Las salas de cine se reinventan para luchar contra la piratería: congresos, óperas y hasta fútbol

Al igual que ocurre con la televisión tradicional, que durante los últimos años ha ido dando paso a una televisión multiplataforma (aquella que puede ser seguida a través de internet, smartphones, tablets, televisores híbridos), la forma de consumir cine también ha cambiado. Conscientes de ello, las grandes exhibidoras han decidido reinventarse para intentar evitar una sangría de espectadores, sobre todo tras la proliferación de webs que permiten ver cine en streaming de forma gratuita.

El espectador ahora busca vivir una nueva experiencia en el cine, un modelo más interactivo, con contenidos alternativos, nuevas experiencias antes y después de las películas, ofertas complementarias. Y en este marco, las grandes exhibidoras de nuestro país (Kinépolis, Cinesa, Ábaco-Cinebox o Yelmo) han diseñado un nuevo concepto de complejo de cine. Y eso a pesar del actual periodo de crisis.

"Somos una empresa que cotizamos en bolsa y no podemos improvisar. Sin embargo, hemos visto que tenemos un balance muy sano y que podemos endeudarnos, que esta inversión era necesaria. Queremos ir a contracorriente. Además, hemos visto que la gente nota estos cambios y los valora", comenta a Vanitatis el director general de Kinépolis España, Manu Claessens, quien añade que "manejamos un tiempo de dos o tres años para rentabilizar esta inversión".

La exhibidora acaba de presentar una amplia renovación de su complejo de Madrid que va desde el diseño estético del centro hasta la digitalización de sus salas o una apuesta por los contenidos alternativos para el espectador o eventos de interacción. Dentro de estos contenidos alternativos se encuentra la emisión de ópera, ballet, conciertos de música o eventos deportivos en pantallas de cine.

"Durante el pasado año, más de 8.700 personas asistieron a la cita de ópera con Kinépolis en España. En todo el circuito europeo de Kinépolis y acumulando los espectadores de 2011, la programación operística atrajo a más de 90.000 amantes del bel canto, un 20% más respecto al año 2010", comenta Claessens. "También se ha ofrecido el Mundial de Fútbol, el Europeo de baloncesto o la Fórmula Uno".

El cine como soporte publicitario

Asimismo, la exhibidora ha querido convertir al espectador en protagonista y ha creado eventos innovadores asociados a proyecciones convencionales de películas que se rodean de una atmósfera distinta que envuelve sorpresas y experiencias previas y posteriores a la proyección. Es decir, el espectador va a ver una cinta de estreno pero una hora antes puede tomar un aperitivo, posar en el photocall o conseguir regalos de las distribuidoras.

Otras de las grandes apuestas del grupo, quizá la más importante, es el negocio 'Business to business' basado en tres pilares: utilizar sus instalaciones para ser escenario de reuniones y convenciones de empresas; como gran soporte publicitario ya que tiene 4,2 millones de espectadores al año; y  el cine como nuevo incentivo profesional, es decir, empresas que deciden premiar a sus empleados con "cheques de cine" o pases privados. Mediante esta última práctica la empresa comercializó 50.000 entradas en 2011.

Pero no solo Kinepolis se ha reinventado. Las otras exhibidoras de nuestro país (Cinesa, Ábado-Cinebox y Yelmo) también están apostando por estas nuevas experiencias y ya ofrecen ópera, eventos deportivos, conciertos de música o ciclos de cine. Asimismo han fomentado los clubes de socio o las promociones para conseguir premios, y en el caso de Yelmo ha lanzado el videoclub online Youzee.