Jorge Javier Vázquez, demandado por la exdirectora de su escuela de canto

El Liceo de la Voz era un sueño cumplido para Jorge Javier Vázquez. El pasado mes de octubre, el presentador de Telecinco abría bajo este nombre una exclusiva escuela de canto en el centro de Madrid que, de la noche a la mañana, se ha convertido en una pesadilla. Raquel Soto, hasta diciembre del año pasado directora de la academia y dueña, según afirma su abogado a Vanitatis, del 40% del negocio, ha interpuesto una demanda contra el Liceo por despido improcedente. Acusa a Jorge Javier Vázquez, quien posee el 60% restante, “de haberla sustituido en su puesto de trabajo por el novio del presentador, Francisco”.

Vázquez se escuda en que los resultados que había obtenido el negocio con Soto al frente no eran los esperados. “No somos ningún mecenas y tenemos que asegurar la buena salud de la empresa”, declara el abogado del presentador, Javier Val, a Vanitatis. Según éste, las decisiones de la mujer que habían colocado al frente de la empresa no auguraban un buen futuro y, por eso, decidieron prescindir de sus servicios. “Como empresa, tenemos que hacer que los gastos sean menores que los beneficios”, declara Val. “Las pretensiones económicas de Raquel no nos favorecían”, añade.

Tras el despido, ambas partes intentaron negociar, pero fracasaron. “En la conciliación laboral no se llegó a un acuerdo”, declara el abogado defensor de Vázquez. Soto defendía que su despido era improcedente pues, según su abogado, Carlos Represa, “los ingresos estaban al alza y ya tenían más de 60 alumnos”. Pero su denuncia va más allá: “El administrador de la sociedad es el cuñado de Jorge Javier [marido de su hermana] y es él quien decide prescindir de los servicios de Raquel y sustituirla por el novio del presentador de Telecinco”.

La exdirectora registra la marca del Liceo

El entuerto no termina con esta demanda. En el momento de su salida del Liceo, la exdirectora tomó la decisión de registrar la marca ‘Liceo de la Voz’ en el registro de marcas y patentes. Lo hizo concretamente el 31 de diciembre, cuando ya no trabajaba en la empresa. Así lo acredita un documento al que ha tenido acceso este portal. Aunque el Liceo sí está inscrito en el registro mercantil, su marca no había pasado por el de marcas “por un despiste”. Según el abogado de Raquel Soto, "Raquel, que sigue siendo accionista de referencia, registra la marca porque es un proyecto suyo". La intención, para el abogado de Jorge Javier, que ya ha impugnado este registro, implica sin embargo un cariz económico: “Lo hace a mala fe. Si no llegamos a un acuerdo tendremos que cambiar el nombre de la escuela”.

"Tras el despido, Raquel Soto exige su contrato y no dejan que lo vea. Está hecha polvo. Dirigía a todos los alumnos y a su equipo de profesores. Se vio de la noche a la mañana en la calle, sin derecho a paro porque trabajaba como autónoma", comenta su abogado. Fue la semana pasada cuando ambas partes se reunieron en un acto de conciliación y no llegaron a ningún acuerdo. A partir de ahora pasarán los trámites al juzgado de lo social.