La venganza de 'Aquí hay tomate': una resurrección por partida doble

Un año después de la sonora defunción de Aquí hay tomate –el 1 de febrero de 2008-, Telecinco tanteó la posibilidad de recuperar el satírico programa de corazón debido a sus pésimos datos de audiencia durante los primeros meses de 2009.

Y así, la web de la privada testó la opinión de los espectadores a través de una encuesta y con un episodio especial de su serie online, Becari@s. “¡Qué vuelva el Tomate!”, decía la web en su portada del 1 de febrero de 2009.

Dicho y hecho… pero como si de una venganza se tratara contra aquellos que se alegraron por la muerte de ‘El tomate’, el formato ha vuelto reencarnado en dos programas: Sálvame y Vuélveme loca.

Pero esta vuelta al corazón basurero, lejos de hacerse con prisas –ya lo saben, éstas no son buenas consejeras-, la resurrección del mayor reducto de telebasura de la historia de la televisión se ha hecho, como no podía ser de otra forma, con premeditación y alevosía.

Premeditación y alevosía

Tanto Sálvame como Vuélveme Loca nacieron con contenidos y cometidos bastante distintos a los que ahora tienen. El programa de Jorge Javier Vázquez fue concebido en abril de 2009 como tertulia de Supervivientes mientras que el magazine de Patricia Pérez nació como un programa de humor que rellenara el débil hueco de los mediodías de fin de semana.

Pero poco a poco ambos programas fueron probando las ‘viejas formas de hacer periodismo’ de El Tomate. Sálvame se volcó con las historias personales de Belén Esteban haciendo del programa casi un reality de la ‘diva de San Blas’ y consiguiendo que ésta presentara las campanadas de fin de año. Actualmente el programa dura cuatro horas y tiene una cuota media de pantalla del 17%, dos puntos por encima de la media de la cadena.

Por su parte Vuélveme loca decidió a primeras de cambio deshacerse varios de sus reporteros, poco conocidos, para fichar a antiguos colaboradores de Aquí hay tomate como Luis García Temprano o Mar Torres. Los parecidos con el difunto programa de Jorge Javier Vázquez son más que evidentes.

A continuación les dejamos dos ejemplos para que juzguen ustedes mismos: