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Sexo tántrico porque sí
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Sexo tántrico porque sí

Elevado a los cielos del romanticismo con altas dosis de realismo mágico –vamos, el suicidio de los diabéticos- con El lado oscuro del corazón o No

Elevado a los cielos del romanticismo con altas dosis de realismo mágico –vamos, el suicidio de los diabéticos- con El lado oscuro del corazón o No te mueras sin decirme adónde vas, el director argentino Eliseo Subiela sigue explorando los sentimientos amorosos en su último trabajo con un título un tanto particular: No mires para abajo. El cineasta peca de utilizar una poética rimbombante metida con calzador en esta historia sentimental en la que un joven que acaba de perder a su padre se enfrenta a la entrada en la época adulta mientras descubre gracias a Elvira que el deseo se puede reconducir de una forma más espiritual.

 

Da la sensación de que Subiela quisiera convertirse en un Jorge Bucay –el mismo que vende libros con nombres tan sonrojantes como Cuentos para pensar (como si la literatura en general no lo hiciera)- del sexo tántrico, más que un narrador de historias coherentes. Sobra didáctica en la iniciación al erotismo oriental con el que la experimentada adoctrina al primerizo, pues más que ser el complemento de la acción de su protagonista, se convierte en una continua aportación de baches a un relato demasiado endeble y lleno de lugares comunes.

 

Las interpretaciones más bien sosas de Leandro Stivelman y Antonella Costa tampoco aportan mucho al cómputo final, vendido de manera descarada en su publicidad como manual de autoayuda sexual. Aunque, si nos atenemos a las declaraciones de Subiela, este filme está dedicado a sus hijos para que no repitan su "sórdida, oscura, turbia y clandestina" iniciación sexual. Eliseo, te pudo el didactismo.

 

LO MEJOR: Que si no conoces el tantrismo te puede llamar la atención

LO PEOR: Su poesía un tanto simplona.

'No mires para abajo', foto a foto | Trailer

 

Criterio de valoración:
Obra maestra.
Muy buena.
Buena.
Interesante.
Regular.
Mala.

Elevado a los cielos del romanticismo con altas dosis de realismo mágico –vamos, el suicidio de los diabéticos- con El lado oscuro del corazón o No te mueras sin decirme adónde vas, el director argentino Eliseo Subiela sigue explorando los sentimientos amorosos en su último trabajo con un título un tanto particular: No mires para abajo. El cineasta peca de utilizar una poética rimbombante metida con calzador en esta historia sentimental en la que un joven que acaba de perder a su padre se enfrenta a la entrada en la época adulta mientras descubre gracias a Elvira que el deseo se puede reconducir de una forma más espiritual.