Este parecía el mejor verano de la vida de Jeff Bezos: una boda de ensueño (para algunos), fiestas en Ibiza, bailes hasta el amanecer, barcos surcando el Mediterráneo… Un calendario social repleto de glamour y titulares. Sin embargo, ayer la realidad le dio un golpe seco, un giro de 180 grados que recordaba, con toda su crudeza, que la fortuna —ya sea en dinero o en destino— puede cambiar de rumbo en cuestión de horas.
Jackie Bezos, la madre del fundador de Amazon y una de las primeras personas que creyó en su proyecto, falleció el jueves en Miami a los 78 años. Su muerte fue confirmada por el propio Jeff Bezos a través de un emotivo mensaje en redes sociales, donde reveló que su madre sufría de demencia con cuerpos de Lewy, una enfermedad neurológica que, poco a poco, fue apagando su lucidez.
Jeff Bezos en Venecia el día de su boda (Matteo Chinellato/IPA via ZUMA Press/dpaMatteo Chinellato/IPA via ZUMA P / DPA27/06/2025 )
La historia de Jackie es, en sí misma, la de una mujer tenaz y visionaria. Nació en Washington el 29 de diciembre de 1946, pero creció en Albuquerque, Nuevo México. Allí, a los 17 años, dio a luz a su primer hijo, Jeff, en un contexto poco propicio para una madre adolescente. La escuela secundaria amenazó con expulsarla y, aunque logró graduarse, no le permitieron subir al escenario para recibir su diploma. Aun así, no se dejó derrotar. Encontró trabajo en un banco y continuó construyendo su vida, siempre con su hijo en el centro de todo.
Décadas después, Jeff Bezos recordaría con gratitud cómo su madre adaptaba su educación a las circunstancias. En una audiencia ante el Congreso en el año 2000, relató que ella se matriculaba en clases impartidas por profesores dispuestos a permitirle llevar a un bebé al aula. “Llegaba con dos bolsas de lona —contó—, una llena de libros de texto y otra repleta de pañales, biberones y todo lo que pudiera mantenerme interesado y tranquilo durante unos minutos”.
Su vida dio un nuevo giro cuando conoció y se casó con Miguel Bezos, un inmigrante cubano que adoptó legalmente a Jeff. La familia creció con la llegada de otros hijos y con el paso de los años Jackie decidió retomar su formación académica. A los 45 años obtuvo una licenciatura en psicología en la Universidad Saint Elizabeth, en Nueva Jersey, un logro que demostraba que nunca es tarde para cumplir metas.
Más allá de su papel como madre, Jackie dejó una huella filantrópica importante. En el año 2000, junto a su esposo, creó la Fundación Bezos, dedicada principalmente a otorgar becas y fomentar la educación. Ella misma fue presidenta de la organización y trabajó para impulsar oportunidades a estudiantes de todo el mundo.
Su vínculo con Amazon fue decisivo. Cuando Jeff le presentó la idea de una librería en línea en 1994, Jackie no dudó: invirtió poco más de 245.000 dólares, un gesto que no solo permitió que el proyecto arrancara, sino que, con el tiempo, se transformó en una de las inversiones más rentables de la historia. Treinta años después, Amazon no es solo una tienda en internet, sino una de las compañías más valiosas y poderosas del planeta.
Jackie Bezos deja un legado que trasciende los números y los negocios. Fue madre de tres hijos, abuela de once nietos y bisabuela de un niño. Su historia personal, marcada por el esfuerzo, la resiliencia y el apoyo incondicional, queda ahora como un recordatorio íntimo para su hijo Jeff: ni todo el éxito ni todos los lujos del mundo pueden amortiguar la pérdida de una madre.
Este parecía el mejor verano de la vida de Jeff Bezos: una boda de ensueño (para algunos), fiestas en Ibiza, bailes hasta el amanecer, barcos surcando el Mediterráneo… Un calendario social repleto de glamour y titulares. Sin embargo, ayer la realidad le dio un golpe seco, un giro de 180 grados que recordaba, con toda su crudeza, que la fortuna —ya sea en dinero o en destino— puede cambiar de rumbo en cuestión de horas.