Megan Fox, ¿mejor calladita o sincera?

Megan Fox. Quédense con este nombre bien marcado en su mente. Hace unos meses esta joven actriz estadounidense era una completa desconocida con apariciones en películas de serie B y algún que otro cameo en alguna serie; pero Transformers, su exuberante físico y su verborrea, le han encumbrado a ser la actriz que más noticias genera y la más solicitada.

La chica, que aún no ha demostrado que eso de la interpretación se le dé bien, ha protagonizado titulares semana tras semana y no precisamente por su papel en Transformers. De hecho, el diario Daily Mail se ha encargado de retroceder en el tiempo dos años para recopilar todas las barbaridades que han salido por la boca de la actriz durante ese tiempo.

Fox es sincera. Demasiado, a veces. Lo mismo habla de cine, que de drogas, alcohol o incluso sexo, pero sin cortarse; sin pelos en la lengua. Los periodistas se quedan atónitos y los medios encantados con los titulares que proporciona. Ejemplos no faltan: “Los actores somos una especie de prostitutas: nos pagan por fingir atracción y amor”.

Y así, semana tras semana, mes tras mes, la chica se ha convertido en alguien imprescindible en fiestas, revistas e incluso películas. Michael Bay, el director de Transformers, se quejaba de que Paramount no le había dado la publicidad necesaria a su película; pero ahí estuvo Fox para promocionarla: "A menos que seas una experimentada veterana, trabajar con Michael Bay no es una cuestión de experiencia interpretativa".

Lo dicho. No se olviden de este nombre: Megan Fox.