¿Cómo conoció a Steve McQueen?
Estaba ensayando ‘The Pajama Game’. Bajé las escaleras y me crucé con él. Nos chocamos, nos miramos y él me dijo: “You’re pretty”. Así empezó todo.
n los encuentros de la familia Almirall siempre se hacía la misma broma: “Steve McQueen es nuestro primo”, reían. Reían hasta que un buen día Nacho Almirall, conocido dircom de Barcelona, decidió investigar ese misterio y se topó con Neile Adams, la viuda del actor y familia lejana suya. Desde entonces, Nacho y Neile mantienen conversaciones frecuentes y, hace poco, la americana visitó a su familia catalana.
Unos días antes, Vanitatis habló con ella en una reunión digital en la que quedó claro que esta venerable anciana es una joven de espíritu, divertida, presumida, que está de vuelta de todo y tiene ganas de pasarlo bien. El día de nuestro encuentro llegaba de estar con todos los McQueen, es decir, la descendencia del actor al completo. Los únicos hijos que la estrella tuvo fueron Chad y Terry, con Neile, precisamente. Aunque después se divorciaron y él tuvo otras parejas, nunca más hubo niños.
Estaba ensayando ‘The Pajama Game’. Bajé las escaleras y me crucé con él. Nos chocamos, nos miramos y él me dijo: “You’re pretty”. Así empezó todo.
Si me preguntas si cambió, creo que una persona siempre cambia cuando se hace famoso. Mi mamá, en este caso, me dijo que los hombres famosos siempre te fallan. Yo me enteré con el tiempo que siempre andaba con mujeres.
Le gustaban mucho las carreras. Recuerdo que siempre me daba miedo que le pasara algo, pero qué iba a hacer… Siempre estaba conduciendo coches. Personalmente, yo prefiero los coches automáticos (ríe).
No me gustó nada el casting. El actor que pusieron no era nada McQueen.
Me encanta ‘The Great Escape’ (‘La gran evasión’). Hace poco la volvieron a emitir por televisión en TCM y la vi. También ‘El caso de Thomas Crown’.
Lo que queda de la familia de Steve McQueen y Adams es un entorno bastante unido. Para muestra, un botón: se suelen reunir todos para recaudar fondos para una fundación que ayuda a niños necesitados. “Todos los McQueen que hay ahí fuera son míos”, dice esta actriz retirada entre risas. Neile nos insiste en que “en una vida solo hay un amor y Steve McQueen fue el mío y yo el suyo”.
La pareja se rompió pronto, porque el actor no podía mantener una vida familiar y serle fiel a su mujer, así que se divorciaron. “Cuando se hizo famoso, quería mandar y ordenar a todo el mundo”, recuerda, “y me era infiel”. Uno de los momentos culmen de esa infidelidad nos lleva de nuevo a la reciente ‘Érase una vez en Hollywood’, dirigida por Quentin Tarantino. Neile lo recuerda con una sonrisa irónica en la cara: “Cuando Steve tenía que ir a cenar a casa de Polanski la noche que mataron a Sharon Tate, por el camino se emborrachó, conoció a una mujer y se fue con ella, cuando llegó a casa olía a mierda de caballo, pero mira, eso le salvó la vida”.
Siempre tuve buena relación con Steve. Creo que solo tienes un amor en la vida. Mi segundo marido creo que fue más un amigo para mí. No había tanta pasión.
En su momento, no pude hacer de Anita en ‘West Side Story’ porque estaba embarazada y con Steve. La obra se hacía en Nueva York y estábamos en Los Ángeles. Pero fue una decisión que tomé yo misma.
La historia de Neile va mucho más allá de McQueen. Nacida en Manila, hija de Juan Arrastia, un potentado empresario filipino que nunca la reconoció, se crio con su madre, bailarina y espía. “Alguna vez, de pequeña -dice-, mi madre me había mandado a hacer recados sin saber yo que eran trabajo de espía”. Su madre decidió mudarse a EEUU, donde su hija también se convirtió en bailarina; una ‘dancer’ de éxito que conoció a un joven actor con quien formó su familia. La relación con Arrastia, por cierto, nunca se retomó. “Estábamos en San Francisco cuando yo hacía ‘Kismet’ y un señor vino al backstage diciendo que si quería conocer a mi padre. No quise verlo. Nunca lo conocí y le dije que dónde había estado cuando realmente lo necesitaba”.
Neile participó también en alguna película (llegó a trabajar con Robert Wise, al que recuerda con gran afecto) y dice que estaría encantada de volver al trabajo ahora. Aunque lo que más le gusta en estos momentos es escribir, sobre todo, afirma, cuando no tiene nada que hacer. Y la verdad es que no para. De esa vocación nace un libro sobre la vida de su madre, una auténtica aventura. Nos habla desde su ordenador y vemos en la pared de detrás algunas fotografías del mito, del considerado por muchos el hombre más sexy de la historia. Dice que guarda decenas de recuerdos, incluida la ropa de Steve McQueen. “Sigue siendo una marca, con su nombre se venden relojes, coches…”, admite. También nos señala que el streaming “ha matado” a las estrellas y que hoy por hoy no hay nadie que se pueda comparar al que fuese su esposo. “No hay sucesores de grandes estrellas como Steve. Yo a los actores de ahora ni los conozco. El streaming, por ejemplo, es una de las razones de que ya no haya estrellas”.
El actor como marca es algo que perdura en el tiempo y hasta los nietos de McQueen viven con el sello impreso en su vida. Una de las hijas de Terry McQueen, Molly, estuvo hace años en Le Bal, el baile de debutantes de París en el que participan jóvenes de la alta sociedad de medio mundo. Este es un recuerdo bonito para Adams, que disfruta señalando sus lazos internacionales.
Como su familia española, a la que ha conocido hace unos días y a los que ha llevado de cabeza, sin parar, de un sitio para otro. Su madre era Carmen Salvador, descendiente de una conocida familia catalana, la misma que la de Nacho Almirall. De José Salvador Sivilla, familiar de Tomás Sivilla, quien da nombre a una conocida calle de la zona alta de Barcelona.
Sin embargo, no todo lo relacionado con España es motivo de alegría para Neile. Les habíamos dicho que su padre, a quien no conoció, era un empresario filipino, ¿verdad? Pues aquel empresario tuvo hijos reconocidos y entre ellos se encuentra Beatriz, la madre de Isabel Preysler. Sí, han acertado: Neile es la tía de la socialité española. Aunque no hay nada de buen rollo; es más, Adams carga contra la pareja de Vargas Llosa y la acusa de haber boicoteado la publicación de un reportaje sobre la muerte de su hija en una revista.
Nunca he tenido relación con ella ni quiero. Me hizo bastante daño. Cuando murió mi hija, la revista ‘Hello Magazine’ estaba allí para hacerme unas preguntas. Dijeron que iba a salir algo bonito pero ella lo paró. No me importa nada esa señora...
Fue difícil. Pasaron diez años antes de que pudiese hablar del tema.
Siempre lo hago.
No tenía nada que hacer en la pandemia y ha sido duro, la verdad. Ahora, por ejemplo, están rodando una película sobre mi vida y estoy muy implicada. Siempre encuentro algo que hacer porque si no, uno se muere.
Si me preguntas por musicales, me gusta ‘Moulin Rouge’. Y entre las actrices, admiro a Penélope Cruz y cómo ahora evitan caer en los estereotipos sobre su país de origen.