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William Hurt: su feroz lucha contra el cáncer y sus últimos papeles en Hollywood
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HA FALLECIDO A LOS 71 años

William Hurt: su feroz lucha contra el cáncer y sus últimos papeles en Hollywood

Con la enfermedad como protagonista de su vida, la gran pantalla fue viendo su deterioro en pequeñas dosis, pero Hurt nunca quiso dejar de trabajar

Foto: William Hurt. (Reuters)
William Hurt. (Reuters)

A William Hurt nunca le gustó llamar la atención. No tenía especial buen carácter ni buenos hábitos (tristemente famosos fueron sus excesos con la bebida) y quizá por eso, en 1989, en el pico de su carrera, dijo al ‘New York Times’: “No me gusta que mi privacidad sea invadida hasta este extremo. Soy una persona muy reservada y tengo derecho a serlo. Nunca dije que porque soy actor puedes tener acceso a mi privacidad y puedes robar mi alma”.

Foto: William Hurt, en una imagen de archivo. (Getty/Charley Gallay)

Por eso, fue sorprendente que en 2018 apareciera en público en el contexto más inesperado: en una rueda de prensa del Berkley Institute y la Alin Foundation. Acababa de ser diagnosticado con un cáncer de próstata terminal que había llegado a los huesos y estaba decidido a luchar con tratamientos experimentales que iba a anunciar. Una quimioterapia sin náuseas ni caída de cabello como efectos secundarios. “Es algo que solo entiendes cuando te sucede a ti”, explicaba entonces. “Yo no quería escuchar la palabra quimioterapia. He luchado con uñas y dientes durante cinco años para cambiar mi vida y que esa palabra no tuviera que ser pronunciada. Pero el momento llegó”, señaló entonces para dar visibilidad al nuevo tratamiento y abriendo, esta vez sí, su corazón a los medios.

placeholder William Hurt, en el estreno de 'Captain America: Civil War'. (Reuters/Phil McCarten)
William Hurt, en el estreno de 'Captain America: Civil War'. (Reuters/Phil McCarten)

El domingo, el mundo del espectáculo recibía la noticia de su muerte por causas naturales en su casa de Portland, en Oregón, apenas una semana antes de cumplir los 72 años, y muchos se preguntaron qué había sido del apuesto actor que fue omnipresente en los 80 –desde el mito erótico de ‘Fuego en el cuerpo’ (1981) hasta el periodista de ‘Al filo de la noticia’ (1987), sin olvidar su Oscar por interpretar a un preso homosexual en ‘El beso de la mujer araña’ (1985)- y se precipitaron a concluir que su carrera había ido en declive. Sin embargo, la vida acercó a William Hurt a un lugar profesional que disfrutaba más: “Soy un actor de reparto encerrado en el cuerpo de un actor principal”, llegó a decir en la cima de su éxito. Y el cambio de paradigma en Hollywood y la edad jugaron a su favor.

Cuando inició su transición hacia la vida del actor de bajo perfil -aunque le trajera nominaciones al Oscar en ‘Una historia de violencia’ (2005) y al Emmy en ‘Daños y perjucios’ (2009)-, Marvel le regaló al final de su carrera lo que siempre soñó: un pequeño pero significativo papel, el del general Thunderbolt Ross, en su multimillonaria saga de superhéroes. Se unió a la franquicia en 2008 en ‘El increíble Hulk’, y desde entonces apareció en las dos últimas entregas de ‘Los Vengadores’ (2018 y 2019) y en las películas de ‘Capitán América: Civil War’ (2016) y ‘Viuda negra’ (2021), donde se le vio notablemente desmejorado. Con la mirada azul llena de capas, pero con el rostro consumido. Es probable que a los que estos días escribimos sobre él nos vengan imágenes del Hurt de hace 35 años. Pero las nuevas generaciones lo recordarán, probablemente, como a él le hubiera gustado: como un supersecundario operando a la sombra del dream team de superhéroes de Hollywood. Mientras, su gran batalla, sin efectos especiales, pero siempre buscando la última tecnología médica, se luchaba en su cuerpo.

Gran actor, gran mente

Con la enfermedad como protagonista de su vida, la gran pantalla fue viendo su deterioro en pequeñas dosis, pero Hurt nunca quiso dejar de trabajar. Como muestra, los tres proyectos que tenía en preproducción, cada uno de muy distinta naturaleza: iba a rodar con el director islandés Grímur Hákonarson la cinta ‘The Fence’; iba a coincidir con otra leyenda del cine, Shirley McLaine, en ‘Men of Granite’, en la que iba a interpretar al entrenador de un equipo de baloncesto formado por emigrantes en Illinois en los años 40, y se había embarcado en la adaptación cinematográfica del libro del escritor especialista en la Segunda Guerra Mundial, James Holland. Quizá podamos escucharlo, eso sí, como voz en off en la serie ‘Pantheon’, que se está filmando actualmente con Paul Dano y Aaron Eckhart, pero que no sabemos si la parte de Hurt estaba ya finalizada.

Tras la muerte de William Hurt, Hollywood llora a ese “protagonista accidental” que en su rostro de entrada inexpresivo almacenaba una amplia gama de sentimientos. Compañeros de reparto como Albert Brooks, Russell Crowe o Mark Ruffalo lo recordaban en las redes. “Trabajar con él en ‘Al filo de la noticia’ fue increíble. Le echaremos mucho de menos”, escribió en Twitter Brooks. “Nunca vi una sonrisa tan amplia como la suya”, decía el actor australiano, con el que trabajó en ‘Robin Hood’ (2010). “Gran actor. Gran mente”, decía el intérprete que encarna a Hulk.

Sin embargo, la reacción más incómoda fue la de Marlee Matlin, la actriz sordomuda con la que protagonizara ‘Hijos de un dios menor’, con la que tuvo una relación de casi dos años cuando ella tenía 19 años y él 35, y quien detalló en sus memorias ‘I’ll Scream Later’ cómo el actor la había violado y maltratado bajo los efectos del alcohol. Al ser sorprendida por la noticia en la alfombra de gala de los Critics Choice Awards el mismo domingo, la actriz (de nuevo en la primera línea con ‘Coda’) tuvo palabras amables, pero rictus serio para él: “Hemos perdido a un gran actor y trabajar con él en el set de ‘Hijos de un dios menor’ será algo que recuerdo con mucho aprecio. Me enseñó mucho como actor y él era único en su especie”, aseguró.

A William Hurt nunca le gustó llamar la atención. No tenía especial buen carácter ni buenos hábitos (tristemente famosos fueron sus excesos con la bebida) y quizá por eso, en 1989, en el pico de su carrera, dijo al ‘New York Times’: “No me gusta que mi privacidad sea invadida hasta este extremo. Soy una persona muy reservada y tengo derecho a serlo. Nunca dije que porque soy actor puedes tener acceso a mi privacidad y puedes robar mi alma”.

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