Las finanzas de Adele: 1 millón por concierto, nueva mansión y una hipoteca astronómica

Una hipoteca puede suponer una cosa para alguien y otra totalmente diferente para otra persona. La sabiduría popular también nos dice que no todo en la vida es dinero, pero lo cierto es que en este caso sí lo es. Mientras para una familia de clase media una hipoteca es una inversión que se pagará por un cuarto de una vida, para las grandes fortunas es un mecanismo para no descapitalizarse de un momento a otro y, por supuesto, rara vez la amortizan en 20 o 30 años. Adele entra en este segundo grupo y para comprender por qué su hipoteca de 38 millones de dólares no le supone un gran esfuerzo, basta con echarle un vistazo a sus finanzas y sus próximos compromisos laborales.

Si en enero hablábamos de la impresionante mansión que Adele le compró a Sylvester Stalone por la friolera de 58 millones de dólares, ahora nos toca abordar la exclusiva que desvela la pericia de la artista para mantener a flote su economía. El 'Daily Mail' ha revelado que la intérprete de 'Rolling in the deep' firmó una hipoteca por el 65% del valor del inmueble. Una operación que suma cuotas de 227.000 dólares mensuales a su lista de gastos fijos. Con todo y eso, podemos asegurarte que las cuentas bancarias de Adele no corren peligro y el motivo lo encontramos en Las Vegas.

El diario británico cubre la noticia de su estrella patria asegurando que se ha comprometido con la entidad bancaria durante 30 años para poder cubrir con más holgura la adquisición de su descomunal mansión en Los Ángeles. Si bien es cierto que comprarla al contado era algo que estaba al alcance de la artista, ya que se estima que su patrimonio roza los 183 millones de dólares, ella prefirió pagar su nuevo hogar en 'cómodas' cuotas sin tener que despedirse de un momento a otro del 31% de su riqueza.

Ahora bien, si te preguntas qué tienen que ver los millones de Adele con la 'ciudad del pecado', tus dudas están a punto de resolverse. Todos los que sigan su pasos sabrán que hubo una gran polémica a principios de año después de que la compositora anunciara la cancelación de sus conciertos en Las Vegas justamente un día antes de que arrancasen. El motivo, según una disgustada Adele que lloraba inconsolable ante la cámara de su móvil, no era otro que las demoras que habían imposibilitado la realización del show tal como ella lo quería por retrasos relacionados con varios contagios de coronavirus dentro de su equipo.

Las redes sociales se incendiaron después de su comunicado y muchísimas personas arremetieron contra ella acusándola de tener actitud de diva. Los argumentos que blandían no dejaban de ser válidos: cientos de miles de personas habían comprado con meses de antelación las entradas para sus conciertos y, además, habían invertido en billetes de avión y hospedaje para poder disfrutar de su voz en directo. Si bien es cierto que el dinero del show fue devuelto a cada una de las personas que habían comprado entradas, muchas de ellas no pudieron recuperar la inversión que suponía ese idílico viaje a Las Vegas. Se canceló el show y se prometieron nuevas fechas. Unas que tras meses de incertidumbre ya están cerradas desde diciembre hasta marzo.

Hace exactamente una semana Adele recurría a su comunidad virtual de 50,6 millones de seguidores (porque sí, cuando eres Adele todo se mide en millones) para anunciar las fechas de su 'residencia'. "No puedo explicar con palabras lo eufórica que estoy de finalmente poder anunciar estos shows reprogramados. Verdaderamente, se me rompió el corazón por tener que cancelarlos. Sé que para algunos de ustedes fue una horrible decisión de mi parte, y siempre me sabrá mal, pero os prometo que fue la decisión correcta", aseguró a través de Instagram. Es en este momento donde es necesario preguntarnos: ¿cuánto cobrará por cada uno de esos conciertos?

Un millón de dólares. Esa es la suma que Adele podrá añadir a su hucha al final de cada concierto que dé en la ciudad de Nevada y el éxito de este tipo de formato lo justifica. Los 'residency shows' son todos aquellos espectáculos que tienen lugar en el mismo sitio durante un período determinado de tiempo superando las 10 funciones y con el paso de los años se han convertido en la seña de identidad de Las Vegas. Pensemos, por ejemplo, en el mago David Copperfield, la magnífica Celine Dion o Britney Spears. Recaudan muchísimo dinero y viene gente de todas partes del mundo a ver a sus artistas preferidos asentados en la 'ciudad del pecado', por lo que no nos extraña el sueldo de la londinense.

Recapitulando, su patrimonio estimado supera los 180 millones de dólares y tiene un cheque en camino de otros 32 millones por los 32 conciertos que dará en Las Vegas. Además, tiene solo 34 años y una carrera musical que promete muchos otros álbumes y giras exitosas. Teniendo todo esto en cuenta, su casa de 58 millones, su hipoteca de 38 y sus cuotas mensuales de 200.000 dólares ya no parecen un esfuerzo económico tan grande viéndolo a través de los ojos (o el bolsillo) de Adele Laurie Blue Adkins.