El millonario mexicano Carlos Slim pone a la venta su espectacular adosado en Manhattan

El hombre más rico de México, Carlos Slim, ha decidido que es hora de poner en el mercado de nuevo su residencia en la Gran Manzana. El precio de salida es de 80 millones de dólares por este adosado de 120 años de antigüedad, la misma cantidad por la que el octogenario millonario que rescatara de la quiebra al Real Oviedo en 2012 la puso a la venta en 2015, sin que entonces encontrara un comprador.

Construida en extravagante estilo Beaux Arts entre 1899 y 1901, esta curiosa estructura de ocho pisos de ladrillo está situada en la emblemática Quinta Avenida de Nueva York, justo enfrente de la entrada del Museo Metropolitano de Arte, con lo que tiene aseguradas las mejores vistas el día de la gala más glamurosa del año.

Los primeros propietarios de la vivienda fueron el magnate del tabaco Benjamin Newton Duke y su esposa Sarah, cuyos descendientes ocuparon la casa durante más de un siglo. Entre 1930 y 1940, el diseñador modernista Karl Bock se encargó de modernizar los interiores de estilo francés. Según reza el anuncio de la propiedad, "instaló un vestidor de sicomoro y un cuarto de baño ovalado de mármol negro con un lavabo modernista que parece un robot".

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El último miembro de la familia en poseer la mansión palaciega fue la nieta de Benjamin Duke, Mary Duke Biddle Semans, que la dividió en varios apartamentos y transformó el sótano en una consulta médica. Con el tiempo, la mayor parte de la casa, las cuatro primeras plantas por encima del sótano inglés, se reconvirtieron en un ostentoso cuádruplex de 930 m2 y la quinta planta se quedó como una residencia individual con dos balcones con vistas a Central Park sobre el tejado del Met.

La familia Duke-Semans tan solo conservó un dormitorio en la planta baja, y no está claro cuál de los apartamentos, si es que queda alguno, permanece como residencia independiente.

Cuando Semans puso a la venta la propiedad en 2005, por 50 millones de dólares, declaró a 'Forbes' que tuvo "una infancia maravillosa allí". También dijo que tenían "preciosos árboles de Navidad" y que su madre, cantante de ópera, daba conciertos en "el gran salón central", presumiblemente la enorme habitación junto a la escalera de la planta baja.

Aunque en aquel momento era la casa más cara del siempre vibrante mercado neoyorquino, no tardó en encontrar un comprador. Semans la vendió en 2006 por 40 millones a Tamir Sapir, un taxista reconvertido en magnate inmobiliario que conservó la casa hasta 2010, cuando la vendió por 44 millones a Slim, en aquel momento el hombre más rico del mundo y cuya fortuna se estima ahora en 92.400 millones.

Declarada monumento histórico en 1974 y aún conocida como la Casa Duke-Semans, con su salida al mercado se convierte una vez más en el adosado de mayor precio actualmente en venta en Manhattan.

Sus opulentos interiores de inspiración renacentista francesa comprenden más de 25 habitaciones repartidas en unos 20.000 m2. Hay al menos nueve chimeneas, grandes extensiones de suelos de madera pulida y kilómetros de molduras ornamentadas. Desde el vestíbulo de la planta baja, una escalera curva asciende hasta la quinta planta. Una escalera independiente más discreta conecta con las dos plantas superiores, y para aquellos que no puedan (o no quieran) subir tantas escaleras día tras día, la casa está equipada con dos ascensores. El anuncio de la inmobiliaria encargada de su gestión indica también que hay ocho dormitorios y diez baños.

La Casa Duke-Semans se anuncia como una oportunidad única de adquirir una estructura emblemática que ha resistido el paso del tiempo. Su descripción sugiere que el edificio podría seguir siendo una residencia privada, pero también podría servir como fundación, galería, museo o espacio comercial.