Britney Spears 'regaña' a sus fans tras sufrir un incidente con la policía

Britney Spears tiene un devoto ejército de fans atentos siempre a sus, en ocasiones, controvertidas acciones en las redes sociales, como la serie de fotos que publicaba desnuda recientemente. Por eso cuando la cantante decidía por sorpresa borrar su cuenta de Instagram, pocos días después de protagonizar un incidente junto a su marido en un restaurante, cundió la preocupación entre sus seguidores.

"Amo y adoro a mis fans, pero esta vez las cosas fueron un poco demasiado lejos y mi privacidad fue invadida", escribió Britney Spears desde su cuenta de Twitter, donde la siguen 56 millones de personas. En este comunicado explicaba que después de que la policía recibiera numerosas llamadas, unos agentes se presentaron en su casa para comprobar si estaba bien.

La artista aclaró que las fuerzas del orden no llegaron a entrar en su domicilio y "se fueron inmediatamente" después de que "rápidamente se dieran cuenta de que no había ningún problema". Aclarado este punto, Britney cargó sobre la manera en la que algunos medios han tratado este asunto, asegurando sentirse acosada y diciendo que ha sido "retratada una vez más bajo una luz pobre e injusta".

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"En este momento de mi vida, espero de verdad que el público y mis fans, que tanto me importan, puedan respetar mi intimidad en el futuro", fueron sus palabras finales al respecto.

Un portavoz de la Oficina del Sheriff del Condado de Ventura en California señaló que recibieron un gran número de llamadas de personas muy preocupadas por el hecho de que Spears hubiera eliminado su cuenta de Instagram. "Nos desplazamos a su casa para comprobar su bienestar y determinamos que estaba a salvo y no corría peligro", aseguraron las fuentes policiales.

La cantante, que ha utilizado con frecuencia esta red social para dar rienda suelta a sus frustraciones por las limitaciones que le imponía su leonina tutela, finalizada en noviembre de 2021, y para expresar sus quejas contra los miembros de su familia, ya ha eliminado su cuenta de Instagram en varias ocasiones en el pasado antes de restablecerla de nuevo.

Su marido, Sam Asghari, con el que se casaba el pasado mes de junio, ha negado hace tan solo unos días las afirmaciones de que era él quien controlaba lo que compartía su mujer en esta red social. "Ni siquiera controlo lo que cenamos", bromeó recientemente el actor con un grupo de reporteros. "En el pasado han ocurrido muchas cosas, así que entiendo de dónde vienen las ideas de algunos fans. Pero solo son protectores. En todo caso, están siendo buenos fans".

Mientras, la cantante sigue en su particular guerra contra su padre y su hermana, Jamie Lynn, contra la que estallaba en uno de los últimos posts de Instagram antes de que cerrara la cuenta. La intérprete de 'Toxic' estalló contra ella después de que Jamie dijera "lamentar" ser su hermana.

Entonces, en un extenso texto en el que calificaba a su familia de "basura", recordó cómo sus seres queridos fueron "agasajados con días de spa y champán", mientras a ella se le prohibió disfrutar de "placeres tan simples como el café", mientras actuaba incansablemente en su larga residencia de Las Vegas.

Por su parte, su polémico progenitor, Jamie Spears, declaraba en una entrevista en el 'Daily Mail' que no cree que Britney estuviera viva aún sin la tutela que ejerció sobre ella durante más de una década y que calificó como "una gran herramienta".

Jamie, de 70 años, sigue pensando que fue la decisión correcta. "No todo el mundo va a estar de acuerdo conmigo. Ha sido un infierno", dijo. "Pero quiero a mi hija con todo mi corazón y mi alma. ¿Dónde estaría Britney ahora mismo sin esa tutela? No sé si estaría viva. No lo sé... pero para protegerla, y también para proteger a sus hijos, fue una gran herramienta", afirmó.