Christine Chubbuck: una presentadora, un trauma y un disparo en directo que conmocionó al mundo

15 de julio de 1974. Como cada mañana, la periodista y presentadora de 29 años Christine Chubbuck toma su asiento en el plató del programa matutino ‘Suncoast Digest’, del canal WXLTV de Sarasota, Florida. Mirando a cámara, coloca su melena larga y morena, espera a que finalice la cuenta atrás y, una vez en directo, durante 8 minutos, informa sobre tres noticias nacionales y después sobre un tiroteo en un restaurante local sucedido el día anterior.

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R. Riaño

Esa misma mañana, siguiendo un modo de proceder poco habitual y por propia petición, el guion de ese arranque de programa ha sido escrito y decidido por ella misma, para extrañeza de sus compañeros de redacción.

Christine Chubbuck espera, tal y como ha solicitado a sus compañeros horas antes, que la noticia del tiroteo del restaurante vaya acompañada de imágenes de apoyo. Un fallo técnico no lo permite, y el programa mantiene a la presentadora en pantalla.

Al ser informada de esta situación, Chubbuck mira a cámara y dice lo siguiente: "Ese vídeo no lo vamos a pasar. De acuerdo a la política del Canal 40 de brindarles información con sangre y entrañas a todo color, están a punto de ver otra primicia: un intento de suicidio".

Su mano derecha saca de debajo de su mesa un revólver Smith & Wesson calibre 38. Con él apunta a su cabeza desde la zona trasera de su oreja derecha, dispara y cae fulminada hacia delante sobre el escritorio.

Inmediatamente, fundido a negro, silencio, incredulidad y desconcierto en los miles de hogares estadounidenses que acaban de presenciar la escena.

Chubbuck acababa de ejecutar el primer y único suicidio televisado. A pesar de que este lunes 15 de julio se cumplen 50 años de aquel impactante suceso sin precedentes, la historia, lejos de quedar en el olvido, ha inspirado una película y un documental.

Para entender por qué Christine Chubbuck tomó aquella decisión, hay que retroceder muchos años en el tiempo.

Problemas desde su infancia y un trauma emocional

La protagonista del macabro suceso había nacido en Hudson, Ohio, en 1944, en el seno de una familia acomodada y unida. Mantenía una excelente relación con sus padres y con sus hermanos, Tim y Greg. Incluso aseguró en muchas ocasiones que este último y su madre eran las dos personas en las que más confiaba.

En la escuela destacaba por sus buenas notas y contó siempre con el apoyo de su familia para encaminar sus futuros pasos profesionales.

Logró adentrarse en el mundo de la televisión con un puesto de asistente de producción. Cuando decidió abandonarlo para trabajar en hospitales infantiles, donde incluso realizaba un show de marionetas para los pequeños pacientes y que nunca dejó de ejecutar hasta el final de sus días, su familia no dudó en apoyarla con tal de verla feliz. Ellos eran conscientes, mejor que nadie, de que Chubbuck escondía un alma algo atormentada.

Su propio hermano, Greg, confesó en People, después de la tragedia, que desde que era pequeña, su hermana sentía que no encajaba, y admitió las dificultades sociales que siempre mostró.

Con el tiempo, desarrolló depresión y recibió tratamiento psiquiátrico durante más de 20 años. Greg, llegó a afirmar que, además, su hermana era bipolar y que pasaba de la euforia al bajón anímico con gran facilidad. Sin embargo, esto no le frenó para alcanzar grandes logros profesionales. En el canal WXLTV ascendió rápidamente hasta lograr el puesto de presentadora. Era inteligente, era tenaz y contaba con el apoyo incondicional de sus seres queridos, quienes, sin embargo, por protegerla de un posible despido, jamás advirtieron en el entorno laboral de Chubbuck, las tendencias suicidas que la joven había manifestado en varias ocasiones.

Además de sus pocas habilidades sociales y de su inseguridad, la presentadora había vivido, poco antes de su trágico suicidio, otro varapalo personal. Su médico le había extirpado un ovario, informándole a su paciente que si no se quedaba embarazada en dos o tres años, era muy posible que tuviera problemas para concebir más adelante.

Christine ya arrastraba un complejo de ‘solterona’. Algunos compañeros de trabajo recordaron en medios locales cómo solía bromear de su falta de experiencia sexual. Lo máximo que tuvo en su vida, fueron dos breves citas con hombres. Chubbuck murió virgen. Si existía algún deseo en ella de formar una familia con una pareja, se fue sabiendo que sería difícil llevar a cabo ese proyecto.

Frustración ante una decisión empresarial

Además de presentar su programa matutino, poco antes de su último día de vida, Christine Chubbuck había sido ascendida a directora de asuntos públicos del canal, desde donde sus jefes estaban exigiendo noticias más sensacionalistas y sangrientas. Chubbuck no estaba nada a favor del rumbo de esa línea editorial.

Su enfado fue en aumento y sus actitudes extrañas también. “Se convirtió en una chica problemática”, confesó un compañero suyo en BBC.

Una semana antes de su suicido, Christine le dijo a su compañero Rob Smith, que había comprado un revólver. Cuando él le preguntó que para qué quería el arma, ella contestó, según develó Smith: "Pensé en traerla al programa y volarme la cabeza en directo".

La frase no fue tomada como una señal claramente preocupante, sino como una broma de mal gusto que Smith le llegó a afear.

En aquel momento, la presentadora aún disfrutaba haciendo el show de marionetas con el que tantas veces había entretenido a niños enfermos en hospitales y que llegó a trasladar a su programa. Fue precisamente, en la bolsa de estas marionetas donde escondió el arma para poder introducirla en el plató.

El periplo del vídeo de su muerte y su repercusión mediática

Tras el disparo, Christine Chubbuck fue trasladada al Hospital Sarasota Memorial. 14 horas después fue declarada muerta.

Su hermano Greg desveló que el día elegido por su hermana para acabar con su vida, no fue casual: "Mis abuelos vivían en la misma calle de mi hermana. Ellos veían todos sus programas, pero ese día mi abuelo tenía que ir al médico. Él no tenía ganas de conducir, así que lo llevó mi abuela y fue el único día que se perdieron el programa en el justamente ella se suicidó. No fue casualidad, mi hermana sabía que no lo iban a poder ver".

Tras la muerte de Christine, su familia requirió de manera judicial al canal, el vídeo con las imágenes del suceso que, como decíamos, no cayó en el olvido con el paso de los años. En 2015 se estrenó la película biográfica "Christine", así como el documental 'Kate Plays Christine'.