Jorge Románov y Rebecca Bettarini eligieron Fabergé para sus alianzas matrimoniales, pero también colaboraron en la elaboración de la tarta nupcial, con un original diseño

Texto: Juanra López
Fotos: Agencias / Cortesía
Diseño: Bolívar Alcocer

Ser partícipe de la boda de Jorge Románov y la italiana Rebecca Bettarini el pasado 1 de octubre suponía superponer el pasado, el presente y el futuro en una sola jornada. Sarah Fabergé es la heredera de un apellido y una saga que comenzó a ser lo que hoy sigue siendo gracias a su tatarabuelo, pero quien dio el gran salto cualitativo fue su bisabuelo. La casa, fundada en 1842 por Gustav Fabergé en San Petersburgo, la ciudad donde tuvo lugar el enlace, está viviendo momentos de cambio y nuevos proyectos. De ellos hablamos con la bisnieta de Peter Carl Fabergé, uno de los orfebres mejores de la historia y artífice y creador de casi 70 de los emblemáticos huevos de la marca que tanto apasionaban al zar Alejandro III.

Por cierto, que días después de realizar esta entrevista saltó la noticia de que el Victoria & Albert Museum de Londres había adquirido el tercer huevo imperial, obra de Peter Carl Fabergé, entre finales del siglo XIX y principios del XX, ahora valorada en unos 30 millones de euros. La joya se exhibirá en el museo en la exposición 'Fabergé in London: Romance to Revolution', que también contará con otros huevos y dos esculturas humanas igualmente realizadas por Fabergé, unas figuras menos habituales en su carrera, pues se cree que no realizó más de 50.

Sarah es hija de Theo Fabergé, fallecido el 20 de agosto de 2007, y al igual que él siempre fue una apasionada del arte en sus más diversas manifestaciones. Sus trabajos conjuntos desde 1994 en la firma Colección de San Petersburgo, muy inspirados en la Casa Fabergé, fueron muy aplaudidos, pero fue en 2007 cuando dejó esta empresa para trabajar en exclusividad con Fabergé Limited con el fin de reposicionar en el mercado la firma como creadora de alta joyería y objetos de arte. En la actualidad es directora de proyectos especiales y embajadora de la firma. Su hijo Joshua también está muy involucrado en la empresa, considerada el epítome del lujo.

Uno de los huevos Fabergé perdidos, descubierto en 2014 en Estados Unidos. (Reuters)

¿Cómo ha resultado trabajar para la primera boda imperial en Rusia en más de una década? ¿Ha sido un desafío?

Ha sido un placer trabajar en este proyecto. Era personalmente muy importante para mí que estos anillos fueran creados en Rusia, así que contraté la ayuda de un artesano con mucho talento, Alexander Tenzo, a quien conozco desde hace años y quien tiene una gran sensibilidad y afinidad con Fabergé para hacer realidad esta creación. La atención en todo el detalle con los símbolos y los mensajes dentro de cada uno ha sido primordial.

¿Cómo consiguieron integrar el espíritu de Fabergé en la tarta nupcial, donde han trabajado con el prestigioso maestro repostero Michael Lewis-Anderson?

Aunque somos sobre todo joyeros, ha sido divertido sugerirle diseños tradicionales de Fabergé a Michael para incluirlos en su creación.

¿Cree que se ha cerrado el círculo Fabergé-Románov con esta boda?

Que los Románov en el siglo XXI nos encargasen las alianzas nupciales al Fabergé del siglo XXI es algo que nunca pude imaginarme, lo que hace que sea algo mucho más especial. Trabajar con esta pareja que tiene una visión de futuro y que valora la cultura rusa ha sido un honor y una delicia.

¿Qué recuerda de trabajar con su padre, Theo? ¿Qué aprendió de él?

Era un hombre con mucho talento. Usted naturalmente espera que le hable de su taller y por supuesto pasé mucho tiempo con él ahí, pero lo que más aprendí de él fue la importancia de las relaciones humanas. Era una persona muy amable y genuina. Intento con fuerza vivir de acuerdo con sus valores.

Fabergé es conocido mundialmente, ¿cuáles son sus principales mercados? ¿Y España?

Las creaciones de Fabergé siempre han representado lo último del lujo a nivel mundial, así que es muy difícil identificar un mercado para nuestras creaciones. Fabergé es para coleccionistas, 'connoisseurs' y aficionados, y esto no puede categorizarse con un territorio específico. Con respecto a España, estamos expandiendo en la actualidad nuestra presencia en el mercado y esperamos que haya algunas noticias interesantes a finales de este año.

¿Su hijo Joshua planea seguir sus pasos a largo plazo en Fabergé?

Joshua trabaja a tiempo completo en Fabergé y mantiene la misma pasión sobre la empresa.

Uno de los emblemáticos huevos Fabergé, subastado en Christie's en 2007.

¿Cómo es un día en su vida? ¿Cuáles son sus aficiones al margen de Fabergé?

No hay un día estándar en Fabergé. Es posible que me encuentre con clientes, que tenga un encuentro creativo con nuestro diseñador jefe o nuestro Timepieces Director, que dé una charla, una entrevista sobre Fabergé o que sea la anfitriona del evento de un cliente. Prospero con la variedad que trae cada día. En cuanto a hobbies, me encanta viajar, especialmente en tren, la comida, la música (desde la clásica al RnB), el teatro (ballet en particular) y visitar galerías de arte. Me encanta bailar. La mayor parte de mi tiempo libre lo paso con mi familia y mis amigos.

¿Quiénes son las personas de las que más ha aprendido a lo largo de su vida tanto personal como profesionalmente?

Me han influido muchas personas. La familia, por supuesto, pero más allá de eso, los profesores en el colegio, colegas de profesión, clientes y amigos. Creo que hay demasiados como para nombrar a alguien individualmente. Todavía sigo deseando aprender de todos ellos.