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El declive de Maria Callas en España: de un frío debut a su tristeza en Madrid
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100 AÑOS DE SU NACIMIENTO

El declive de Maria Callas en España: de un frío debut a su tristeza en Madrid

Fueron pocas las ocasiones en las que la diva griega deleitó con su presencia en nuestro país. La acogida no fue la esperada por una estrella de su tamaño

Foto: Maria Callas, en 1958. (Getty/Erich Auerbach)
Maria Callas, en 1958. (Getty/Erich Auerbach)

Ópera de París, 19 de diciembre de 1958. El recinto, abarrotado, espera ansioso el debut sobre ese escenario de la gran diva Maria Callas. Entre el público se pueden ver rostros tan conocidos como Jean Cocteau, el duque y la duquesa de Windsor, Charles Chaplin, el presidente francés René Coty o Brigitte Bardot, entre otros.

Una Callas imponente, luciendo joyas por valor de un millón de dólares, aparece en escena. Lo que ocurre después es historia de la ópera. La artista ofrece uno de sus conciertos más icónicos, retransmitido por Eurovisión para más de 30 millones de hogares.

Foto: Plácido Domingo y Ainhoa Arteta, en el montaje 'Cyrano de Bergerac' de 2012. (EFE)

A pesar de que el mítico concierto fue grabado, no se conservó ninguna bobina. Pero el azar (unido a la curiosidad y a la pasión por Callas) puso de su parte muchos años después. El director de cine francés Tom Volf, adorador de la soprano, dedicó mucho tiempo de su vida a rebuscar el oro entre la arena de los archivos disponibles. El fruto de esa búsqueda ya pudimos verlo en 2017, cuando vio la luz su documental ‘Maria by Callas’, donde el espectador pudo disfrutar de material audiovisual inédito sobre la cantante.

placeholder Fotograma de 'Callas-París, 1958'. (EFE/Roma Film Fest)
Fotograma de 'Callas-París, 1958'. (EFE/Roma Film Fest)

Pero la guinda del pastel llegó en 2021, cuando Volf descubrió unos rollos abandonados en un sótano de Atenas. Era la película que contenía la grabación de aquella mítica actuación de París en 1958. Maria Callas la había conservado, pero estuvo perdida durante décadas. Volf acababa de encontrar un tesoro digno de ser mostrado al mundo de hoy.

Este sábado 2 de diciembre se cumple el centenario del nacimiento de Maria Callas. El momento es perfecto para que la cinta ‘Callas-París, 1958’ sirva de gran homenaje. Restaurada a partir de los carretes originales de 16 mm, mostrará por primera vez a todo color el mítico concierto, que será proyectado esta noche, en exclusiva, en resolución 4K Ultra HD y sonido Dolby Atmos, en 60 salas españolas y en otros 50 países.

La relación de Callas con Francia fue idílica. El país galo la hizo suya y fue el lugar donde la soprano vivió los últimos días de su vida. Aquel concierto de 1958 fue una especie de traca final de su época más dorada que dio paso a otra más complicada. Sus negativas vivencias amorosas con Aristóteles Onassis comenzaron pocos meses después, algo que afectó en su estado de ánimo y en su voz, consecuencias de las que fue testigo el público español. Fueron pocas las ocasiones en las que la diva griega deleitó con su presencia en nuestro país. La acogida en España no fue la esperada por una estrella de su tamaño.

placeholder Maria Callas y Aristóteles Onassis. (Getty)
Maria Callas y Aristóteles Onassis. (Getty)

Difícil debut de Callas en Barcelona

El 4 de mayo de 1959, Maria Callas llegó al aeropuerto de El Prat acompañada de su marido, Giovanni Battista Meneghini, un acaudalado industrial de la construcción con el que había contraído matrimonio diez años antes, así como de su maestra de canto y descubridora, la aragonesa Elvira Hidalgo, y de la temida periodista estadounidense del corazón Elsa Maxwell. Esta última presumiría años más tarde de haber presentado a Callas y Aristóteles Onassis. El idilio entre ambos fue el motivo de la ruptura de Callas con Giovanni Battista Meneghini ese mismo año, pocos meses después de la actuación de la cantante en Barcelona. También fue el comienzo del declive personal y profesional de la diva. Su estado de ánimo y su voz se fueron apagando mientras su idilio con Onassis se convertía en una tragedia griega.

Callas fue esperada a pie de pista con un precioso ramo de gardenias. El tenor Alfredo Kraus fue una de las personas presentes en aquel momento.

La soprano se alojó en hotel Ritz y, según la prensa de la época, al día siguiente recibió una “cordial y calurosa” acogida del público. Pero lo cierto es que no fue un concierto fácil para la estrella de la ópera. La afición barcelonesa por la voz de la soprano Renata Tebaldi, gran rival profesional de Callas, era más que sabida. La relación de esta con Barcelona era idílica y estaba considerada la auténtica reina del Liceu. Esto, unido al alto coste de las entradas, como consecuencia del elevado caché de la griega, hizo que el público se mostrara frío con Callas. Algún crítico se atrevió a asegurar que lo más destacado de su actuación no fue su voz sino su caché.

Pero la Callas era la Callas, y en la segunda parte del concierto logró embelesar a todos con su voz.

placeholder Maria Callas, en una imagen de archivo. (Getty)
Maria Callas, en una imagen de archivo. (Getty)

Bilbao y el inicio con Onassis

El 17 de septiembre de 1959 estaba prevista la gran actuación de Maria Callas en el Coliseo Albia, el templo del bel canto de Bilbao. Pocos días antes, había saltado la noticia de la relación amorosa de la soprano con Onassis. Eran días sentimentalmente convulsos para la artista, cuya vida estaba en boca de todos.

El escándalo no evitó que un avión privado de Onassis con la Callas a bordo aterrizara ese 17 de septiembre en Bilbao. ¿Lo hizo embarazada? Nunca lo sabremos. Numerosas biografías señalan que en aquellos meses lo estaba. Todas estas circunstancias podrían haber provocado el nerviosismo que Callas mostró en Bilbao.

Enfundada en un abrigo azul y con la cabeza semicubierta por un pañuelo rojo, bajó la escalerilla junto a dos forzudos guardaespaldas que la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera había contratado en un gimnasio local para proteger a la diva. Se alojó en el hotel Carlton, en cuyo hall se agolparon periodistas, fans y curiosos deseosos de ver a Callas en persona.

Por la noche, pisó el escenario de blanco radiante. De nuevo, el público de nuestro país se mostró frío con ella a pesar del lleno absoluto y de la gran expectación que generó su actuación. El concierto fue corto y algo decepcionante para los entendidos, que detectaron problemas en su voz que algunos responsables del acto achacaron a los nervios y a molestias bronquiales.

placeholder Maria Callas, en una imagen de archivo. (Getty)
Maria Callas, en una imagen de archivo. (Getty)

Callas abandonó el recinto, visiblemente nerviosa, por la puerta de atrás y sin atender a los medios. Aun así, no faltó algún admirador que, al tratar de tocarla, le rasguñó el vestido. Esa misma noche abandonó Bilbao.

Maria Callas nunca encontró en Onassis el amor que deseaba recibir. Su relación fue tormentosa, y las infidelidades de él, constantes. Los tranquilizantes y los antidepresivos comenzaron a instalarse en la rutina de una cantante que, poco a poco, se retiró de la escena.

La sombra de Callas, en Madrid

El 20 de octubre de 1968, Onassis contrajo matrimonio con Jackie Kennedy.

Una desolada Callas trató de renacer sobre los escenarios pocos años después. Lo hizo de la mano de su amigo y compañero inseparable, el tenor Giuseppe di Stefano, en quien se había refugiado en sus peores momentos. Di Stefano consoló y animó a Callas. Con él pasó días de descanso y desconexión en Sotogrande y fue él quien le propuso que lo acompañara en una gira internacional, una especie de tournée de despedida por EEUU, Japón y Europa, dentro de la cual ofrecieron un concierto benéfico en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Madrid, el 20 de noviembre de 1973. La voz de Callas ya estaba rota por la tristeza y los fármacos acumulados en su cuerpo. El público era consciente, pero se deleitó ante los atisbos de genialidad que emergían como ecos del pasado glorioso. Un segundo de estos valía oro.

placeholder Maria Callas con Giuseppe di Stefano. (Getty)
Maria Callas con Giuseppe di Stefano. (Getty)

Al año siguiente, en 1974, Callas volvió a pisar Barcelona, esta vez de incógnito, con motivo de la grabación de un disco de Guiseppe di Stefano con Montserrat Caballé. Su presencia allí, por motivos no profesionales, despertó los rumores de un posible idilio entre el tenor y ella que ninguno de los dos confirmó nunca.

Tres años después, el 17 de septiembre de 1977, la gran Maria Callas fue encontrada muerta en su casa parisina. La versión oficial aseguró que el fallecimiento fue debido a una “crisis cardiaca”. En la extraoficial sobrevoló la hipótesis del suicidio.

Ópera de París, 19 de diciembre de 1958. El recinto, abarrotado, espera ansioso el debut sobre ese escenario de la gran diva Maria Callas. Entre el público se pueden ver rostros tan conocidos como Jean Cocteau, el duque y la duquesa de Windsor, Charles Chaplin, el presidente francés René Coty o Brigitte Bardot, entre otros.

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