10 cosas que no sabías sobre Anna Wintour, la mujer más poderosa de la moda

Inmortalizada por obra y gracia de Meryl Streep en la célebre película 'El diablo viste de Prada', tras su corte de pelo 'power bob' y sus eternas gafas de sol se esconde una de las mujeres más influyentes de todos los tiempos en el mundo de la moda. Anna Wintour, la todopoderosa editora de la revista 'Vogue', lleva décadas dictando cómo deben vestirse las mujeres y, a pesar de sobrepasar con creces la edad de jubilación, no parece tener intención de dejar de trabajar pronto.

Recientemente, con la publicación de 'Anna: The Biography', el libro no autorizado sobre su vida y milagros que ha escrito la periodista especializada en moda Amy Odell, hemos podido conocer aún más detalles, secretos y anécdotas de la veterana prescriptora londinense.

Aunque Wintour se negó a ser entrevistada para el libro, más de doscientos de sus amigos, colaboradores y antiguos empleados hablaron con Odell sobre cómo era trabajar para la legendaria editora de 'Vogue'. Estas son algunas de las pinceladas más interesantes sobre su dilatada carrera y su vida (literalmente) de película, que puede que todavía no conozcas...

Un supuesto romance

Después de asistir a un concierto de Bob Marley con su entonces marido, David Shaffer, empezó a correr el rumor de que Anna Wintour había desaparecido y tenido un tórrido affair de dos semanas con el ya desaparecido rey del reggae. Aunque no está claro cómo empezaron aquellas habladurías nunca confirmadas, al parecer ella dijo a sus empleados que el concierto había sido una "experiencia que cambió su vida".

La primera dama

Muchos creían que Anna, nacida en Londres, aspiraba a ser embajadora en el Reino Unido si Hillary Clinton ganaba las elecciones de 2016. Pero la amistad entre ambas se remonta a mucho tiempo atrás. En 1998, Hillary Clinton fue la primera mujer de un presidente de los Estados Unidos en aparecer en la portada de 'Vogue'.

* Si no ves correctamente este formulario, haz clic aquí

En realidad, el reportaje iba a ser tan solo un artículo dentro de la revista, pero después de que saliera a la luz la historia de la relación de Bill Clinton con la becaria de la Casa Blanca Monica Lewinsky, Anna decidió que Hillary debía aparecer en la portada.

Anna y la comida

Cuando Condé Nast, la empresa matriz de 'Vogue', trasladó su sede de Times Square al World Trade Center, ella empezó a frecuentar The Palm, un restaurante cercano. Todos los días pedía exactamente lo mismo para almorzar: un bistec y una ensalada caprese sin tomate. La cuenta, con propina, ascendía cada vez a 73,33 dólares.

Tan exigente con su comida como con la que se sirve en la célebre gala del Met, tiene vetado en ella el cebollino, el ajo, la cebolla y el perejil, porque se atascarían en los dientes de la gente y les harían oler mal el aliento. También se niega a servir pescado porque no le gusta cómo huele. Su plato preferido para servir en los eventos es el pastel de pollo, porque es "una comida de un solo plato que lo tiene todo".

Antes de la fama

Años antes de trabajar en 'Vogue', Anna propuso una idea para un reportaje en el que había estado trabajando durante meses a 'Interview', la revista propiedad entonces de Andy Warhol. Cuando su idea fue rechazada, Anna se puso a llorar. Un mes después, Warhol y Wintour se encontraron en un restaurante. "Quizá deberíamos haberla contratado", escribió en su diario. "Necesitamos una persona que se dedique a la moda, pero no creo que sepa cómo vestirse. De hecho, se viste fatal".

TE PUEDE INTERESAR

El peinado de moda de Meryl Streep o cómo lucir las canas con mucho estilo

Magdalena Fraj

El diablo viste de Anna

Ser su asistente es más o menos como se retrata en 'El diablo viste de Prada'. Tiene tres en todo momento: el primero es su asistente principal; el segundo cuida de su casa y de sus perros, y el tercero se encarga de hacer recados y de organizar su ropa.

La verdad sobre la película

El libro en el que se basa la película fue escrito por Lauren Weisberger, que fue una de las asistentes de Anna Wintour a principios de la década de 2000. Cuando se publicó la obra, su autora negó repetidamente que Miranda Priestly estuviera basada en Anna.

Cuando 'El diablo viste de Prada' llegó a los cines, Anna vio la película en un pase especial al que solo se podía acceder con invitación. Se presentó al evento con un vestido de Prada, por supuesto. Se cuenta que al terminar la película, su hija se dirigió a ella y le dijo: "Mamá, te han clavado".

La reina del pop

Anna Wintour decidió colocar a Madonna en la portada de mayo de 1989 de 'Vogue' después de que un hombre en un avión le dijera que su revista era "muy clásica" y que era "como Katharine Hepburn o Grace Kelly, pero nunca Madonna". Ella se tomó sus comentarios como un reto y fotografió a la cantante en una piscina para la portada. Cuando salió el número, batió récords de ventas.

Anna contra el Klan

Aunque las Kardashian son ahora un elemento básico de la Met Gala, la periodista se negó a que asistieran durante años. "Las Kardashian tenían cero estilo, y toda su razón de ser no estaba ligada a 'Vogue", dijo Stephanie Winston, planificadora de eventos de la revista. Al parecer, Anna pensaba que no eran personas que pudieran "marcar la diferencia" en la industria. Pero cambió de opinión en 2013, cuando Kim hizo su debut en el evento.

Juego, set y partido

Cuando Alexis Ohanian le propuso matrimonio a Serena Williams, esta se aseguró de llamar a Anna, que es muy amiga suya y una gran fan del tenis, para que le aconsejara. "Desde el momento en que me comprometí, apenas dije que sí, ya estaba llamando a Anna", aseguró la tenista, que también le ha pedido consejo durante los momentos más complicados de su carrera.

¡Telón!

A pesar de ser una gran aficionada al teatro, Anna Wintour se aburre muchas veces durante las obras. Se dice que si empieza a cruzar y descruzar las piernas, significa que quiere abandonar la función. En numerosas ocasiones se ha ido de espectáculos en Broadway menos de una hora después de su comienzo.