El lado más desconocido del papa Francisco: más allá del Vaticano, un hombre cercano y de raíces profundas
Desde sus humildes comienzos, hasta su ascenso en la Iglesia, ha logrado algo que pocos: ser un líder accesible y profundamente humano
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El Papa Francisco irrumpió en la escena mundial con un estilo fresco y cercano, con una misión clara: acercar la Iglesia a las personas. Desde entonces, su figura se ha consolidado como un referente, no solo por su liderazgo espiritual, sino por su humanidad y compromiso con los más necesitados. Sin embargo, detrás de ese Papado, Jorge Mario Bergoglio, el hombre, tiene una historia personal que sigue fascinando a quienes se atreven a mirar más allá del Vaticano.
Desde su infancia, el papa Francisco ha sido un hombre cercano a su gente. Tal y como hemos descubierto en medios como 'Desde la fe', hay ciertas curiosidades que igual se desconocen de su lado más personal. Entre ellas, hemos podido conocer que, a pesar de ser conocido como un ferviente seguidor del fútbol, su habilidad con la pelota no fue sobresaliente; lo que sí destacaba era su pasión por el deporte y su afición por la táctica.
Cabe reseñar que, además, fue hincha declarado del club San Lorenzo, algo que jamás ha dejado de lado. Si uno se atreve a acercarse a la Plaza de San Pedro con la camiseta del club, el papa sonríe y, con un gesto, indica el resultado del último partido. Y aunque su vida como futbolista no deslumbró, su amor por el juego sigue siendo un lazo con su pasado y con su gente.
Más allá del fútbol, en su juventud también compartió momentos especiales con los demás. De hecho, a sus 15 años de edad, tuvo el honor de ser padrino de la Primera Comunión de dos de sus compañeros de la escuela, una experiencia que le permitió compartir su fe con ellos en su casa, además de instruirlos sobre el sacramento. Estos detalles, aparentemente sencillos, muestran una constante en la vida del papa: su cercanía y su afán por brindar apoyo a los demás.
Entre otra de las curiosidades descubiertas; el camino hacia la vocación sacerdotal comenzó en su adolescencia, cuando, a los 16 años, sintió el llamado a servir. Aunque sus padres deseaban que fuera médico, su destino estaba marcado. En concreto, fue un 21 de septiembre de 1953 cuando su vida cambió para siempre, y a pesar de la incertidumbre que pudo generar en su familia, en 1969, durante su ordenación, su madre se sintió finalmente orgullosa de su hijo.
Y es que, en su esencia, Jorge Mario Bergoglio es un hombre de familia, con un profundo amor por sus raíces y por las personas que han marcado su vida. Desde sus humildes comienzos, hasta su ascenso en la Iglesia, el papa Francisco ha logrado algo que muy pocos han conseguido: ser un líder accesible, cercano con los demás y profundamente humano, sin perder su conexión con el pueblo que lo ha abrazado desde el primer día. Lamentablemente, ha fallecido a los 88 años el 21 de abril de 2025.
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