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Las últimas horas de Maradona: el triste y solitario final de un ángel caído
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ANIVERSARIO

Las últimas horas de Maradona: el triste y solitario final de un ángel caído

El séquito de oportunistas que pasó con el astro argentino sus últimos momentos, sus hijos (reconocidos o no) y sus pecados de juventud protagonizan el primer aniversario de su fallecimiento

Foto: Diego Armando Maradona, en una fotografía de archivo. (EFE/Tatyana Zenkovich)
Diego Armando Maradona, en una fotografía de archivo. (EFE/Tatyana Zenkovich)

No es exagerado decir que Maradona lo experimentó todo, viajó a donde quiso e hizo lo que se le dio la gana. Fue director técnico de 7 equipos, jugó 619 partidos y anotó 338 goles. Condujo programas de televisión y fue entrevistado en todo el mundo. Estuvo con decenas de mujeres, algunas de ellas menores de edad. Festejó su boda en el estadio Luna Park. Estuvo involucrado en grandes escándalos. Entró y salió de rehabilitación por drogas varias veces. Manejó una de las pocas Ferraris negras y se movió en aviones privados. Conoció personalmente a reyes, presidentes, jeques y dictadores. En definitiva: lo tuvo todo. Y también lo perdió.

Maradona murió a sus 60 años en una habitación mal acondicionada de un barrio cerrado en las afueras de Buenos Aires. Lejos de sus hijos y de sus últimas parejas, su compañía diaria fue un séquito de parientes y conocidos del abogado Matías Morla, amigo de Diego, dueño de la marca Maradona y cotitular de una de sus cuentas en Suiza.

placeholder El féretro con los restos mortales de Maradona. (Reuters)
El féretro con los restos mortales de Maradona. (Reuters)

Según la autopsia, un “edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardiaca crónica” dio fin a la vida del ídolo futbolístico. En los análisis detectaron diversos antidepresivos, un “probable cuadro cirrótico” y “fibrosis miocárdica” en su corazón.

La muerte de Maradona fue un terremoto que dejó decenas de damnificados, desde sus hijos (reconocidos o no) hasta las personas que dependían de él económicamente. El epicentro de ese terremoto fue el círculo con el que el Diez decidió pasar sus últimos días.

Cuenta atrás a la muerte

El 30 de octubre de 2020, Diego Maradona cumplió 60 años y lo festejó en el Estadio de Gimnasia y Esgrima de La Plata. Entró a una cancha vacía por la cuarentena estricta que en ese entonces regía en el país. Las imágenes de la televisión lo mostraron bastante desmejorado, escoltado por dos personas del club.

A los tres días, Maradona quedó ingresado en una clínica de esa ciudad tras chequeos de rutina. El diagnóstico: un “hematoma subdural” que debía ser extraído. La operación se hizo el 3 de noviembre en la Clínica Olivos, con final exitoso.

Foto: Diego Armando Maradona. (Cordon Press)

Un hombre se presentó ante los medios como “el médico personal” de Maradona. Se trataba del neurocirujano Leopoldo Luque. Luque es investigado hoy por la justicia por pedir la historia clínica con una autorización que tenía la firma de Diego falsificada. En su casa, los peritos encontraron, además, una hoja en la que habría “practicado” cómo hacer la firma del ídolo.

Luque insistió con el alta anticipada y junto al entorno de Morla aseguraron tener un lugar acondicionado en un country para Maradona. Las imágenes que trascendieron mostraron una realidad distinta: dormía en un cuartito con un inodoro químico y las ventanas tapiadas con durlock. La casa que alquilaron por 16.000 dólares (por tres meses) tenía las habitaciones en la planta alta y, como Diego no podía subir, tuvieron que improvisar.

Un audio de su médico a su psiquiatra: "Parece que hizo un paro cardiorrespiratorio, se va a cagar muriendo el gordo"

Después de la muerte, se conocieron una serie de audios entre el médico Luque y la psiquiatra Agostina Cosachov que los dejaron mal parados por los términos en los que se referían al paciente el día de su muerte.

- Luque: Parece que hizo un paro cardiorrespiratorio, se va a cagar muriendo el gordo. Ni idea qué hizo, estoy yendo para allá.

- Cosachov: Lo hicimos nosotros manualmente, ahora están con el equipo, lo están reanimando con una vía e intubando. Estuvimos como 15 minutos haciéndole nosotros porque no llegaba la ambulancia.

- Luque: ¿...pero ahora lo están reanimando? Porque si llevan media hora de RCP está muerto, básicamente. Eso es lo que quiero saber.

- Cosachov: No. Entramos a la pieza [habitación] y estaba frío frío.

El juzgado que investiga la muerte de Maradona armó una junta médica que firmó un informe donde aseguran que “fue abandonado a su suerte” y concluyó que el desempeño del personal de salud fue "inadecuado, deficiente y temerario".

placeholder Leopoldo Luque, médico personal de Maradona, en el momento de su muerte. (Reuters)
Leopoldo Luque, médico personal de Maradona, en el momento de su muerte. (Reuters)

Vadim Mischanchuk, abogado de la psiquiatra Cosachov, aseguró a Vanitatis que la junta médica es incapaz de juzgar el trabajo de su defendida dado que los psiquiatras que participaron "no tienen experiencia comprobable en adicciones y carecen de sustento bibliográfico”.

“Agustina Cosachov se ocupaba de la salud mental de Maradona y tenía como objetivo que no consumiera alcohol ni drogas; en ese sentido logró su objetivo porque está probado que durante el ingreso domiciliario no consumió”, insiste Mischanchuk y aclara que el director médico de la Clínica Olivos dijo que “no era previsible que Maradona sufriera un evento cardíaco”.

Adicciones

Las adicciones atormentaron al astro futbolístico desde siempre, hasta él mismo lo admitía. “Yo a mi físico lo castigué toda la vida. Si yo no hubiese tomado cocaína... ¡Qué jugador hubiera sido!”, dijo en una entrevista con Marcelo Tinelli en el año 2007.

Trece años más tarde, su lucha contra esos fantasmas continuaba. “Maradona era un paciente difícil, con una personalidad autodestructiva y múltiples adicciones”, contó a Vanitatis el Dr. Nelson Castro, autor del libro 'La salud de Diego'. Por lo bajo, el personal de las clínicas comenta que no era fácil lidiar con Maradona o con su entorno y que dejaban las habitaciones en muy mal estado tras el alta.

Todos los hijos, reconocidos o no

Si la muerte de Diego fuese un terremoto, la onda expansiva hubiera tocado a varias familias, por ejemplo las de sus exparejas y de sus cinco hijos reconocidos.

Claudia Villafañe fue el gran amor de su vida. El único matrimonio; la madre de Dalma y Gianinna. En los papeles estuvieron casados desde el 1989 al 2004, pero eran novios desde la adolescencia. Fue una relación tormentosa, con idas, vueltas y litigios de por medio. Villafañe asegura que tenía una relación cordial con su ex pese a lo que pasaba en los tribunales, no así con el entorno y con Morla.

Hay una “guerra total” entre Dalma, Gianinna y Claudia y el abogado Matías Morla. “En ocasiones hemos llegado hasta la puerta [de la casa donde estaba Diego] sin poder entrar y más tarde mi papá nos llamaba preguntando por qué no íbamos, es una locura”, contó en una entrevista reciente Dalma Maradona, apuntando al entorno que rodeó a su padre durante los últimos meses de su vida.

De las acusaciones entre uno y otro bando surgió que este mismo entorno le daba un celular distinto a Diego para hacerle creer que sus hijas no lo llamaban durante su cumpleaños.

Días después de la muerte se conoció un audio en el que Maximiliano Pomargo, asistente de Maradona y cuñado de Morla, pide evitar que sea internado o cuidado por Gianinna. "Que Gianinna no se lo lleve. Si se va a la casa de Gianinna, lo perdemos. Porque de esto depende el trabajo de todos. De mí depende el trabajo de muchas personas. Si logro zafar [salir] de esta, hay plata para todos", dice Pomargo.

Sucede que a pesar de que Diego siempre tuvo secretarios, mánager (el más conocido de ellos, Guillermo Cóppola), amantes y ayudantes, el vínculo con Dalma, Gianinna y Claudia se mantuvo. Con la irrupción de Morla, ese núcleo fue separándose hasta el punto de que Maradona no estuvo en la boda de Dalma. Durante años, las hijas de Claudia fueron las únicas que Maradona reconocía oficialmente, a pesar de las denuncias de filiación que a día de hoy son al menos siete.

Audio del asistente de Maradona: "Que Gianinna no se lo lleve. Si se va a la casa de Gianinna, lo perdemos. Porque de esto depende el trabajo de todos. Si logro salir de esta, hay plata para todos"

La primera mujer que irrumpió en el matrimonio Maradona-Villafañe fue la italiana Cristiana Sinagra. “Yo estaba embarazada de Dalma cuando vi la entrevista en la que dijeron que Diego tenía otro hijo”, contó Claudia en una entrevista de TV. Maradona negó la paternidad del bebé aquella vez, y continuó haciéndolo aún después de que la justicia italiana lo obligara a pagarle alimentos. Maradona reconoció públicamente a Diego Jr. pocos años antes de su muerte.

En 2014 reconoció a Jana Maradona, hija de Valeria Sabalain. Valeria y Diego se conocieron en la discoteca El Cielo, la más exclusiva de Buenos Aires en la década del ’90. Ella tenía 18 años y él estaba casado con Claudia. Mantuvieron una relación breve pero intensa. Cuando Valeria le comunicó que estaba embarazada, él dejó de llamarla. Hizo los juicios por filiación pero fueron desatendidos y después de varios años se instaló en Ibiza, donde aún vive. Jana y Diego Jr. retomaron relación con su padre, pero nunca lograron vincularse con Dalma y Gianinna.

placeholder Maradona, con Verónica Ojeda. (EFE)
Maradona, con Verónica Ojeda. (EFE)

El quinto hijo reconocido por Maradona, y por lo tanto heredero, es el pequeño Diego Fernando. El hijo de Verónica Ojeda y Maradona hoy tiene 8 años. Ojeda está fuertemente involucrada en la investigación por la muerte de Diego. “Ellos sabían que en algún momento iba a pasar esto, se les fue de las manos todo. No pensaron que en ese momento se les iba a morir. Los quiero ver presos a todos", dijo en un documental producido por el canal Todo Noticias.

Un capítulo aparte merecerían los tres hijos cubanos que reconoció en 2019 y Rocío Oliva, su última pareja, a quien no dejaron entrar al velatorio en la Casa Rosada.

“Vivir sin vos cada día cuesta más, desde que partiste hablan de vos hasta los animales”, publicó en su cuenta de Instagram Gianinna Maradona. El posteo podría estar hablando de cualquiera de los personajes que giran en torno a esta novela, pero se refiere indirectamente a las declaraciones de Mavys Álvarez, la 'novia' adolescente del jugador durante su estadía en Cuba.

Álvarez declaró esta semana que sufrió abusos, fue introducida en la droga y obligada a hacerse un aumento mamario en Buenos Aires. Tenía solamente 16 años y fue por entonces una de las pocas cubanas autorizadas a dejar la isla. Entre los detalles monstruosos que contó figuran una violación en una de las casas que Fidel le entregó a Maradona, con su madre del otro lado de la puerta rogando que la deje salir.

El calvario de Mavys termina de empañar el aniversario de la muerte de un hombre que fue un ídolo futbolístico adorado por millones, una de las grandes glorias del deporte, un héroe nacional y, al mismo tiempo, un "abusador".

No es exagerado decir que Maradona lo experimentó todo, viajó a donde quiso e hizo lo que se le dio la gana. Fue director técnico de 7 equipos, jugó 619 partidos y anotó 338 goles. Condujo programas de televisión y fue entrevistado en todo el mundo. Estuvo con decenas de mujeres, algunas de ellas menores de edad. Festejó su boda en el estadio Luna Park. Estuvo involucrado en grandes escándalos. Entró y salió de rehabilitación por drogas varias veces. Manejó una de las pocas Ferraris negras y se movió en aviones privados. Conoció personalmente a reyes, presidentes, jeques y dictadores. En definitiva: lo tuvo todo. Y también lo perdió.

Diego Armando Maradona