Así es Hugh O'Leary, marido de Liz Truss y su mejor apoyo tras la dimisión

• Liz Truss dimite como primera ministra de Reino Unido

La actualidad política de Reino Unido se encuentra en pleno huracán. Apenas un mes después de su nombramiento por Isabel II, la primera ministra Liz Truss ha anunciado que presentará su dimisión. La política británica llegó al cargo tras ser ministra de Exteriores. Cumpliéndose las previsiones que vaticinaban que sería ella la sustituta de Boris Johnson, quien presentó formalmente a la reina Isabel II su dimisión a principios de septiembre en el castillo de Balmoral tras renunciar a principios de julio.

Truss, una figura muy respetada dentro de las filas de los 'tories', fue nombrada por Johnson como jefa de la diplomacia británica el pasado mes de abril. En ese momento ostentaba la cartera de ministra para el Comercio Internacional. Conocida por sus puntos de vista económicos liberales y su apoyo al libre comercio, fundó el grupo de libre empresa de parlamentarios conservadores, que abogan por una economía más empresarial y menos leyes laborales.

Una decisión, la de renunciar a su cargo, en la que no ha podido cumplir su curioso deseo sobre aparecer en un reportaje en una revista de moda, pero ¿qué sabemos sobre su vida personal y su familia? Truss lleva prácticamente la mitad de su vida junto a Hugh O'Leary, un hombre sumamente discreto del que apenas han surgido datos ni imágenes.

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Natural de Liverpool, tiene 48 años y se convirtió en contable, al igual que ella, tras estudiar Econometría y Economía Matemática en la London School of Economics. Según informa 'The Times' citando a uno de sus vecinos, "Hugh era mucho más serio" que sus dos hermanos menores, además de ser "muy tranquilo y un chico encantador".

Liz y Hugh se conocieron en la conferencia del Partido Conservador en 1997 y en su primera cita, según sus propias palabras, "le invité a patinar sobre hielo y se torció el tobillo". Tras empezar a salir, se casaron tres años después, instalándose en Greenwich, al sureste de Londres. Tienen dos hijas, Frances y Liberty.

Una amiga de la familia, la escritora de cocina Mallika Basu, dijo sobre ellos en 'The Guardian': "Son un gran equipo. Ambos son muy buenos cocineros". Tan solo una vez su relación se ha visto afectada por una dura prueba. En 2006, se supo que Truss había tenido una aventura con el diputado conservador casado Mark Field. El matrimonio de ella sobrevivió, el de él se terminó.

Aquella aventura no parece haber dejado secuelas ni en su relación ni en la carrera política de ella, pese a los titulares en la prensa sensacionalista y al hecho de que sus compañeros de partido se quejaron entonces de su comportamiento e intentaron, sin éxito, destituirla. Ahora, como ella manifestaba con motivo de su aniversario de boda en una publicación de Instagram, su marido sigue siendo "el hombre de mi vida".

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La pareja goza de un matrimonio muy privado que se ha visto más en el ojo del huracán desde que entraron finalmente como inquilinos en el número 10 de Downing Street. Siendo Truss la tercera mujer de la historia en ocupar el cargo después de Margaret Thatcher y Theresa May. De hecho, a Hugh O'Leary apenas se le vió el pelo en la carrera a las elecciones de su esposa, adquiriendo en los últimos meses la categoría prácticamente de criatura mitológica en la prensa de su país.

Pero no es su marido la única fuente de polémica para Truss. Su padre, un conocido académico de izquierdas, estaba aparentemente "tan entristecido" por la metamorfosis de su hija de rebelde antimonárquica a conservadora que le resultaba difícil hablar de ello, según publicó 'The Times'.

En julio, el 'Daily Express' también informó de que la relación de la entonces ministra de Asuntos Exteriores con su padre se vio afectada por su "conversión a la política de extrema derecha" y que él está realmente "horrorizado" por ello, según uno de sus colegas de la Universidad de Leeds, donde trabaja.

En su juventud, Truss asistía a las marchas para la Campaña para el Desarme Nuclear e incluso realizó un discurso de 1994 en el que pedía la abolición de la monarquía en Inglaterra, del que ahora se arrepiente. La política ha asegurado recientemente que ahora entiende que la reina Isabel II y el resto de la familia real son "clave" para el éxito del Reino Unido.

Cuando tenía diez años y aún era una colegiala, Liz decidió que quería ser política. A los 18 años ya les decía a sus amigos estudiantes de la Universidad de Oxford que lo que realmente quería era ser primera ministra. El sueño terminó haciéndose realidad.