Shakira no consigue vender su mansión de Miami por esta escatológica razón

El resurgimiento de Shakira en esta nueva etapa vital parecía imparable. De los éxitos logrados con su último disco, 'Las mujeres no lloran', a sus premios, su invitación a la exclusiva Gala Met 2024 o su vida en Miami lejos de esa Barcelona en la que se sentía "sola".

Sin embargo, en este camino de alegrías tras su traumática separación de Gerard Piqué, ha llegado un contratiempo inesperado. La artista quería vender su mansión de Miami, donde se instaló en 2022 junto a sus hijos, para mudarse a otra casa en la misma ciudad. Unos planes que no están siendo tan sencillos, por esta escatológica razón.

Situada en Miami Beach, concretamente en North Bay Road Drive, uno de los distritos más exclusivos de la zona, la artista la compró en 2001 por 3 millones de dólares. Una lujosa vivienda original de 1951 que cuenta con seis habitaciones, siete cuartos de baño, gimnasio, sala de billar y una gran piscina en la zona exterior, donde disfrutar de las temperaturas cálidas y templadas. Además, también tiene un muelle privado de 30 metros.

Una vivienda espectacular, al menos en teoría y en fotos, ya que parece que el olor es la clave de que no se cierre su venta. El programa de Telecinco 'Fiesta' ha desvelado qué se oculta en esta mansión. El periodista Omar Suárez ha explicado que ha investigado durante meses qué ocurría, cómo una mansión en una zona tan exclusiva no encontraba comprador.

Bien, según su información, la clave está en una mala reforma llevaba a cabo por Shakira, que conlleva problemas con las aguas fecales: "Todos los compradores se han echado atrás cuando han descubierto que el problema que tiene la casa de Shakira es que ella hizo unos arreglos que hizo de manera no del todo... de código, por así decirlo. Los baños quedarían por debajo del nivel del agua, y cuando hay lluvias en Miami, todas las aguas fecales de Miami Beach terminan en la casa de Shakira".

"Todas las cacas de Miami van a parar a la casa de Shakira y esto provoca problemas de olor y salubridad. La inversión sería altísima porque habría que elevar la casa y hacer, por debajo, una cañería gigante y hay pocas empresas que se atreverían a hacer esto". Así, el problema no solo es económico sino también de ejecución. De ahí que lleve desde 2008 intentando venderla, en diferentes etapas, siempre sin lograrlo. "Si no la ha vendido, es que ya no la va a vender. Nadie la quiere por las condiciones que tiene la casa", ha añadido Omar Suárez en el mismo espacio.