Javier Rigau organiza la capilla ardiente y el funeral de Gina Lollobrigida con su hijo

Gina Lollobrigida fallecía este martes a los 95 años en la clínica Pío XII de Roma. Esta miércoles se abría la capilla ardiente instalada en el ayuntamiento de la Ciudad Eterna. Se trata del último homenaje a la que fue una de las grandes divas del cine italiano.

Los últimos años no fueron felices para ella, ya que estuvo separada de su familia directa por las extrañas relaciones con uno de sus empleados, Andrea Piazzolla, tal y como ha asegurado Javier Rigau a Vanitatis. “Fue una historia tremenda, dura e inexplicable si no se tiene en cuenta la maldad de esa gente. La llevaron al hospital y la dejaron allí sola. Menos mal que Milko se enteró y pudimos estar con ella hasta que murió".

"Viajé a Roma hace una semana cuando me llamó su hijo, y aquí me quedaré hasta que todo esté en orden. Tengo la tranquilidad de que falleció con las personas que la queríamos y de nuestra mano. Espero que tengan su merecido por el mucho daño que hizo Piazzolla y los que le ayudaron a una mujer que en estos últimos años era una persona indefensa y sin capacidad para componer su vida. Nunca me beneficié económicamente. Nuestro matrimonio fue con separación de bienes”, asegura. Rigau es duro en sus declaraciones y señala que Gina hubiera sido una mujer muy diferente si no se hubiera dejado influir por los que define como "personajes malvados", a los que, por cierto, tiene demandados.

“Espero que no sea tan sinvergüenza de aparecer por el ayuntamiento o en el entierro”, afirma Rigau, que nunca perdonará el mucho daño que le hicieron a él y principalmente a Gina Lollobrigida.

Una historia inesperada

Tuvieron una historia sentimental sorprendente con boda incluida que no acabó bien precisamente por esos elementos externos. Se conocieron cuando el empresario catalán tenía 15 años y la actriz a punto de cumplir cincuenta.

Javier Rigau, junto con Milko y Dimitri, hijo y nieto respectivamente, son los encargados de toda la organización relacionada con el funeral, el entierro y los futuros homenajes a la actriz que dio vida a la reina de Saba. El féretro de Gina partió del hospital Pío XII con dirección al ayuntamiento. Allí ya esperaba el alcalde, Roberto Gualtieri, la familia directa y Rigau.

“En principio, la capilla estará abierta hasta las siete de la tarde. El jueves será la misa funeral en la basílica de Santa María, donde también estaremos su familia. Doy gracias a Dios porque me llamó y nos hemos podido despedir de una manera muy bonita. Y lo que pido es que nos respeten a Gina y a nosotros, que somos su familia”.

Una carrera de largo recorrido

La carrera de la actriz se aceleró cuando ganó un concurso de belleza. Pronto vendrían papeles en muchas películas italianas de principios de los cincuenta, como 'Fanfán, el invencible' o 'Bellezas de la noche'. Pero fue en el papel de la ardiente Frisky, en la trilogía que comenzó con 'Pan, amor y sueños' de 1953, donde la joven actriz saltó al estrellato con una interpretación muy elogiada.

Fue la primera de las películas románticas del neorrealismo italiano. El público estadounidense cayó rendido a sus italianos pies y pronto protagonizó las portadas de revistas como 'Time' o 'Life'. Los rumores de rivalidad con la otra actriz italiana más famosa de aquella época, Sophia Loren, no hicieron sino avivar el interés de los medios. Sin embargo, no todas sus experiencias en Estados Unidos fueron buenas. Humphrey Bogart se lo puso muy difícil durante el rodaje de 'La burla del diablo' (1953), dirigida por John Huston. Ella dijo, con ironía más tarde, que se debía a que él "no era un hombre de pechos".