Es noticia
Menú
La escasa distancia entre Ubrique y Zarzuela
  1. Celebrities
  2. Malas Lenguas
Gema López

Malas Lenguas

Por
Gema López

La escasa distancia entre Ubrique y Zarzuela

Comienza el año y dos hombres con destinos diferentes cumplen años en caminos paralelos. A pesar de la diferente cuna, educación y clase, el tiempo y

Comienza el año y dos hombres con destinos diferentes cumplen años en caminos paralelos. A pesar de la diferente cuna, educación y clase, el tiempo y los hábitos se han encargado de acercar al que en su día fue “Rey de las Plazas”, Jesulín de Ubrique, con el mismísimo Don Juan Carlos. Al final lo que no logre el hombre y sus hazañas, lo consigue el ¡Hola! y sus portadas.

Tan lejanos y tan cercanos, que con tan solo un par de euros en el bolsillo, para comprar la biblia del corazón, el universo de Ambiciones y el de Zarzuela se han abierto ante el lector, que desde hace unos días, puede observar con la misma avidez las estancias reservadas para el descanso de estos dos guerreros.

Que si uno toreó en las plazas donde las bragas ondeaban como banderas, el otro tuvo que lidiar con civiles y tricornios, heroicidades que sus familiares se encargaron de nublar colocándoles en las portadas de las crónicas judiciales, que la final es lo que recuerda el respetable. En el caso del de Ubrique por una suegra ambiciosa y una esposa avispada a las que trincaron cuando intentaban conseguir una pensión. En el caso del Monarca, el escándalo lo ha servido un yerno imputado y una hija por imputar, eso sí por un botín mucho mayor, porque puestos a piratear, los duques partían de un peldaño superior en el escalafón.

Poco imaginaban Jesulin y Don Juan Carlos que sus biografías acabarían teñidas de rubias protagonistas que en el caso del torero recibirían el apodo de amantes sin tapujos, mientras que en el del soberano eran tildadas de “amiga entrañable”. Pero el pueblo, que es sabio, no ha diferenciado el posible delito extraconyugal, por mucho que uno sea rural y piense que impresionante son dos palabras y el otro hable varios idiomas, porque al final para entender un posible trajín de alcoba no hace falta ser poliglota.

Los días de vino y rosas los bebieron saboreando el placer del poder que les otorgaba la escopeta con la que cazaban, porque hasta en eso han sido semejantes el de Ambiciones y el de Zarzuela. Si al primero se le fue la cabeza y monto su propio circo con un tigre llamado “Currupipi” que guardaba en su finca, el otro no disimuló su gusto por los osos y elefantes, aunque con el disimulo que le proporcionaba su estancias en paraísos lejanos, hasta que le pillaron.

A estas alturas y aunque nadie no lo diría, ambos han terminado por convertirse en personajes de quiosco, con la diferencia de que al primero se le veía venir y el segundo no ha tenido más remedio que utilizar el método de distracción de la calle, para celebrar su cumpleaños lavando a base de photoshop, lo que en la memoria de una gran mayoría será difícil de blanquear.

Comienza el año y dos hombres con destinos diferentes cumplen años en caminos paralelos. A pesar de la diferente cuna, educación y clase, el tiempo y los hábitos se han encargado de acercar al que en su día fue “Rey de las Plazas”, Jesulín de Ubrique, con el mismísimo Don Juan Carlos. Al final lo que no logre el hombre y sus hazañas, lo consigue el ¡Hola! y sus portadas.

Rey Don Juan Carlos Jesulín de Ubrique