicidad a Connelly. "Si me casara, preferiría no divorciarme. Y no llegué al momento en el que sentí que era la elección", comentaba al respecto en 2002.

placeholder Connelly, en el Festival de Cannes 2018. (EFE)
Connelly, en el Festival de Cannes 2018. (EFE)

Icono de estilo (no hay más que recordar sus atrevidos y maravillosos looks en estrenos como el de 'Alita' o en la alfombra roja de Cannes) y actriz de amplios registros, Jennifer Connelly ha sabido hacerse imprescindible en una industria que machaca a sus niños prodigio o penaliza la madurez en las mujeres. Un logro nada baladí en el Hollywood neoliberal de esta época de incertidumbres; una hazaña para la que quizá es necesario pecar de antipática.

Abril de 2014, première del 'Noe' de Darren Aronofsky en pleno centro de Madrid. Un reportero de este medio (bien podría ser el que esto escribe...) tiene el inmenso honor de hacer unas cuantas preguntas a los protagonistas de esa fantabíblica y ambiciosa película. Entre ellas, una altísima y guapísima Jennifer Connelly. La pregunta, improvisada y algo veloz por las circunstancias, es si ha preparado mucho su papel como mujer del mítico (real o ficticio, allá cada cual con sus creencias) personaje del Antiguo Testamento. Su respuesta es fría, directa, se diría que hasta antipática.

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